Aunque muchas veces no queramos hacerle caso al corazón, ni a las señales que nos da la vida, ni a los consejos de nuestros padres, ni de nuestros amigos, llega un momento en que no podemos negarnos a nosotros mismos que las cosas ya no funcionan y que esa relación en la que teníamos tanta fe y esperanza no va para ninguna parte.

Es triste, es difícil y doloroso, pero también puede ser liberador, muy liberador. Tal vez terminar esa relación es lo que le hace falta a tu vida para recobrar la paz, la tranquilidad, la alegría y hasta el amor propio.

Te comparto 7 señales que te pueden ayudar a descubrir si ha llegado el momento de terminar tu relación de pareja. Reflexiona en cada una y pregúntate a ti mismo si vale la pena seguir o si es momento de dejar ir.

1. La tristeza, el miedo o la angustia son los sentimientos que predominan en la relación

No, no es normal (ni sano) que la mayor parte del tiempo esa persona te haga sentir triste, aterrada o llena de ansiedad.

Ninguna relación es perfecta y el noviazgo es precisamente esa oportunidad que se dan dos personas de intentar conocerse y quererse en libertad.

Pero si desde que estás con esa persona, los sentimientos que gobiernan tu corazón son negativos, hay que hacer un alto y preguntarse:

¿Qué falla en mi relación?, ¿qué es lo que me hace sentir mal?, ¿cuáles son las razones por las que paso más tiempo triste que feliz?, ¿qué estamos haciendo mal?, ¿fuimos así desde el comienzo o es cosa de ahora?, ¿cuánto tiempo llevo sintiéndome así?, ¿le he compartido a mi pareja lo que siento?

2. No te sientes en la libertad de ser tú mismo

Terminar una relación

Si estando con nuestra pareja nos cohibimos en nuestro comportamiento, en nuestra forma de ser o decidir, ¿a qué jugamos? ¿Acaso estamos entrando en una cárcel voluntariamente?

Si cuando estás con esa otra persona no puedes ser tú mismo, sal de ahí; es mejor terminar la relación. No hay razón para fingir ser otra persona, una con gustos, ideas o acciones que van en contra de lo que de verdad quieres.

Piensa por un momento: ¿Siento que debo actuar diferente cuando estoy con mi pareja?, ¿hay algún motivo que me impulse a ocultar lo que verdaderamente pienso o siento cuando estoy con él/ella?, ¿mi pareja no tiene ni idea de mis verdaderos gustos o límites?

Recuerda que no debes pretender ser alguien que en realidad no eres solo para «gustar». Porque al final, esa fachada o esa máscara que te pones, se desgasta y en algún momento tu verdadero yo querrá salir, y ambos se llevarán una sorpresa.

No hay nada mejor que poder ser tú mismo delante de la persona que amas.

3. Te sientes constantemente humillado o menospreciado

Terminar una relación

Algunas veces recibir comentarios humillantes o de menosprecio de parte de nuestra pareja nos sorprenden tanto que entramos en estado de negación.

La punzada de dolor llega tan hondo que preferimos hacer como que nada pasó o, peor aún, justificamos el comentario del otro, dando por hecho que «no fue lo que quiso decir», «se expresó mal» o «lo malinterpreté».

Si la otra persona verdaderamente nos quiere, no debe humillarnos o hacernos sentir menos en ninguna circunstancia. No hay razón justificable para dejar que otra persona nos pisotee en privado o en público.

Piensa: ¿El diálogo que tenemos está normalmente cargado de indirectas o comentarios dolorosos?, ¿mi pareja tiende a menospreciar mis logros?, ¿se burla de mis sueños?, ¿me trata de tonto por lo que digo o hago?, ¿le gusta hacerme sentir mal delante de otros?

4. Has dejado de disfrutar lo que antes te gustaba

Terminar una relación

Si dejamos entrar a una persona en nuestra vida, debe ser para sumar, para hacernos mejores, para que en compañía de esa otra persona nuestra felicidad aumente, no disminuya.

Si desde que estás en esa relación tus gustos (hasta los más sencillos) han cambiado, tal vez no vas por buen camino y sea mejor terminar con ella.

Es verdad que evolucionamos, que con el paso del tiempo nuestros gustos cambian, descubrimos nuevos placeres, nuevos hobbies o tal vez nos arriesgamos a hacer cosas que antes no creíamos posibles, y eso nos gusta, nos otorga felicidad y bienestar.

Lo que no debe suceder es que esa persona nos haga sentir cada vez más pequeños, que nos haga sentir marchitos por dentro o por fuera porque sin darnos cuenta, desde que estamos en su compañía, hemos dejado de disfrutar eso que tanto nos gustaba.

Estas preguntas pueden ayudarte a reflexionar en este punto y en discernir si conviene terminar la relación:

¿Desde que estoy en esta relación mis gustos han cambiado para mal?, ¿ya no disfruto de las cosas sencillas que antes me hacían tan feliz?, ¿me siento desmotivado y sin ganas de lograr nuevas cosas desde que estoy con esta persona?, ¿la relación que tenemos me roba las ganas de ilusionarme o emprender nuevos proyectos?

5. No para de mentirte

Las mentiras son como un veneno, todo lo corroen, todo lo dañan. Son como una bola de nieve que cada vez se hace más grande y rueda sin control destruyéndolo todo a su paso.

Si tu novio o tu novia no para de mentirte una y otra vez, termina ya con esa relación. Las mentiras duelen, calan profundo, y si no paran, no van a seguir trayendo más que problemas.

Pregúntate a ti mismo:

¿Mi pareja me miente constantemente?, ¿lo ha tomado como costumbre?, ¿ya ni siquiera le importa que descubra sus mentiras?, ¿no se esfuerza por decirme la verdad incluso cuando le he dicho en repetidas ocasiones que me duele su comportamiento?, ¿me oculta cosas?, ¿le miente a otras personas o solo a mí?, ¿le he hecho saber el daño que le causan a nuestra relación?

6. Rompe sus promesas una y otra vez

Qué desilusión, qué dolor causa una promesa rota. En las relaciones podemos vivir muchísimos momentos difíciles, podemos enfrentar retos para los que difícilmente alguien está preparado, pero depende únicamente de nosotros dos, que las cosas difíciles que superamos, nos ayuden a crecer o nos hundan en el barro.

Las promesas tienen un valor inmenso, uno que tal vez algunos no conocen del todo bien y por esa misma razón no les importa romperlas.

¿Tu pareja te hace vivir de promesas rotas?, ¿se apresura a prometerte cosas cada vez que comete un error?, ¿con qué frecuencia lo hace?, ¿ha cumplido alguna vez o jamás lo ha hecho?

7. Trata de alejarte de tus familiares y amigos

Bandera roja. ¿Por qué la persona que dice que nos quiere intenta alejarnos de las personas más importantes en nuestra vida? ¿Tiene esto algo de sentido? ¿Hay alguna razón que justifique que tu novio o tu novia no te permita estar con ellos o incluso se moleste por tu deseo de verlos?

Esto puede suceder con sutileza, tu pareja acepta reuniones con amigos y familiares, incluso parece que él también disfruta, pero cuando todo termina y están a solas suelta un «no me gusta nada tu familia» o «qué pesados son tus amigos», «estaba deseando que la cena terminara», «espero no verlos hasta Navidad».

¿Te ha pasado esto alguna vez, te suena familiar? Es normal que nuestra pareja no se lleve de maravilla con cada miembro de la familia o con cada amigo que tenemos, porque para gustos, colores.

Pero lo que no es normal (ni sano) es que haga comentarios despectivos de ellos, que finja que le gusta compartir tiempo con ellos y que luego te suelte un «no vuelvas a traerme aquí» o «la próxima vez invéntate algo para no tener que verlos».

O incluso aún peor, que te diga «olvídate de tus amigos», «olvídate de tu familia», «son ellos o soy yo».

No permitas que tu pareja te ponga a elegir, no hay que elegir, si estamos juntos es para compartirlo todo, para que tú conozcas en qué entorno me muevo y con qué personas me relaciono, y yo, conozca el tuyo también.

Si definitivamente esa persona no soporta a tu familia ni a tus amigos, no tengas reparo en ser el primero en terminar la relación.

Una reflexión final

El noviazgo es una etapa muy bonita, una puerta que la otra persona nos abre con la intención de dejarnos descubrir quién es. No debe convertirse en un suplicio, una carga o un castigo.

Al contrario, debe ser una oportunidad para descubrir si realmente queremos compartir nuestra vida con el otro. Debe darse de manera voluntaria, con calma y sin ningún tipo de presión.

Debe ser sana, debe cuidarse, requiere de esfuerzo y de sacrificios. Y también debe otorgarnos paz, felicidad, tranquilidad, porque el amor bien vivido no duele ni lástima, no miente ni engaña.

Si esta lista te ha ayudado en algo, déjanos saberlo en los comentarios. Recuerda que mereces ser amado, ser feliz, mereces sentirte seguro y aceptado tal y como eres.