viernes, 31 de diciembre de 2021

¿Te persigue algo del pasado? Cómo pasar del «¿y si…?» al «gracias»


El alma se envenena al pensar en cómo podían cambiar las cosas y ser diferentes

¿Qué es lo más grande que me ha pasado en la vida? ¿Qué ha sido lo más emocionante, lo más profundo, lo más bello?¿Dónde se esconde el misterio de todo mi caminar?

No sé responder a menudo. Es como si todo fuera muy natural, nada tan extraordinario. Una vida como otras muchas. No tiene nada de especial.

Me quedo pensando. ¿Qué cambiaría? ¿Qué hubiera hecho de forma diferente? Tampoco encuentro una respuesta rápida.

No sé qué borraría. Los dolores tal vez, o las pérdidas. Los errores y esos pecados que han dolido.

Aceptar el pasado

WOMAN, OLD, PHOTOS

Las omisiones de las que me arrepiento. Esos silencios incómodos que no me dejaron crecer.

Sacaría todas las cárceles en las que yo mismo me hice esclavo. Borraría de un plumazo los miedos que no me dejaron ser feliz.

Eliminaría mis ansiedades que me hicieron huir muchas veces hacia delante. Y le daría un sí grande a todo lo vivido.

Lo pasado está pisado, queda atrás, no hay como levantar el tiempo que se ha ido. Simplemente aprendo a dar gracias por lo vivido.

Gratitud, consejos de santos

Así llego ante el Belén, el nacimiento oculto en medio de la noche. Unos ángeles me anuncian que ha nacido la salvación.

Aceptar, no condenar, pero también cambiar

¿Quiero que algo cambie en mi vida, es acaso necesario? Miro mi corazón herido y necesitado de cariño y de esperanza.

Sí, quiero cambiar. Pero al mismo tiempo quiero aceptar lo inaceptable. ¿Cómo se puede perdonar al que me ha hecho daño? A mí, o a alguno de los míos, un hijo, un papá o una mamá, un hermano.

¿Cómo hago para no condenar a los causantes de injusticias que viven junto a mí?

El alma se envenena al pensar en cómo podían cambiar las cosas y ser diferentes.

Indigno como un sucio pastor, pero…

No lo sé, tiemblo. Me duele el alma ante la cueva. Quiero tomar al niño entre mis brazos.

Me siento tan indigno… Como ese pastor que corría desde sus rebaños para abrazar, estando sucio, a un niño recién nacido.

No llegaba sin manchas, más bien manchado, sucio, maloliente, despreciado. Un hombre indigno.

quiero que cambie todo en esa noche. Con la impaciencia propia de mi alma.

Me gustaría que fuera ya el cambio, que todo se arreglara de repente, que la noche amaneciera, y la tormenta se apaciguara, que el frío menguara y el calor refrescara.

Me cuesta tanto aceptar la realidad llena de aristas. Sufro. Y entonces como ese pastor me arrodillo ante un niño, sin comprender nada.

¿Quién acabará con las injusticias?

MANGER

¿Cómo podrá esa familia indefensa mejorar mi vida? ¿Qué podrán cambiar ellos que no pueden elegir siquiera un lugar digno para su hijo?

Me desilusiono y busco a los poderosos, a los que pueden cambiar algo, a los que tienen poder en esta tierra para mejorar las cosas. Ellos podrán, pienso, traer la paz.

¿Cómo se hace para calmar las guerras y apaciguar los odios? ¿No será necesario alguien poderoso que ponga fin a las injusticias?

Las alegrías vividas

CHRISTMAS

Vuelvo a pensar en mi vida. En los grandes regalos vividos. En los momentos de luz y fiesta que me llenaron el corazón de alegría.

Pienso en mi historia, tanto es lo vivido, lodisfrutado, lo sufrido. No estoy triste, más bien la alegría llena mis entrañas de paz y optimismo.

Dios puede cambiar mi corazón naciendo de nuevo en mi alma. Puede tocar las campanas que tengo ya oxidadas en mi interior, en el fondo del mar.

Puede cambiar mis sueños despertando alegrías dormidas. Lo más grande que me ha pasado en la vida fue encontrarme con Jesús.

O más bien, todo lo que vino después ha sido como es ahora gracias a aquel encuentro.

El poder del amor

FATHER, HUG, DAUGHTER

Porque un día me dejé abrazar por la espalda cuando me escapaba de sus manos y tapaba mis oídos a sus voces.

escuché entonces una voz que no era la mía dentro del alma. Y supe que su amor era poderoso porque vencía mis resistencias y me llevaba donde yo nunca hubiera pensado ir.

Es curioso ese plan de Dios que altera todos mis proyectos tan humanos, tan ordinarios y cotidianos.

Lo extraordinario en mi vida ha sido ver a Dios caminando a mi lado cuando no comprendía yo nada. Y saber que en mis manos Él se hacía carne, era Navidad.

Lo más grande que me ha pasado ha sido esa fe que me dio Dios como sacada de debajo de las piedras.

puso en mi alma sin merecerlo una fuente de luz, de agua, de alegría que yo desconocía.

Lo más grande ha sido que me dio un mundo para amar ante mis ojos y la capacidad inmensa de dejarme amar en lo humano, sin ascender a las alturas alejándome del mundo.

Mi historia es sagrada

COMPOSTELA

No quiero borrar nada de mi historia, tampoco mis pecados. Ellos siempre me han hecho más humilde y más niño, más necesitado y pobre. Más indigno como ese cordero con mancha que no cumple el requisito de perfección.

Pero no importa porque Jesús me llama a mí a que le siga por los caminos, sin miedo, sin reservas.

Tengo el corazón tranquilo en medio de la vida. Me arrodillo conmovido.

No sé cómo lo hará ese niño para cambiar este mundo lleno de guerras y odios. No sé cómo lo hará para gestar unidad en medio de las divisiones.

Cómo armonizará en mí y en todos, esa tensión entre lo humano y lo de divino. Y cómo logrará hacer que mis palabras sean las suyas.

No sé cómo y por eso me impaciento, quiero más, quiero el cielo en la tierra de forma inmediata. A mi manera y en mis tiempos.

Es imposible, lo acepto y miro a Dios conmovido.

Carlos Padilla Esteban, Aleteia 

Vea t ambién    Midiendo el amor de Dios 




































La visión de santa Faustina que consuela nuestro corazón en Navidad

Emmanuel


Vio al Niño Jesús en la Misa de Medianoche y experimentó la belleza del amor de Dios por ella

Santa Faustina es mejor conocida por sus visiones milagrosas de Jesús y su mensaje de la Divina Misericordia.

En su vida, sin embargo, experimentó muchas otras visiones de diferentes formas. Todas ellas expresaban el amor infinito de Dios por la humanidad y el amor particular que Dios tiene por cada alma.

Por ejemplo, en la Misa de Medianoche de la Nochebuena de 1937, santa Faustina tuvo una gloriosa visión del Niño Jesús, de la que escribió en su Diario, describiendo lo sucedido:

«Cuando llegué a la misa de medianoche, inmediatamente desde el principio me sumergí en una profunda meditación, en la que vi la choza de Belén inundada de tanta luz. La Santísima Virgen envolvió a Jesús en pañales, todos absortos en un gran amor. San José, en cambio, todavía dormía. Solo cuando Nuestra Señora colocó a Jesús en el pesebre, la luz divina despertó a José, quien se unió a ella en oración. Después de un rato me quedé sola con el pequeño Jesús, quien extendió sus manitas hacia mí y comprendí que tenía que tomarlo en mis brazos. Jesús puso Su cabeza sobre mi corazón y con una mirada profunda me hizo entender que estaba bien al lado de mi corazón. En ese momento Jesús desapareció y tocó el timbre de la Sagrada Comunión».

Fue un encuentro breve, que sin embargo ofreció a Faustina una lección de incalculable valor.

Fortaleció en su corazón la conciencia del inmenso amor de Dios y le mostró el verdadero significado de la Navidad.

La Navidad trata sobre todo de acoger al niño Jesús en nuestros brazos y dejarlo reposar en nuestro corazón.

Como era de esperar, esta visión ocurrió justo antes de la Sagrada Comunión, cuando Jesús puede hacer exactamente eso.

Al recibir la Eucaristía podemos permitir que Jesús descanse en nuestro corazón y derrame su amor por nosotros.

Cuando te acerques al banquete eucarístico el día de Navidad, recuerda esta visión de santa Faustina y deja que domine tus pensamientos y oraciones. Al hacer esto, puedes imaginar al Niño Jesús abriéndote los brazos, esperando que lo tomes.

Y cuando recibas la Comunión podrás hacerlo descansar en tu corazón y recibir su mirada amorosa.

La Navidad nunca volverá a ser la misma.

Philip Kosloski, Aleteia

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Oración al finalizar el año y comenzar uno nuevo,

CatholicLink




























Debo confesarlo, no me resistí (un bello testimonio)


Me miró sospechoso, guardó un incómodo silencio y de pronto sonrió y me devolvió el saludo: “Feliz Navidad para usted también”

Hoy lo hice de nuevo. No pude resistirme, ante tanto ataque a nuestra Santa Navidad, en la que reemplazan a Jesús y a María en los nacimientos y te inculcan decir: “Felices Fiestas” en lugar de “Feliz Navidad”.

Me brotó de lo profundo del alma empezar a saludar a todo el que viera con un espléndido:  “¡FELIZ NAVIDAD!”.

Algunos me miraban como a un bicho raro, pero te diré un secreto: “me encanta ser un bicho raro para Jesús”.

En un mundo tan agitado, materialista, de consumo, lleno de odios y dificultades, la alegría parece ser un desconocido.  

Pero no en todos. Había quienes de pronto sonreían y me devolvían entusiasmados el saludo navideño. Era una gran novedad y me llenaba de ánimo para continuar.

También en pandemia, feliz Navidad

No es primera vez que salgo entusiasmado a esparcir este maravilloso saludo navideño.

Pero este año en medio de una dolorosa pandemia, con tanto sufrimiento a nuestro alrededor, cuesta más. Y es natural. Muchos cargan pesadas cruces. Nos toca aligerarles el peso con una palabra de aliento, un saludo, un: “Dios te ama”.

En días como hoy pienso en el letrero que don Bosco mandó colgar en sus oratorios:

“Tristeza y melancolía, fuera de la casa mía”.

La Navidad no es tiempo para dejar entrar la tristeza o el desaliento. Es un tiempo de profunda ALEGRÍA.

La razón de la alegría

Y a pesar de todo, debemos estar alegres pues esperamos la llegada de nuestra esperanza y Salvador.

«Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero», «Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz».

Isaías 9

Por la puerta de tu alma, en Navidad, solo deben entrar: la gracia tras una buena confesión sacramental, la alegría de la Navidad y los méritos de la oración devota.

Saludar a todos con un alegre “Feliz Navidad”, es mi sello personal en cada Navidad. No imaginas cuánto lo disfruto.

Veo las reacciones de las personas, sus rostros de sorpresa, sus miradas que cobran un brillo inesperado de felicidad.

En este Adviento he rezado mucho por el papa Francisco y por los gobernantes de mi país, por las familias, la santidad de los sacerdotes, las benditas Almas del Purgatorio y la conversión de los grandes pecadores.

¿Te animas a rezar por ellos y por nosotros en Aleteia?

¿Cómo te fue?

Mi hijo Luis Felipe me ha pedido que lo lleve a hacer algunas diligencias en el auto.

Mientras se alista preparo una buenas dosis de ese “Feliz Navidad” que daré a grandes dosis, alegre, lleno de entusiasmo, para esparcirlo a donde vaya, con una sonrisa y mis mejores deseos de paz, prosperidad y santidad.

Haz la prueba y me cuentas cómo te fue.

Espera, hay algo que debo decirte:
“¡Todos los que formamos el equipo de Aleteia, queremos desearte una muy Feliz Navidad!

¡Dios te bendiga!

Amable lector de Aleteia… ¿Te gustaría compartir con nosotros tus experiencias con Dios? Te paso mi email personal. Puedes escribirme si lo deseas: cv2decastro@hotmail.com

Claudio de Castro, Aleteia


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jueves, 30 de diciembre de 2021

El obispo Vadell, poco antes de empeorar, hablaba así de la vocación, el sacerdocio y el amor

El obispo auxiliar de Barcelona, de 49 años y enfermo, explica lo que ha aprendido


El obispo Toni Vadell en el congreso de laicos de principios de 2020


El domingo 19 de diciembre el cardenal Omella pedía oraciones por el obispo auxiliar de  Barcelona, Toni Vadell, de 49 años, hospitalizado con cáncer de páncreas. Se organizó rápidamente un encuentro de oración y muchos fieles oran por él desde entonces. Pasan los días y Vadell se mantiene grave pero estable en el Hospital Clínico de la Ciudad Condal.

Vadell llegó a Barcelona en 2017, pero en poco tiempo ganó muchas simpatías, especialmente trabajando con los jóvenes y las personas más volcadas en nueva evangelización, entre otros ámbitos.

La revista Fons Vitae, de la Hermandad de Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, lo entrevistó unos días antes de empeorar su estado de salud y publicó la entrevista en su número 18, de diciembre de 2021. Allí podemos conocer la vocación y espiritualidad de uno de los obispos más jóvenes de España.

Obispo Toni Vadell entrevistado por revista Fons Vitae

El obispo Toni Vadell, entrevistado por los sacerdotes de la revista Fons Vitae, en diciembre de 2021,  pocos días antes de empeorar su estado de salud

Vocación y formación

Vadell explica en la entrevista que su vocación sacerdotal despertó cuando tenía unos 12 o 13 años, en su infancia en Mallorca, y creció con los años. "Dos aspectos influyeron particularmente: la familia y la parroquia. En familia vivíamos la fe, íbamos a Misa el Domingo, rezábamos en casa. Y en la parroquia fue muy importante la experiencia con los niños (esplai) y especialmente el grupo de oración y amistad en el que empecé a tener experiencia de la oración, oración que me llevó a ir intuyendo que el Señor me llamaba a ser sacerdote", recuerda Vadell.

Entró en el seminario menor con 14 años. "Me marcaron en esos 4 años del Seminario Menor, la experiencia de amistad. También recuerdo especialmente los encuentros vocacionales en los que acogíamos a adolescentes y les mostrábamos con nuestra cercanía la belleza de la vocación. Particularmente, estoy convencido que muchas vocaciones se despiertan en la niñez".

Como seminarista en Mallorca, aprendió mucho de los párrocos con los que se iba formando. "Con ellos fue creciendo el deseo grande que tenía de ser cura de parroquia", dice. Los formadores del Seminario, añade, "nos ayudaron a entender al sacerdote como enamorado de Jesucristo, hombre que encuentra la fuente de su vida sacerdotal en la Eucaristía".

Ya como sacerdote, recuerda, "disfruté especialmente en el campo de pastoral con jóvenes, en la pastoral familiar en las parroquias de San José Obrero y Corpus Christi. En esos años disfruté acompañando espiritualmente a la gente".

Recuerda que las parroquias mallorquinas de Corpus y San José que tenían colegio parroquial. "Los sábados teníamos la Misa con las familias del colegio. Eran celebraciones bellísimas cuyo recuerdo me caldea el corazón. La experiencia en la Unidad de Pastoral de la Mare de Déu, en unos pueblos del centro de la isla fue maravillosa, sobre todo en el trabajo en equipo".

Obispo Vadell con chavales en campamentos

Un cura de isla en la Roma universal

Después realizó en Roma sus estudios de Pastoral Juvenil y Catequética.

"Roma me cambió. Llevaba ocho años de cura. Me enamoré de la Iglesia. Venía de una iglesia pequeña, de una iglesia de una isla y descubrí la Iglesia Universal, la iglesia de los carismas, de los movimientos, como el Espíritu Santo genera tanta vida. Después tuve que volver a la iglesia particular sabiendo que no podía dejar de respirar desde la Iglesia Universal. Estar cerca del Papa, ir a una Universidad Pontificia y en el Colegio Español y confrontar la experiencia pastoral con lo que se me proponía en la universidad fue una gran riqueza. También participé en una parroquia de Roma con un grupo de scouts. Allí en Roma tuve la oportunidad de hacer los ejercicios espirituales de mes con motivo de mis 10 años de sacerdote", detalla.

[La Hermandad de Hijos de Nuestra Señora organiza unos ejercicios espirituales de mes en el verano de 2022].

Evangelizar hoy, en un mundo pagano

De vuelta a la isla, el obispo de Mallorca le puso al frente de la Pastoral de Nueva Evangelización en 2013.

"Estamos en un mundo pagano, hostil a la fe", constata. "Estamos como en el “destierro de Babilonia”. Desde este situarnos en el mundo en el que estamos es clave cuidar nuestra identidad y no diluirnos como el resto de Israel que en Babilonia se mantuvo fiel a la promesa del Señor", comenta el obispo.

Obispo Vadell en una tertulia con jóvenes

Obispo Vadell en una tertulia con jóvenes

"Evangelizar significa vivir en este mundo sin contemporizar, haciendo nuestra propuesta con toda su belleza y radicalidad: sin proselitismo, pero con mucha alegría. Se trata de ser testigos de una manera nueva de vivir la realidad, viviendo y anunciando el Kerigma que es que Cristo cambia la vida. Y todo esto realizarlo desde la vida de fraternidad. No podemos anunciar el Evangelio solos", añade.

Obispo por sorpresa

A los 45 años le nombran obispo auxiliar para Barcelona. "No me lo esperaba para nada. En mi caso no había habido ni “quinielas”. Me sorprendió la llamada del nuncio. Y ¡obispo auxiliar de Barcelona!… siendo de un pueblo. A lo largo del verano antes de la ordenación me entró el miedo y me ayudó la palabra de un sacerdote amigo: “El Señor te ha llamado, fíate”. Me serenó mucho esta palabra del sacerdote. Me preocupaba perder la “cercanía con la gente”. Le pedí al Señor no perder esta cercanía para no 'perderme'", explica.

Tras cuatro años en Barcelona, declara: "Estoy orgulloso de los curas jóvenes de Barcelona, me llenan el corazón. Tienen un gran ardor apostólico, amor a la Iglesia. Es muy interesante poderlos acompañar en sus inicios de su ministerio".

Habla de cómo ve al sacerdote que exigen nuestros días. "Tiene que ser un hombre enamorado de Jesucristo, hombres de oración y de la Iglesia. Que no vaya de “llanero solitario”, frente el peligro de individualismo. Que encontremos en la Eucaristía fuente de nuestro ministerio, contemplativos en la escucha de las personas, anunciando el evangelio siendo personas de comunión y de fraternidad".

Obispos Vadell y Gordo en su ordenación episcopal en 2017

Los obispos Toni Vadell y Sergi Gordo en su ordenación episcopal en 2017 en la Sagrada Familia de Barcelona

"Yo me he enamorado de Barcelona", admite en esta entrevista. "Me llamó la atención la diversidad eclesial en Barcelona. He disfrutado en el trabajo de evangelización de los jóvenes y con las familias. Ha sido también hermoso el trabajo en la pastoral de la salud y de los tanatorios. Últimamente como fruto de la beatificación de Joan Roig acompaño, juntamente con el Director del Secretariado de Pastoral con jóvenes, a un grupo de jóvenes profesionales".

La enfermedad, también por sorpresa

En 2021 llegó el anuncio de su enfermedad. Le sorprendió y después le hizo reflexionar.

"Me ha sorprendido la enfermedad y me ha sorprendido el Señor con su cercanía, con la consolación que siento escuchando la palabra de Dios, con la Eucaristía. En la capilla una paz me invade. Siento como el Señor me cuida y también la cercanía de María. Me conmueve y me sorprende la compañía de la Iglesia y su cuidado".

"Pensaba en una escena de D. Bosco que estuvo muy enfermo. Al lado de su ventana los jóvenes hacían turnos para que se curara. En un momento dado se puso bien y les dice: “Cada momento de mi vida será para vosotros”. La compañía de la Iglesia me provoca esto: deseo cada momento de mi vida hasta que me llame al paraíso que sea para la Iglesia. Veo que este tiempo es para reenamorarme de la Iglesia que ama a su pastor. Me siento tan cuidado y amado que deseo ser para la Iglesia".

Anima a los que sufren a confiarse "en Cristo Resucitado que pasa por la Cruz".

"Ayer, hablando con un señor que tenía un cáncer me comentaba que tenía la fe muy aparcada. Yo le decía que, si pudiera, que rezara, que le contara al Señor lo que le pasaba. Hay gente que dice que “esto es un mal sueño que pasará”. Esto me rebela, porque esto no es un mal sueño, sino que es la experiencia de la realidad de la vida y es un paso del Señor. Se trata de mirarlo desde el Señor. No es fácil, es gracia, pero hay que pedirla", detalla.

"En este momento me siento muy agradecido a la educación que he recibido a lo largo de toda mi vida. En los momentos más difíciles “tiro” de la experiencia de educación del cuidado de tanta gente a lo largo de toda mi vida: catequesis, retiros, ejercicios, colegios, peregrinaciones, profesores…", enumera. "Sembremos… que luego se cosechará".

Como San José: a veces hay que acoger sin entender

También San José le sirve de modelo. "Él acoge el plan de Dios sin entender muchas cosas, es un plan que pasa por él. Esto me ayudó a acoger el plan de Dios sin entender por qué en este momento de mi vida tengo un cáncer. Para el Señor nada pasa porque sí. San José me ayuda a acoger esta enfermedad como parte del plan de Dios. Y hacerlo como él, como “padre en la ternura”.

"Si miramos al hombre y miramos a Dios nunca seremos pesimistas", añade. Trabajando con catecúmenos, con personas que anhelan en su interior algo grande, ha visto que "la persona humana no se conforma con una respuesta mediocre. El vacío del corazón expresa algo mucho más grande. Nosotros tenemos a Jesucristo vivo en nuestra vida", comenta.

Su lema episcopal es "Alegraos siempre en el Señor". "Una religiosa me preguntó si había estado triste en algún momento. Le dije que al principio me conmovió la noticia de la enfermedad, pero nunca he tenido momentos de tristeza. Entiendo que es una gracia del Señor vivir siempre, también ahora, 'alegres en el Señor'".

A los sacerdotes les exhorta: "Sed sacerdotes enamorados del sacerdocio, enamorados de vuestra vocación. Sed sacerdotes siempre y en todo de esta vocación maravillosa que el Señor nos ha regalado".

ReL

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Los valores cristianos de Encanto, la exitosa película basada en motivos colombianos

ENCANTO


La producción animada de Disney que se exhibe en todo el mundo destaca las maravillas colombianas, pero en ella también emergen grandes símbolos religiosos

La historia de la familia Madrigal es un agitado recorrido por la diversidad colombiana representada en animales como los tucanes y los chigüiros; el ajiaco, comida típica de los bogotanos; el paisaje multicolor de Caño Cristales; la riqueza rítmica de la cumbia, la salsa y el vallenato; las mariposas amarillas de Gabriel García Márquez y su novela Cien años de soledad, y, por supuesto, las víctimas de las violencias de muchas décadas.

La sexagésima producción de Walt Disney Productions es una emotiva fantasía musical dirigida por los estadounidenses Byron Howard, Jared Bush y Charise Castro Smith y musicalizada por el neoyorquino Lin-Manuel Miranda. En sus 109 minutos de duración, las voces de reconocidos artistas de Colombia, Estados Unidos y otros países, les dan vida a muchos personajes de ficción, tan típicamente colombianos como el café, al que en este país se le llama “tinto”.

ENCANTO

Alma y la vela

La película comienza con un sutil manejo del momento en el que Pedro Madrigal, el padre de la familia, es asesinado en una zona rural, obligando a Alma –la esposa y madre– a huir junto con sus tres hijos menores de edad.

En esta parte, es evidente el drama de la violencia padecida por Colombia durante décadas y el consecuente desplazamiento forzado de miles de personas a otras regiones o a las grandes ciudades. Allí adquiere protagonismo la señora Alma (soplo de vida, según la Biblia), la matrona que se encarga de sacar adelante a su familia sin tener la compañía del esposo.

Es ella la que toma del suelo una enorme vela que siempre debe estar encendida en casa y que todos en la familia Madrigal deben evitar que se extinga. Y luego, en una reunión con hijos, nietos y vecinos, les dijo con claridad: “Hace muchos años esta vela bendijo a nuestra familia con un milagro: nuestra casa”.

ENCANTO

Para fray Hevert Lizcano Quintero, de la Orden de los Carmelitas Descalzos, este hecho ya representa un valor del cristianismo en la película. “Esa vela de la casa Madrigal, es Cristo que se consume, la cera es imagen de su naturaleza humana que Él entregó por nosotros, por amor. Y la llama representa su divinidad”, reflexiona.

En entrevista con Aleteia, este sacerdote especializado en Cine en la Universidad Nacional de Colombia, hizo un paralelo con el tiempo de Adviento y afirmó que “la casa [Madrigal] es la corona donde reposa la luz que alimenta a cada miembro con una gracia especial para la comunidad, esa es la grandeza de esa luz que permite que todos sean irradiación de un Dios que vino a servir y no a ser servido”.

ENCANTO

Un milagro para la familia

Otro elemento cristiano destacado en Encanto es la recurrente mención a un milagro que comienza con el rescate de la vela prendida y el propósito de Alma de mantenerla viva para que los Madrigal no sufran más desventuras. Ahí es donde aparece Mirabel, la adolescente que no era tenida en cuenta porque no poseía dones mágicos.

Es ella la que le pone fe al significado de la luz al establecer el nexo entre la vela encendida, el milagro de tener una casa y la necesidad de la unidad familiar –otro valor del cristianismo–.

Al analizar el papel de Mirabel como articuladora del milagro de mantener unidos a los Madrigal, el padre Lizcano Quintero recalca lo siguiente:

“Los cristianos sabemos que no podemos ser luz, ni la fuente de la luz, pero sí podemos ser irradiación de ella en un mundo que lucha por apagar a Cristo en medio de la oscuridad que genera el odio”.

Pero hay más ingredientes cristianos a destacar en la película que durante su primer mes de exhibición ha recaudado más de 170 millones de dólares. Uno de ellos es el perdón que se resume en una emotiva escena a la orilla de un río donde la dominante abuela Alma –que no creía en Mirabel– abraza a su nieta, le pide perdón por los errores cometidos, le agradece por mantener viva la vela y salvar a la casa y su familia.

ENCANTO

También es notable el trabajo de los vecinos que fueron solidarios con los Madrigal en la adversidad y les ayudaron a reconstruir su casa. Otro aspecto que tiene una connotación católica en Encanto es la referencia a la ‘Noche de las velitas’, una tradición colombiana que todos los 7 de diciembre saluda a la Inmaculada Concepción con el encendido de millones de velas en casas, calles, parques y plazoletas de todos los pueblos del país.

Es evidente el homenaje de Disney a Colombia con el realismo mágico de García Márquez; la palma de cera, árbol nacional; animales exóticos como el tapir y el jaguar; la ruana y el sombrero ‘vueltiao’, elementos del vestuario cotidiano; el tiple y el acordeón, dos de los instrumentos musicales insignias de la nación. De igual manera, quizá sin que los productores se lo hayan propuesto, se destacan otros componentes de una nación mayoritariamente católica: el sacerdote, el templo parroquial y la resiliencia.

Tráiler oficial:

Lucía Chamat - Aleteia Colombia  

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