sábado, 27 de febrero de 2021

La «soledad», la otra terrible epidemia del siglo XXI en Occidente agravada y extendida con el Covid

Una mujer joven mira por su ventana durante el confinamiento

A la pandemia sanitaria del coronavirus se une una pandemia social muy preocupante como es la de la soledad






Antes de la llegada del coronavirus a nuestras vidas se hablaba de una grave “epidemia” que azotaba a Occidente y que lo iba haciendo de manera silenciosa pero constante. Se trataba de la “soledad” con la que conviven cada día millones de personas. El envejecimiento de la población, la destrucción paulatina de la familia y el individualismo propiciado, entre otras cosas, por las pantallas, provocaba efectos devastadores en muchas personas, tanto ancianas como jóvenes.

La llegada del coronavirus ha silenciado este debate que se estaba produciendo, pero irremediablemente ha acelerado y multiplicado los efectos de esta “soledad” que evidencia la crisis de Occidente. Los confinamientos, con cada vez más personas viviendo solas, y el distanciamiento que proponen las autoridades sanitarias, lo han agravado hasta extremos preocupantes. Así lo pone de manifiesto un estudio de la Universidad de Harvard para Estados Unidos, pero que perfectamente se podría extrapolar a cualquier otro país.

Antes de entrar en materia sobre esta investigación es importante recordar cómo estaba el problema de la “soledad” antes de la llegada de la pandemia. El contexto ayudará a entender la gravedad.

En 2018 la entonces primera ministra británica, Theresa May, anunciaba la creación de un Ministerio de la Soledad. “Para demasiadas personas la soledad es la triste realidad de la vida moderna”, afirmaba. Y daba cifras: en Reino Unido había entonces más de nueve millones de personas que siempre o con mucha frecuencia se sentían solas. Pero además, dijo que alrededor de 200.000 personas mayores confesaron no haber tenido una conversación con un amigo o un pariente en más de un año. Pero no era un problema solo de la tercera edad sino que también les preocupaba enormemente las cifras sobre la población joven.

La situación de Japón era incluso peor. Allí las autoridades se sentían sobrepasadas por esta “epidemia” de soledad cuando se percataron de que las cárceles se estaban llenando de ancianos que cometían delitos menores con el objetivo de ingresar en prisión y así tener compañía.

Y en España, donde la estructura familiar resiste algo mejor, una de cada cinco personas mayores de 65 años declaraba sentirse sola, es decir, en ese momento 1,8 millones de personas. En dos o tres décadas puede ser más del doble, porque además habrá más hogares solitarios debido al menor número de hijos, menor porcentaje de casados y más divorciados.

Un estudio alerta del grave problema de la soledad

Esto es lo que ocurría antes del coronavirus. Y en plena pandemia los investigadores de Harvard concluyen que la soledad entre los estadounidenses había aumentado en los últimos años pero se ha disparado en los últimos meses.

Una anciana mira por la ventana en pleno confinamiento

La soledad es uno de los grandes males que viven las personas mayores con o sin coronavirus

Según este estudio y tras entrevistar una muestra de unos 1.000 ciudadanos han detectado que el 36% de los estadounidenses está experimentando una “soledad grave” y algunos grupos como los adultos jóvenes, las madres con niños pequeños y los ancianos están especialmente aislados.

Los adultos jóvenes serían según la encuesta el grupo que se percibe como más solitario. Según los resultados de la investigación, el 61 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 25 años informaron sentirse solos "con frecuencia" o "casi todo el tiempo o todo el tiempo" durante las cuatro semanas anteriores a la encuesta. El pasado agosto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informaron que uno de cada cuatro adultos jóvenes en este rango de edad había contemplado el suicidio durante el mes de junio.

Para aliviar un problema de salud se agrava otro

Por su parte, las madres con niños pequeños fueron otro grupo que experimentó altas tasas de soledad según el análisis de esta encuesta, donde más de la mitad de las madres informaron una soledad grave. 

Tal y como recoge Mercatornet, los investigadores citan al psicólogo del desarrollo, Niobe Way, quien dice: "Estamos en peligro de aliviar un problema de salud pública, la transmisión de una enfermedad, al tiempo que agravamos otro".

Sin embargo, lo que está ocurriendo ahora es una consecuencia, aunque agravada, de algo que ya se venía produciendo pero que se ha puesto de manifiesto ahora de manera más clara.

Investigaciones más recientes mostraron que la soledad empeoraba antes de la pandemia. En 2018, una encuesta conjunta de Kaiser Family Foundation y The Economist descubrió que uno de cada cinco estadounidenses "a menudo" o "casi siempre" se sentía solo o socialmente aislado, y los resultados de un informe de Cigna a gran escala publicado en enero de 2020 encontraron que tres de cada cinco estadounidenses informaron sentirse solos.

La paulatina destrucción de la institución familiar y de la sociedad civil ha ido propiciando un individualismo que ha sido el caldo de cultivo de una soledad que ahora experimenta cotas máximas.

Una adolescente se graba con el móvil

La desconexión social y el individualismo que provocan las pantallas también afectan a los más jóvenes

El drama del suicidio

Otra consecuencia de esa soledad creciente durante la pandemia es el aumento de las depresiones y el deterioro de la salud mental de muchas personas. Las tasas de suicidio y depresión de los jóvenes han crecido y las muertes por sobredosis de drogas han aumentado.

El New York Times alertaba como por ejemplo en el condado de Clark (Nevada) 18 escolares se habían suicidado durante el tiempo que las clases no fueron presenciales o estaban suspendidas. Uno de ellos tenía tan sólo 9 años. Esta cifra era el doble que en todo el año anterior. En el estado de Arizona se han multiplicado un 67% los suicidios de niños entre 12 y 17 años durante la pandemia.

En Japón, en octubre de 2020 se produjeron un 70% más de suicidios que en el mismo mes de 2019, mientras que en todo el pasado año el suicidio de mujeres en el país asiático ha aumentado un 15%.

En España, donde no se ofrecen datos tan actualizados, el psiquiatra de hospital Clínico de Salamanca, Ángel Luis Montejo, explicaba a la prensa que “estamos teniendo más suicidios que nunca”. “La situación es bastante mala”, añadía.

Los investigadores de Harvard alertan de esta “era del hiperindividualismo” que va más allá de la crisis del coronavirus. El reto está ahora en hacerla frente de manera eficaz y reconocer los motivos que la han provocado.

Además señalan que la epidemia de soledad es el resultado de la desconexión de la comunidad. Pero fomentar de nuevo esta conexión comunitaria es un objetivo que se puede lograr mejor a través de una sociedad civil sólida mediante instituciones no dependiente del Estado como la familia, la iglesia, ligas deportivas o sociedades de asistencia… que se han sido trágicamente erosionado al mismo tiempo que el Estado ha crecido y asumido roles que antes estaban reservados para familias y comunidades.

Javier Lozano / ReL

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Pablo d’Ors nos ayuda a ir al núcleo de nuestra conciencia, con el mapa del Evangelio

 

“Biografía de la luz” es la 12ª obra de Pablo d’Ors, de la que, en sus cinco días de lanzamiento, se han vendido 1500 ejemplares 

 

Pablo d’Ors, antes que fuera ordenado sacerdote y escritor consagrado, fue (y es) un gran amigo mío, desde que tuve el privilegio de conocerle como compañero de Noviciado y Seminario en la congregación de los Misioneros Claretianos, de 1983 a 1987. En aquel tiempo compartimos pensamientos, poéticos muchos de ellos, que aún conservo, expresando amistad y arte a un tiempo, recuerdo y cariño, tan ocurrente y original como espiritual, e incluso con grandes dosis de humor, pero sobre todo llenos de una luz particular.

Su trayectoria ha sido muy variada a la par que interesante, sobre todo de profundización y madurez en el campo de la meditación personal (como la asociación de “Amigos del Desierto”), la ayuda a otros, la teopoética y la escritura, su ejercicio de claridad y simplicidad en la divulgación de las verdades de siempre, desde una óptica nueva, positiva y abierta a todos, donde la comunicación y mirada de sí mismo, de su corazón, ha intentado hacerla más purificada, más llena de amor y entrega a los demás...

Hace poco, con la editorial española Galaxia Gutenberg, donde tiene compromiso de exclusividad de toda su obra, ha publicado su duodécimo trabajo, “Biografía de la luz”, continuación natural (“no estratégica”, como él dice) de su “Biografía del silencio” (2012) donde plasmó su experiencia de meditador, que fue tan exitosa comercial y existencialmente para su sorpresa personal.

En esta novedad editorial, de 576 páginas, el autor ha seleccionado 105 pasajes o itinerarios, que se pueden leer de forma aleatoria u ordenada, basándose en pasajes evangélicos, siguiendo ese mismo estilo y estructura, mediante los que nos propone la luz de la figura y el mensaje de Jesús de Nazaret, a través de tres claves: existencial, meditativa y poética o artística, dedicadas a todo buscador espiritual.

Desde la lectura existencial pretende, más que resolver, disolver espiritualmente esos dilemas o problemas que nos atañen personalmente, sin evadirlos, sino a modo de acicate para abrir horizontes, como una propuesta de trabajo con el Evangelio como plantilla o recurso para iluminar lo que nos sucede.

Con una óptica meditativa se afirma el mapa de la conciencia que es el Evangelio en orden a descubrir de forma nueva lo que supone vivir hacia dentro, ir o volver a lo esencial, a la interioridad, al yo profundo, a la propia reconciliación con uno mismo.

 Y desde una mirada poética o artística, que es el punto de vista favorito de Pablo, el de la contemplación, donde afloran las imágenes de las que el alma está sedienta para hacer experiencia del olvido de sí, del yo profundo, de la purificación del corazón, el núcleo de uno mismo, el amor...

Para llegar a esa vía luminosa, Pablo ha tenido que atravesar una vía dolorosa, oscura, tenebrosa, pero nunca sin el mapa o brújula del Evangelio. Por eso, puedo decir que, aunque Pablo reconoce que en esta obra ha huido de su propio punto de vista, de su ego, es uno de sus escritos más “biográficos”, porque ha necesitado de casi diez años para una mayor comprensión de sí mismo, una catarsis, el ejercicio ascético de pasar de la sombra, o de gestación, en la oscuridad de sí, a ver que tenia que cambiar, cómo podía vivir con mayor profundidad, hondura… Empezó a escribir “Biografía de la luz” en medio de unas tinieblas personales, para luego, con esas claves antedichas personales y místicas, a través de la meditación en silencio y la indagación de la escritura, llegar a plantearse qué es la luz, cómo se llega a la luz y cómo ésta ilumina a uno mismo, la naturaleza, el sentido de la vida… y descubrir que esa lectura interior podía ayudar también a muchísimos lectores suyos.

Confía vivamente el autor, y yo también desde estas líneas, como gran amigo suyo, que este libro sea un instrumento de trabajo, meditación, olvido de sí y gozo para todo el que se aproxime a su lectura, de forma sencilla y clara, tal como ha sido escrito, como una obra de arte, con amor legible, espejo de la identidad del que lo ha escrito, con la esperanza que ilumine también así a sus lectores .

Por Echad vuestras redes - Enredados por Cristo, ReL


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Conoce el poder de la ternura de Dios sobre ti

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La tentación es poderosa y yo experimento la debilidad, pero el poder de la misericordia y el amor incondicional es insospechado

Ha comenzado la Cuaresma y pienso en la ternura y la misericordia de Dios:

«Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas. Acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes».

Es este tiempo de desierto un tiempo de misericordiaDios me mira conmovido, compasivo y me ama como soy, sin condiciones. Viene a mi vida para que mi vida cambie y sea mejor.

Este tiempo de desierto no es un tiempo triste sino alegre. No es un tiempo de oscuridades sino de luz y gozo. Eso me da tanta paz… Miro hacia delante.

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eldar nurkovic | Shutterstock

Estos cuarenta días son una aventura de la mano de Dios. Él no se baja de mi vida. Me sostiene y me alienta para que no desfallezca.

Me gusta su mirada en la Cuaresma. Sostiene mis pasos. Alienta mi desánimo y me permite creer que puedo caminar a su lado sin temer. Porque a su lado las tentaciones que sufra no van a encontrar mi debilidad.

Jesús renuncia a su poder para acercarse

Image des Beaux-arts de Paris / Dist. RMN-GP

Jesús se quedó cuarenta días en el desierto y fue tentado. Allí vivió la triple tentación que narran los evangelios.

El demonio lo tienta con el poseer. Todo será suyo si se doblega y lo adora a él. El mundo quedará a su servicio si él se convierte en siervo.

Jesús al hacerse hombre ha renunciado a todo su poder. No quiere la omnipotencia. Renuncia a ella y se convierte en un hombre más.

El demonio lo tienta. Podría ser el Señor de todo. Sólo si cambia de Señor. Si renuncia a ser hijo.

Y luego le tienta con los alimentos. No necesita pasar hambre. Él, si recupera su poder, puede convertir una piedra en un pan. ¿Para qué sufrir?

Y le sigue tentando. Puede llegar a ser el Señor de todo y todos lo servirán.

Pero no, Jesús no se deja tentar y se mantiene firme. Es el Hijo amado de Dios y eso basta para que los ángeles le sirvan. No necesita nada más. Ha renunciado al poder de Dios para ponerse a la altura de mis ojos.

Así el demonio intenta engañarme hoy

Y yo pienso en mis tentaciones en este tiempo de Cuaresma. Me adentro en el desierto de mi alma y escucho al demonio tentándome.

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¿No me tienta acaso cuando me ofrece ser querido y amado por todo el mundo si me doblego a lo que me piden?

¿No me dice que no tengo que renunciar a nada, que no tengo que optar por un camino y puedo aceptar todo como parte de mi vida?

¿No me sugiere que cualquier cosa que desee la puedo conseguir si me esfuerzo e incluso si renuncio a mis principios para conseguirla?

Esa tentación me dice que nunca estaré solo, nunca pasaré hambre y siempre tendré todo lo que desee. La felicidad plena aquí en la tierra, con eso basta.

Más que bueno: santo

Comentaba el padre José Kentenich:

«Lo que nuestro tiempo necesita, por no decir lo único que necesita, son nuevos santos, santos grandes, convincentes, cautivadores; y si no santos, ciertamente hombres nuevos, hombres íntegros, cristianos nuevos, verdaderos, de vida interior, perfectos«.

La invitación de este tiempo es a ser santos, no simplemente buenos. El mundo necesita personas de Dios, enamoradas de Él.

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Por eso me adentro en este desierto de tentaciones y le suplico a Dios que me dé la fuerza que necesito para ser fiel. Porque llegan las tentaciones y no me siento fuerte.

El mundo me ofrece el placer de los bienes de la tierra y yo me apropio de ellos, los busco, los deseo. Renuncio a otras cosas con tal de poseerlos. Los quiero para mí, no estoy dispuesto a renunciar.

El mundo me habla del poder que puedo tener si renuncio a esos principios que Dios me ofrece, si busco sólo mi bien, si me vuelvo egoísta y me centro sólo en mí.

Entonces me tienta tocar el mundo, la tierra y me siento débil con ese contacto que parece alejarme de Dios.

Que los placeres pasajeros no te engañen

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rudall30 | Shutterstock

En esta Cuaresma soy llevado por el Espíritu Santo al desierto. Y allí, desprovisto de mis seguros, soy tentado. Con la fuerza del mundo que pesa sobre mis hombros.

Puedo triunfar en todo, puedo ser el primero, puedo vencer en todas mis batallas, puedo conseguir la admiración de los hombres. Me siento pequeño. La tentación es poderosa. Y yo experimento la debilidad.

Quisiera romper ese yugo que parece hundirme, tira de mí hacia la tierra. Quiero levantarme y luchar. Quiero ser capaz de decir que no sólo de pan vive el hombre, cuando el pan me tienta. O decir que no quiero tentar a Dios, cuando me seduce el mundo que me halaga y aplaude.

Puedo decir que no quiero poseer todo lo que me atrae porque sólo es Dios el que le da sentido a mis pasos. Es verdad, es así, pero me cuesta ser firme y fiel al ser tentado.

Es demasiado atractivo el placer que se me ofrece. Es como toda una vida que pasa tentadora ante mis ojos ofreciéndome el cielo en la tierra.

¿De qué me sirve tanta renuncia por amor? No quiero renunciar a nada porque duele la renuncia. Duele entregar la vida por la persona amada, renunciar al primer puesto para que otros lo ocupen, p pasar hambre y sed para que otros puedan seguir comiendo y bebiendo.

Tantas tentaciones me seducen con placeres pasajeros. Se me olvida que estoy llamado a ser santo, a dar la vida por algo grande que merezca la pena.


Carlos Padilla Esteban, Aleteia


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viernes, 26 de febrero de 2021

43 consejos del Papa Francisco para ser santos hoy

 

POPE FRANCIS GENERAL AUDIENCE

Antoine Mekary | ALETEIA | I.MEDIA

“La apuesta es la de cooperar en la formación de chicos abiertos, libres del prejuicio difundido según el cual para valer hay que ser competitivos, agresivos, duros hacia los demás, en especial hacia los que son diferentes, extranjeros o los que de algún modo son vistos como obstáculo para la propia afirmación.”

“Gaudete et Exsultate”, es el título de la exhortación apostólica sobre el “Llamado a la Santidad en el Mundo Actual”

Después de dos mil años de historia, la Iglesia católica sigue marcando la pauta para que haya hombres y mujeres “felices” verdaderamente, “sin conformarse” con “una existencia mediocre, aguada, licuada”.

Pero, en nuestros días, ¿qué significa ser santo?, ¿cómo se logra esa santidad?. A esto responde el papa Francisco en la exhortación apostólica Gaudete et exsultate, [‘Alégrense y muéstrense contentos’ (Mt 5,12)], publicada el 9 de abril de 2018 y cuyo título parafrasea a Jesús que se dirige a los que son perseguidos o humillados por su causa.

Francisco nos dice que desde el principio la Biblia, de diversas maneras, hace un llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a Abraham: «Camina en mi presencia y sé perfecto» (Gn 17,1).

Advierte que no es un tratado sobre la santidad. “Mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad” en el contexto actual, “con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió «para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor» (Ef 1,4)”.

CAPITULO I

1. Los santos nos alientan y acompañan

Cap 1. El Llamado a la Santidad. Los santos nos alimentan y acompañan. 4. “Los santos que ya han llegado a la presencia de Dios mantienen con nosotros lazos de amor y comunión”. El Papa presenta la santidad en una “dinámica popular, en la dinámica de un pueblo”. Y habla de la Iglesia militante. “La santidad ‘de la puerta de al lado’; «la clase media de la santidad”. 11. “No se trata de desalentarse cuando uno contempla modelos de santidad que le parecen inalcanzables”.

2. La Santidad es para ti

La santidad es para todos. ¿Consagrados y consagradas? “Sé santo viviendo con alegría tu entrega”. “¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa… ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales”.

Francisco asegura en el punto 15: “En la Iglesia, santa y compuesta de pecadores, encontrarás todo lo que necesitas para crecer hacia la santidad”. Y cita a Benedicto XVI: «La santidad no es sino la caridad plenamente vivida» (21). Cada santo encarna “en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio” (19).

3. La Santidad no es pasividad: ¡Más vivos!

El papa Francisco saca del sopor y de la pasividad a los fieles. “26. No es sano amar el silencio y rehuir el encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la actividad, buscar la oración y menospreciar el servicio. 29. Esto no implica despreciar los momentos de quietud, soledad y silencio ante Dios”.

Instó a no tener miedo, como Juan Pablo II. 32. “No te quitará fuerzas, vida o alegría. Todo lo contrario, porque llegarás a ser lo que el Padre pensó cuando te creó”. Y agrega una santa ambición: “No tengas miedo de apuntar más alto, no tengas miedo de dejarte guiar por el Espíritu Santo en la vida”. Y citó a Léon Bloy: «Existe una sola tristeza, la de no ser santos»”.

CAPITULO II

4. Hay enemigos de la santidad

En el capítulo segundo, el Papa advierte de dos sutiles enemigos de la santidad. El Agnosticismo (Una mente sin Dios y sin carne) y el Pelagianismo actual (Una voluntad sin humildad). Sobre el agnosticismo, el uso del Dios spray, advierte que se trata de una “superficialidad vanidosa: mucho movimiento en la superficie de la mente, pero no se mueve ni se conmueve la profundidad del pensamiento”.

5. Salir de una lógica fría y de dominio

Advierte que (39) esto “puede ocurrir dentro de la Iglesia: pretender reducir la enseñanza de Jesús a una lógica fría y dura que busca dominarlo todo”.El Papa sostiene que Dios está en todos y exhorta en favor de una doctrina que viva el misterio en cada persona. “42. Aun cuando la existencia de alguien haya sido un desastre, aun cuando lo veamos destruido por los vicios o las adicciones, Dios está en su vida”.

Escribió sobre los límites de la razón y de una soberbia que se viste de santidad, pero no lo es. “45. San Juan Pablo II les advertía de la tentación de desarrollar «un cierto sentimiento de superioridad respecto a los demás fieles».

6. La voluntad humana no es suficiente

Respecto al pelagianismo actual, expresión de una voluntad sin humildad. “49. Cuando algunos de ellos se dirigen a los débiles diciéndoles que todo se puede con la gracia de Dios, en el fondo suelen transmitir la idea de que todo se puede con la voluntad humana; Dios te invita a hacer lo que puedas y a pedir lo que no puedas: «Dame lo que me pides y pídeme lo que quieras» (San Agustín)”.

7. No son suficientes nuestras obras o esfuerzos

Reiteró una enseñanza de la Iglesia muchas veces olvidada: “52. […]no somos justificados por nuestras obras o por nuestros esfuerzos, sino por la gracia del Señor que toma la iniciativa”. Nombró a los nuevos pelagianos: “58. Muchas veces, en contra del impulso del Espíritu, la vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo o en una posesión de pocos. Es quizás una forma sutil de pelagianismo”. En este sentido, resume la Ley: “60. «Porque toda la ley se cumple en una sola frase, que es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Ga 5,14)”.

CAPÍTULO III

8. Ser un buen cristiano significa seguir las Bienaventuranzas

En el capítulo III, titulado «A la luz del Maestro», el papa Francisco en el punto 63 responde a «¿Cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano?». “Es necesario hacer, cada uno a su modo, lo que dice Jesús en el sermón de las Bienaventuranzas”.

9. Para ser santo hay que ir contracorriente

De ahí que Jesús propone: “Felices los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”.“69. Esta pobreza de espíritu está muy relacionada con aquella «santa indiferencia» que proponía san Ignacio de Loyola, en la cual alcanzamos una hermosa libertad interior. (70.) Ser pobre en el corazón, esto es santidad”.

10. Un santo soporta los defectos de los demás

Como indica Jesús: «Felices los mansos, porque heredarán la tierra». Francisco explica que (72.) para santa Teresa de Lisieux, «la caridad perfecta consiste en soportar los defectos de los demás, en no escandalizarse de sus debilidades». 74. Reaccionar con humilde mansedumbre, esto es santidad”.

11. Un santo sabe llorar

“Felices los que lloran, porque ellos serán consolados”. El Papa insta (75) a salir de la lógica del mundo que nos hace gastar “muchas energías por escapar de las circunstancias donde se hace presente el sufrimiento”. E invita a (76) “saber llorar con los demás, esto es santidad”.

12. Un santo defiende a los indefensos”

«Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados”. El Pontífice en el punto79 explica que la palabra “justicia” puede ser sinónimo de fidelidad a la voluntad de Dios, pero si “le damos un sentido muy general olvidamos que se manifiesta especialmente en la justicia con los indefensos”. “Buscar la justicia con hambre y sed, esto es santidad”.

13. Un santo es misericordioso

“Felices los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”. Francisco recuerda que el Catecismo invita a aplicar esta ley «en todos los casos», de manera especial cuando alguien «se ve a veces enfrentado con situaciones que hacen el juicio moral menos seguro, y la decisión difícil».

14. El corazón mueve al santo: mantenerlo limpio

El Papa doblega la racionalidad al corazón, que está guiado por la fe en Dios. “85. En las intenciones del corazón se originan los deseos y las decisiones más profundas que realmente nos mueven”. «86. Mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor, esto es santidad”.

15. Mirar y actuar con misericordia, esto es santidad

«Felices los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios». En el punto 89, el Papa indica que no es fácil construir esta paz evangélica que no excluye a nadie sino que integra también a los que son algo extraños, a las personas difíciles y complicadas. Sembrar paz a nuestro alrededor, esto es santidad”.

16. Aceptar el camino del Evangelio aunque nos traiga problemas

“«Felices los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios». «Felices los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos» 94. Las persecuciones no son una realidad del pasado, porque hoy también las sufrimos, sea de manera cruenta, como tantos mártires contemporáneos, o de un modo más sutil, a través de calumnias y falsedades. Aceptar cada día el camino del Evangelio aunque nos traiga problemas, esto es santidad”.

17. Ver a Jesús en los extranjeros, en los enfermos

“95. «Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme»”.

18. Ser cristiano es reconocer la dignidad del pobre

El Papa pide fidelidad al Maestro y cuestiona: “98. Cuando encuentro a una persona durmiendo a la intemperie, en una noche fría, puedo sentir que ese bulto es un imprevisto que me interrumpe, un delincuente ocioso, un estorbo en mi camino, un aguijón molesto para mi conciencia, un problema que deben resolver los políticos, y quizá hasta una basura que ensucia el espacio público. O puedo reaccionar desde la fe y la caridad, y reconocer en él a un ser humano con mi misma dignidad, a una creatura infinitamente amada por el Padre. ¡Eso es ser cristianos!”.

19. No dejar que la ideología te separe de Jesús

“Las ideologías que mutilan el corazón del Evangelio”, expresó Francisco.Y lamenta dos errores nocivos: “100. Por una parte, el de los cristianos que separan estas exigencias del Evangelio de su relación personal con el Señor, de la unión interior con él, de la gracia”.

20. No sospechar siempre de los demás

El Papa considera nocivo e ideológico estar siempre sospechando (101)“del compromiso social de los demás, considerándolo algo superficial, mundano, secularista, inmanentista, comunista, populista”.

21. Defender al no nacido, pero también al nacido en miseria

“La defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada. Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria”.

22. Defender a los migrantes

El papa Francisco explicó que defender a los migrantes o los extranjeros no es “un invento de un Papa o de un delirio pasajero”. “102. Suele escucharse que, frente al relativismo y a los límites del mundo actual, sería un asunto menor la situación de los migrantes, por ejemplo. Algunos católicos afirman que es un tema secundario al lado de los temas «serios» de la bioética”.

23. Ser santo es cansarse para vivir las obras de misericordia

“107. Quien de verdad quiera dar gloria a Dios con su vida, quien realmente anhele santificarse para que su existencia glorifique al Santo, está llamado a obsesionarse, desgastarse y cansarse intentando vivir las obras de misericordia”.

24. Hedonismo y virtualidad nos alejan de quien sufre

“108. El consumismo hedonista puede jugarnos una mala pasada. También el consumo de información superficial y las formas de comunicación rápida y virtual pueden ser un factor de atontamiento que se lleva todo nuestro tiempo y nos aleja de la carne sufriente de los hermanos”.

25. Inspirarse en el testimonio de los santos

“109. La fuerza del testimonio de los santos está en vivir las bienaventuranzas y el protocolo del juicio final. Recomiendo vivamente releer con frecuencia estos grandes textos bíblicos, recordarlos, orar con ellos, intentar hacerlos carne. Nos harán bien, nos harán genuinamente felices”.

CAPÍTULO IV

En el capítulo cuarto, el papa Francisco presenta algunos puntos importantes de la santidad en el mundo actual, además de los tradicionalmente conocidos: “oración”,“Eucaristía y la Reconciliación”, sacrificios, entre otros. En el punto 111, destaca que existen riesgos en la cultura de hoy para atender las manifestaciones del amor de Dios y del prójimo. En ella se manifiestan: “la ansiedad nerviosa y violenta que nos dispersa y nos debilita; la negatividad y la tristeza; la acedia cómoda, consumista y egoísta; el individualismo, y tantas formas de falsa espiritualidad sin encuentro con Dios que reinan en el mercado religioso actual”.

26. Aguante, paciencia y mansedumbre

En este caso, el Papa invita al aguante, la paciencia y la mansedumbre (112). Se trata de la fidelidad al amor de Dios y la fidelidad al amor del prójimo. 113. Como pide San Pablo a los cristianos, no devolver el mal que los demás te hagan. 114. Insta a estar atentos a las propias manifestaciones de agresividad y egoísmo.

27. Nada de violencia en las redes e Internet

El Papa habla de una santidad que pasa por evitar la violencia verbal en Internet y en los diversos espacios digitales. Y advierte a los medios católicos para que se pongan limites porque es intolerable la difamación y la calumnia.

28. Un santo alegre y con sentido del humor

Francisco insiste en que un santo que se respete tiene mucha alegría y sentido del humor. Un santo aleja de sí la tristeza, la nostalgia. Ser cristianos es “alegría en el Espíritu Santo” porque el amor de la caridad sigue necesariamente la alegría”.

29. Audacia y fervor

En el punto 129. El Papa indica que vivir con honestidad y transparencia necesita audacia. Por ello, Jesús insiste en que el cristiano no debe tener miedo.

30. Vivir y amar la comunidad

En el punto 140, enseña que luchar solo no tiene mucho sentido. Se necesita de la comunidad para salir airoso en Cristo de las insidias y de las tentaciones. “Si estamos muy solos, fácilmente perdemos el sentido de la realidad, la claridad interior, y sucumbimos”.

31. Vivir en oración constante

El Papa expresó que parecería obvio y, en cambio, no lo es: rezar y es importante para estar todos los días abiertos a la trascendencia. El Santo es una persona del “espíritu” en oración que tiene necesidad de “comunicarse con Dios”.

Capítulo V

En el capítulo V, el Papa insta a combatir, vigilar y discernir.

32. Luchar siempre

“158. La vida cristiana es un combate permanente. Se requieren fuerza y valentía para resistir las tentaciones del diablo y anunciar el Evangelio. Esta lucha es muy bella, porque nos permite celebrar cada vez que el Señor vence en nuestra vida”.

33. Salir de la mediocridad
“159. No se trata solo de un combate contra el mundo y la mentalidad mundana, que nos engaña, nos atonta y nos vuelve mediocres sin compromiso y sin gozo. Tampoco se reduce a una lucha contra la propia fragilidad y las propias inclinaciones. Es también una lucha constante contra el diablo. Jesús mismo festeja nuestras victorias”.

34. Ser santos no es un mito

“161. Entonces, no pensemos que es un mito, una representación, un símbolo, una figura o una idea. Ese engaño nos lleva a bajar los brazos, a descuidarnos y a quedar más expuestos. Él no necesita poseernos. Nos envenena con el odio, con la tristeza, con la envidia, con los vicios. Y así, mientras nosotros bajamos la guardia, él aprovecha para destruir nuestra vida, nuestras familias y nuestras comunidades”.

35. Ser despiertos y confiados en Dios

162. Nuestro camino hacia la santidad es también una lucha constante. Quien no quiera reconocerlo se verá expuesto al fracaso o a la mediocridad. Para el combate tenemos las armas poderosas que el Señor nos da: la fe que se expresa en la oración, la meditación de la Palabra de Dios, la celebración de la Misa, la adoración eucarística, la reconciliación sacramental, las obras de caridad, la vida comunitaria, el empeño misionero.

36. Salir de la corrupción espiritual

“164. «No nos entreguemos al sueño». Porque quienes sienten que no cometen faltas graves contra la Ley de Dios, pueden descuidarse en una especie de atontamiento o adormecimiento”.

37. Dividir las cosas malas de las buenas

«166. ¿Cómo saber si algo viene del Espíritu Santo o si su origen está en el espíritu del mundo o en el espíritu del diablo? La única forma es el discernimiento, que no supone solamente una buena capacidad de razonar o un sentido común, es también un don que hay que pedir. Si lo pedimos confiadamente al Espíritu Santo, y al mismo tiempo nos esforzamos por desarrollarlo con la oración, la reflexión, la lectura y el buen consejo; seguramente podremos crecer en esta capacidad espiritual.«

38. No ser marionetas a merced del mal

“167. Todos, pero especialmente los jóvenes, están expuestos a un zapping constante. Sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos fácilmente en marionetas a merced de las tendencias del momento”.

39: Siempre a la luz del Señor

“169. El discernimiento no solo es necesario en momentos extraordinarios, o cuando hay que resolver problemas graves. Nos hace falta siempre: muchas veces esto se juega en lo pequeño, en lo que parece irrelevante”.

40: Un don sobrenatural

“171. Si bien el Señor nos habla de modos muy variados en medio de nuestro trabajo, a través de los demás, y en todo momento, no es posible prescindir del silencio de la oración detenida para percibir mejor ese lenguaje, para interpretar el significado real de las inspiraciones que creímos recibir.»

41. Escuchar a Dios

“172. Solo quien está dispuesto a escuchar tiene la libertad para renunciar a su propio punto de vista parcial o insuficiente, a sus costumbres, a sus esquemas. 173. No se trata de aplicar recetas o de repetir el pasado”.

42. La lógica del don y de la cruz

175. Hace falta pedirle al Espíritu Santo que nos libere y que expulse ese miedo que nos lleva a vedarle su entrada en algunos aspectos de la propia vida. Esto nos hace ver que el discernimiento no es un autoanálisis ensimismado, una introspección egoísta, sino una verdadera salida de nosotros mismos hacia el misterio de Dios, que nos ayuda a vivir la misión a la cual nos ha llamado para el bien de los hermanos.

43. La Virgen María, modelo y ayuda

“176. Quiero que María corone estas reflexiones, porque ella vivió como nadie las bienaventuranzas de Jesús. Ella es la que se estremecía de gozo en la presencia de Dios, la que conservaba todo en su corazón y se dejó atravesar por la espada. Es la santa entre los santos, la más bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña. Ella no acepta que nos quedemos caídos y a veces nos lleva en sus brazos sin juzgarnos. Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para explicarle lo que nos pasa. Basta musitar una y otra vez: «Dios te salve, María…».»

Ary Waldir Ramos Díaz, Aleteia


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Frente al feminismo eclesial, la «vocación de lo femenino»: contundente respuesta de unas católicas

 Su manifiesto denuncia la «crisis antropológica» de la complementariedad hombre-mujer


El feminismo es una ideología que goza en estos momentos de un poder enorme en el ámbito político, social y cultural. Como un rodillo, todo aquel que no se pliega al pensamiento feminista corre el riesgo de ser aplastado en el ámbito público. Sus tentáculos también se extiendan al catolicismo, que sufre los envites desde fuera, y también en su interior, de una ideología que pretende destruir los cimientos en los que se sustenta la Iglesia Católica.

En Alemania justamente estos días un grupo feminista que se denomina católico y se llama Maria 2.0 ha imitado a Lutero y ha clavado siete tesis en las puertas de catedrales y templos alemanes.

Aunque Lutero nunca clavó sus tesis estas feministas reclaman una iglesia con justicia de género en la que todos tengan accesos a todos los cargos y donde además se existe una actitud que acoja la sexualidad autodeterminada y la abolición del celibato obligatorio.

Las feministas

Las feministas "católicas" alemanas han 'clavado' sus tesis radicales en iglesias y catedrales

Esta actitud tan acorde a la ideología que se va imponiendo contrasta, sin embargo, con un grupo de católicas francesas que han creado un manifiesto sobre “la vocación de lo femenino” y que hace una defensa completamente opuesta de la mujer que la realizada por feministas tanto eclesiales como extraeclesiales.

Más de 500 mujeres se han adherido ya a este manifiesto. Amas de casa, ingenieras, profesoras, estudiantes… Mujeres de todo tipo y condición que creen que “la obstinación por el matrimonio de los sacerdotes o el sacerdocio de la mujer son, para nosotras, síntomas de una grave crisis litúrgica enraizada en una crisis antropológica aún más profunda sobre la complementariedad de hombre y mujer”.

De este modo, estas mujeres católicas recuerdan que en “un momento en el que nos damos cuenta del peligro del clericalismo, paradójicamente olvidamos que las mujeres están excluidas de manera divina de la jerarquía eclesial por el bien de toda la Iglesia”.

Una "caricatura empobrecida"

En su opinión, “nunca hasta hoy la vocación de la mujer se había representado como una caricatura tan empobrecida”.

Además citan el Antiguo Testamento, como Dios utiliza para liberar a su pueblo a mujeres como Judit o Ester. Pero sobre recuerdan la Encarnación, donde “Dios nos da a su propio Hijo a través de la Virgen María” y en “ella el Amor de Dios encuentra su morada irrevocable”.

Por ello, en el manifiesto recalcan que ya sea uno “hombre o mujer tenemos una deuda con este sí femenino. Como resultado de esta respuesta, las mujeres en el cristianismo tienen su propia libertad de expresión y acción. Es justo recordar algunas figuras ilustres como Catalina de Siena o Juana de Arco, pero también reconocer las discretas intervenciones de las mujeres incluso en nuestra vida personal”.

Santa Catalina de Siena ha desempeñado un papel fundamental en la historia de la Iglesia

Santa Catalina de Siena ha desempeñado un papel fundamental en la historia de la Iglesia

Por otro lado, señalan que la mujer es también educadora. “Queremos que nuestros hijos encuentren hitos claros en sus vocaciones como hombres y mujeres. No se debe alentar a las niñas a participar en un clima de lucha y demandas. Se les debe animar a desarrollar y dar cuenta de sus propios talentos y carismas. Deben recibir el hecho de ser mujer, por lo que significa: ¡una gracia notable!”, aseguran.

La complementariedad entre el hombre y la mujer

Pero además “en cuanto a los niños, -agrega el manifiesto- deben ser educados en el temor de Dios, en la entrega desinteresada de sí mismos, en el respeto y la admiración del cuerpo humano femenino y masculino. Hoy, para el desarrollo de la personalidad, estamos redescubriendo la necesidad de espacios de expresión propios de cada uno. Los niños y niñas también deben percibir el valor incondicional de la feminidad y la maternidad, encomendada a la paternidad y la masculinidad”.

El espíritu de este manifiesto es que las firmantes tienen claro que como “mujeres católicas, conscientes de nuestro privilegio mariano, elegimos poner nuestras energías y talentos al servicio de la complementariedad efectiva del hombre y la mujer”.

Y esto es así porque están convencidas de que su “vocación específica no es un espejo de la del hombre y no necesita ser ennoblecida por el servicio del altar”. En este sentido, creen que “así como un hombre tiene una deuda con la maternidad espiritual, expresamos nuestra gratitud por el servicio masculino al altar”.

“Somos conscientes de que nuestros pastores, para ser fieles a la llamada evangélica ya la tradición bíblica y eclesial, tienen que sufrir presiones y que aún tendrán mucho que sufrir. Les aseguramos nuestra oración y nuestro cariño fraterno para que su celibato ofrecido y unido al Único Sacrificio sea siempre fecundo”, concluye el manifiesto de estas mujeres católicas.

Javier Lozano / ReL


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Los feligreses llegan a misa y se encuentran un hombre muerto en el pasillo ante el altar

 


Faltaban 45 minutos para empezar la misa de domingo cuando un hombre de unos 60 años entró en la iglesia, se arrodilló, avanzó lentamente hasta llegar casi al altar... y allí cayó y se murió.

Sucedió el pasado domingo 21 de febrero, a las 12:15, en la parroquia de Jesús Sacerdote en la Ciudad de México (colonia Pedregal de San Nicolás, en Tlalpan), y lo ha contado, con fotos enviadas de la parroquia, el semanario de la diócesis, Desde La Fe.

El sacristán vio morir al hombre y avisó al párroco. Los fieles iban llegando a la iglesia y veían el cuerpo del fallecido ante el altar.

El párroco, el padre Sajid Lozano, llamó al 911 para pedir auxilio. “Había varias señales que nos indicaban que ya no podíamos hacer nada, que ya había fallecido”, señala. Los servicios de emergencia llamaron a la Policía y poco después llegaron los paramédicos.

Un infarto fulminante

“Nos dijeron que la muerte había ocurrido por un infarto fulminante y que no tenía signos de violencia”, explica el sacerdote. Dieron permiso a la iglesia para continuar con sus actividades mientras intentaban buscar alguien que lo reconociera.

Un muchacho que pasó cerca del templo, consultado por la policía, pudo identificar al difunto y condujo a los agentes a su casa.

Mientras tanto, un feligrés trajo una sábana blanca para cubrir el cuerpo y pusieron velas a sus pies.

A las 12:45 horas, llegó el hijo del difunto, conmocionado. Como había que celebrar la misa, y la policía dio autorización, sin mover el cuerpo convirtieron la Eucaristía en una ceremonia de cuerpo presente, con el hijo del difunto.

El padre Sajid Lozano y el difunto en la parroquia Jesús Sacerdote de Ciudad de México

Rezaron y lloraron por el desconocido

Así, los feligreses “rezaron por una persona que no conocían, pero que era un miembro de la comunidad… Algunos lloraron -recordó el padre Sajid-, pues estaban sorprendidos y conmovidos también por el dolor de la pérdida”.

“A la gente le impactó mucho, noté a mi comunidad sorprendida por lo que había pasado, juntos reflexionamos que la muerte es sólo el final de nuestro peregrinar en este mundo, pero el comienzo de la vida eterna”.

El difunto, que se llamaba Juan, “vino por su propio pie a su Misa de cuerpo presente”, comentó el sacerdote en la homilía.

Al semanario diocesano, el sacerdote le comenta: “Pienso que él ya se sentía mal, que sentía desesperación y quiso venir a la iglesia para finalmente morir aquí”. Es una forma realmente intensa de empezar la Cuaresma y su reflexión sobre la fugacidad de la vida.

ReL

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TODA LA CUARESMA EN UN SOLO HIMNO

 Harpa Dei, coro de música sacra formado por los hermanos germano-ecuatorianos Gerstner, interpreta Audi benigne Conditor, un himno atribuido al Papa San Gregorio Magno (590-604) que recoge en su letra todo lo que la Cuaresma significa: «Oh bondadoso Creador: escucha la voz de nuestras súplicas y el llanto que derramamos mientras dura el sacrosanto ayuno de estos cuarenta días. A Ti, que escrutas nuestros corazones y conoces todas sus flaquezas, nos dirigimos para suplicarte la gracia celestial de tu indulgencia. Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos, pero estamos, al fin, arrepentidos y te pedimos, por tu excelso nombre, que nos cures los males que sufrimos. Haz que por la virtud de la abstinencia podamos dominar a nuestros cuerpos, y que, participando del ayuno, no pequen más los corazones nuestros. Oh Trinidad Santísima, concédenos, oh simplicísima Unidad, otórganos que los efectos de la penitencia de estos días nos sean provechosos. Amén


ReL

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