1451. 12 de julio. Hora Santa.
Yo había venido tarde, pues había tenido visitas todo el día.
El: La Caridad para con el prójimo es Caridad para conmigo. Recuérdalo bien. Si no puedes encontrarme en la iglesia, siempre puedes hallarme en los otros. Siempre Yo. Adquiere ese hábito, pequeña esposa Mía, que tan fácilmente se distrae: mírame en todos los acontecimientos de la vida y Yo asistiré a tu muerte. No te asustarás, pues sabrás que Soy Yo.
¡Qué encanto ofrecerás al prójimo si Me ves a través de él! Hija Mía, vive de Fe. No seas de los que dicen 'Señor, Señor', pero no tienen espíritu cristiano. No te fatigues de Mi Amor, que es siempre nuevo. ¡Yo no acabo de acostumbrarme al tuyo! Lo veo cada noche, como si se tratara del primer abrazo. Tú puedes no comprenderlo, pero también puedes creerme, aun cuando a veces no Me atrevo a decir el gozo que Me procuran ciertas almas por temor de que se envanezcan y pierdan con ello su perfume. Y luego, el Amor de Dios hacia Sus creaturas causa siempre un cierto asombro.
Pero Yo hablo de un amor como el Mío. ¡Cree en El! Me consolarás. Es poco lo que te pido. ¿No es dulcísimo pensar que eres amada por un Dios Infinito? Vé hasta el fin de este pensamiento y apenas habrás entrevisto la Verdad. . .
¡Pobre niña, que tanto trabajo tiene para creer! Implora Mi Socorro y Yo vengo a ti.
¡Pobre niña, que tanto trabajo tiene para creer! Implora Mi Socorro y Yo vengo a ti.
1452. 19 de julio.
Hija, no desperdicies ninguna oportunidad de penetrar en Mi Corazón y de hacerme entrar en los corazones de tus hermanos; ¡es tanta la Alegría para Mí! Más tarde verás las gavillas que Me diste y que nunca creíste haber segado.
Alégrate conmigo y háblame de todas las cosechas que te gustaría encerrar en Mis Graneros.
¡Tanto pecador, tanto pagano! ¡Y tantos fieles que Me son infieles! Y ofrécete para ganármelos.
¡Tanto pecador, tanto pagano! ¡Y tantos fieles que Me son infieles! Y ofrécete para ganármelos.
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