Audiencia General. El Papa Francisco aseguró que la liturgia de la Iglesia es fuente de piedad y alimento de la oración personal.
La «Misa no puede ser solo ‘escuchada’, como si nosotros fuéramos solo espectadores».
El papa Francisco explicó que la expresión “voy a escuchar la misa” es errónea. «La Misa no puede ser solo “escuchada”, pasivamente como algo que se desliza sin involucrarnos».
En la Audiencia General de este miércoles 3 de febrero, en el Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa predicó sobre el nexo entre la oración y la liturgia.
Incluso cuando no se celebra en un lugar convencional por necesidad. «Un cristianismo sin liturgia es un cristianismo sin Cristo». Por ello, el Papa recordó el rito que han celebrado y celebran los cristianos perseguidos, en los lugares de prisión, o en el escondite de una casa.
«Cristo se hace realmente presente y se dona a sus fieles».
Liturgia
El Papa alertó sobre «la tentación de practicar un cristianismo intimista». Es decir, una religiosidad que no reconoce a la liturgia «su importancia espiritual, hasta considerarla inútil y dañina».
Así, subrayó importancia de participar en la Misa dominical y en las celebraciones litúrgicas en general para no correr el riesgo de alimentar la propia vida espiritual «en fuentes devocionales y no en la liturgia».
El Papa recientemente indicó que quien no sigue el Concilio Vaticano II no está con la Iglesia (30.01.2021), el cual propone la liturgia como celebración de la vida y de la fe.
En este contexto, sostuvo, «la Constitución sobre la Liturgia del Vaticano II subrayó la importancia en la vida de los cristianos de la divina liturgia, que es acción de Cristo, que significa y realiza principalmente su misterio pascual».
Por ello, prosiguió, «no existe espiritualidad cristiana que no tenga como fuente la celebración de los divinos misterios, porque la liturgia no es una “oración espontánea”, sino acción de la Iglesia, encuentro con Cristo mismo, que se hace presente con la fuerza del Espíritu Santo, a través de los signos sacramentales, para comunicarnos su gracia.
«Un cristianismo sin liturgia es, por lo tanto, un cristianismo sin Cristo», reafirmó.
La misa no es solo celebrada por el sacerdote…
«La Misa siempre es celebrada, y no solo por el sacerdote que la preside, sino por todos los cristianos que la viven.
¡El centro es Cristo! Todos nosotros, en la diversidad de los dones y de los ministerios, todos nos unimos a su acción, porque es Cristo el Protagonista de la liturgia», afirmó el Papa.
«Cuando los primeros cristianos empezaron a vivir su culto, lo hicieron actualizando los gestos y las palabras de Jesús, con la luz y la fuerza del Espíritu Santo, para que su vida, alcanzada por esa gracia, se convirtiera en sacrificio espiritual ofrecido a Dios. Este enfoque fue una verdadera “revolución”.
Escribe San Pablo en la Carta a los Romanos: «Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual» (12,1).
La vida está llamada a convertirse en culto a Dios, pero esto no puede suceder sin la oración, especialmente la oración litúrgica.
Este pensamiento nos ayude a todos cuando vamos a la misa del domingo. Voy a rezar en comunidad, voy a rezar con Cristo que está presente. Cuando vamos a la celebración de un Bautismo, es Cristo que celebra el bautismo.
‘Pero, padre este es un modo de decir, es una idea’. No, no lo es. Cristo está presente; en la liturgia tu rezas con Cristo a tu lado”, concluyó.
Por ultimo, el Papa saludó a los fieles de lengua española. «Pidamos al Señor que avive en nosotros la necesidad de participar en los divinos misterios, donde Cristo está presente, y que a través de la oración, especialmente de la oración litúrgica, toda nuestra vida sea un culto agradable a Dios. Que el Señor los bendiga».
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