jueves, 4 de febrero de 2021

Este es el mejor momento de tu vida para que esto ocurra

 

étudiante


Estoy viviendo tiempos difíciles. Tal vez es la oportunidad para encontrarme con Dios en mi vida y que algo comience a ser diferente, mejor, más hondo...

El momento es apremiante. El instante que vivo ahora, el presente que toco es lo que cuenta. Dios viene a mi vida ahora, en este momento en el que me encuentro. Dice el apóstol san Pablo:

«El momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina».

En el presente en el que sucede mi vida, ahí está Dios saliendo a mi encuentro. Y tengo que vivir como si lo que ahora temo, no valiera la pena temerlo. O lo que ahora me angustia, no precisara mis angustias y ansiedades.

Porque el mundo que veo ahora pasa y todo descansa en el corazón de Dios.

God help
Vadym Sh - Shutterstock

Y entonces sé que Dios viene para cada ahora, en cada momento de mi vida, para salvarme, para enseñarme a vivir. Viene a mi rutina diaria, a mi vida cotidiana y me mira a los ojos.

Jesús irrumpe en sus vidas, en mi vida, cuando menos lo espero.

Este es el momento

En la espiritualidad india hay una ley que dice:

«En cualquier momento que comience es el momento correcto. Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después».

El comprender que las cosas suceden en el momento correcto me da paz. Ni antes ni después. Es en este momento.

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© Africa Studio I Shutterstock

La pandemia ha llegado en el momento correcto. En mi corazón tal vez hubiera preferido antes o después, o nunca. Pero eso no importa, ha llegado cuando tenía que llegar.

Aceptar que las cosas suceden en el momento correcto me da paz, me quita el miedo y la ansiedad. Es el mejor momento de mi vida para que esto ocurra. Entender así la vida me permite vivir con una paz honda y segura.

Jesús también llega a mi vida en el mejor momento, en el correcto. No cuando yo se lo exijo, sino cuando Él ve que mi corazón está preparado para su venida. En ese momento se detiene delante de mi pesca.

Si yo no estuviera preparado seguiría pescando sin entender que viene para mí. Si yo no estuviera buscando algo le cerraría la puerta y Jesús tendría que pasar de largo.

Comienza todo en el momento correcto. Cuando mi alma está abierta y dispuesta a cambiar de vida. Tal vez antes no existía esa predisposición positiva. Decía Sor Verónica, fundadora de Iesu Communio:

«Hoy puede ser el momento de ver nuestra verdad. La esperanza sale a mi encuentro. Una persona, Cristo vivo».

Oportunidad

Estoy viviendo tiempos difíciles. Tal vez es la oportunidad para encontrarme con Dios en mi vida y que algo comience a ser diferente, mejor, más hondo.

PANDEMIA
Jakob Braun/Unsplash | CC0

Me gusta pensar que la vida se juega en esos instantes en los que tengo que tomar una decisión.

O me detengo o sigo de largo. O abro una puerta y paso por ella, o espero a que la puerta se abra. O vivo tranquilo como si nada fuera a pasar o estoy en tensión atento a la llegada de Aquel que puede cambiarlo todo a mi alrededor.

Vivir el presente pasa por estar atento, lo tengo claro. El mundo cambia constantemente. Todo sucede a una velocidad vertiginosa. Es imposible estar atento a todo.

Y corro el riesgo de vivir pendiente de todo lo que sucede fuera de mí, pero incapaz de ver lo que ocurre en mi corazón. Puedo vivir desparramado en las cosas del mundo y ajeno totalmente a lo que Dios susurra dentro de mi alma.

Jesús me llama por mi nombre dentro de mí. Viene a mi pesca, en medio de mi rutina. Y quiere pescar conmigo, quiere quedarse conmigo.

Si yo no me detengo en el presente de mi vida y escucho atento, las cosas sucederán sin que yo decida nada, sin que yo haga nada. Pasará Jesús de largo y no lograré verlo ni escuchar su voz.

Me gusta vivir así, atento, en tensión, dispuesto a escuchar su voz y saber lo que quiere que haga con mi vida, con mis horas.

Carlos Padilla Esteban, Aleteia


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