martes, 28 de febrero de 2023

¿Sirve de algo rezar «como un papagayo»?

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Jesús condena las frases vacías en la oración, pero lo importante es orar con amor

Amenudo, cuando los cristianos se encuentran con el siguiente pasaje de los Evangelios, creen que habla en contra de oraciones como el Rosario o incluso la oración de Jesús («Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, pecador»):

«Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados» (Mt 6,7)

A simple vista, podría parecer que Jesús cree que los que rezan letanías interminables, repitiendo las mismas palabras, son «paganos». ¿Es verdad esto? ¿Deberían los cristianos evitar repetir las mismas oraciones una y otra vez?

Revisemos este pasaje más de cerca.

Primero, antes de examinar el pasaje de Mateo 6,7, esta discusión fue provocada por un encuentro que se dio en el libro El camino del Peregrino.

En sus andanzas, el Peregrino se encontró con un hombre devoto que estaba en contra de rezar la «Oración de Jesús» una y otra vez a lo largo del día. Él dice: «el repetir incansablemente las mismas palabras puede volverlo a uno loco y arruinar el corazón» (p.54)

¿Será cierto?

Para encontrar la respuesta, examinemos el versículo del Evangelio en cuestión. En el contexto, Jesús está hablando acerca de diferentes facetas de su vida en su «Sermón de la Montaña».

Luego de ofrecer algunas palabras acerca de la ofrenda y la limosna, Jesús se vuelve a la oración y trata de enseñar a sus discípulos la manera correcta de orar a Dios.

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Pascal Deloche | Godong

Es interesante ver como, justo luego de la amonestación de Jesús contra las oraciones paganas, añade esto:

«No hagan como ellos, pues antes de que ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan. Ustedes, pues, recen así: Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo. Danos hoy el pan que nos corresponde; y perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno». (Mt 6,8-13)

Entonces Jesús les enseña a sus discípulos una «fórmula» para orar en contraste a como lo hacen los paganos. ¿No estaba Jesús condenando las oraciones de este tipo?

Yendo un poco más adentro, encontramos que lo que en realidad Jesús estaba condenando era la forma pagana de dirigirse a sus dioses.

«Los paganos recitan largas letanías con nombres divinos para llamar la atención de los dioses. Esto se hacía para garantizar que uno se dirigía a la deidad de manera correcta. Jesús considera esto una práctica vacía, es decir, carencia de fe y amor por la deidad».

El sitio web Catholic Answers (Respuestas Católicas) confirma esto y añade:

Jesús dijo: «no imiten a los paganos con sus letanías interminables»… Debemos recordar que la idea principal de la oración y el sacrificio de los paganos era apaciguar a los dioses de manera que ellos pudiesen continuar con sus vidas. Se debía tener cuidado de nombrar a todos los dioses y de decir las palabras justas, pues de lo contrario se podrían atraer una maldición sobre sí».

De manera que los paganos, para cubrir todas las esquinas, recitaban interminables letanías con los nombres de las deidades paganas para garantizar que las deidades «no los golpearan».

Estos rituales trataban de «apaciguamiento» y en ningún momento estaban dirigidos al amor.

¿Rezar el Rosario es diferente?

El Rosario y la oración de Jesús son diferentes porque nacieron del amor por Dios. Y, ¿quién diría que no debemos decirle a Dios cuánto lo amamos?

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Julian Kumar / Godong

Veámoslo desde este punto de vista: ¿se enojaría tu esposo o tu esposa si le dijeras cuánto lo has amado? ¿Les molestaría si se lo repitieras cada día o incluso en múltiples ocasiones a lo largo del día?

Yo le digo a mi esposa que la amo docenas de veces al día (si no más). ¿Es malo? ¿Me debería contener de decirle que la amo y limitarme a hacerlo una sola vez al día? ¿O una vez al mes? ¿Una vez al año tal vez?

La palabra «Rosario» viene del latín «Rosarium» que significa corona de rosas o guirnalda de rosas.

Rezar el Rosario es como darle a Nuestra Santísima Madre una corona de rosas y decirle cuánto la amamos a ella y a su Hijo. ¿Es malo obsequiarle a alguien que amamos una guirnalda de rosas?

Sobre todas las cosas, Jesús condena las frases vacías en la oración.

No debemos orar para «apaciguar» a un Dios vengativo y lleno de ira. Ni deberíamos rezar el Rosario creyendo que María calmará el temperamento de Dios.

Nuestras oraciones deben nacer del amor a Dios y ese es el secreto del poder del Rosario y la Oración de Jesús.

Si tenemos amor y oramos con amor, no tenemos de qué preocuparnos.

Philip Kosloski, Aleteia 

Vea también    La Oración del Nombre de Jesús




















Ross Douthat alerta en el «New York Times»: inquietantes datos sobre la tristeza de los adolescentes

Ruptura familiar, abandono de la religión,
fallida socialización a través de las redes...


La disgregación familiar, el abandono de la religión, las formas destructivas de socialización... muchas causas confluyen a un resultado: cada vez los jóvenes sufren más la depresión y se suicidan con mayor frecuencia. 

Ross Douthat (San Francisco, 1979) es uno de los creadores de opinión de referencia en el ámbito conservador estadounidense, columnista en The New York Times desde 2009.  De orígenes familiares pentecostales, se convirtió al catolicismo en su adolescencia.

Una adolescencia que vivió cuando estaban vigentes unos parámetros sociales que han cambiado mucho. Y no para bien, a tenor de las estadísticas sobre tristeza y depresión juveniles que analiza en su último artículo en el diario neoyorquino:

Los adolescentes estadounidenses son realmente tristes. ¿Por qué?

Los adolescentes estadounidenses, y especialmente las adolescentes, son cada vez más desgraciados: más propensos a tener pensamientos suicidas y a actuar en consecuencia, más propensos a sufrir depresión, más propensos a sentirse acosados por "sentimientos persistentes de tristeza o desesperanza", por citar un informe de una encuesta de los Centers for Disease Control and Prevention [Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades].

Los adultos de todas las épocas tendemos a preocuparnos por el estado de la juventud en relación con los buenos tiempos en que nosotros mismos éramos jóvenes y llenos de promesas. Pero en el debate sobre estas tendencias psicológicas, los alarmistas llevan las de ganar: como ha referido Jonathan Haidt, de la Universidad de Nueva York, uno de los principales alarmistas, en un indicador tras otro se puede ver un punto de inflexión a principios de la década de 2010, donde comienza un oscurecimiento que continúa hasta hoy.

Haidt cree que el principal instigador es el auge de las redes sociales.

Otros candidatos causales, enumerados por Derek Thompson de The Atlantic en sus útiles ensayos sobre el tema, tienden a tener un sesgo ideológico más fuerte: un progresista podría apuntar a la ansiedad de los adolescentes sobre el cambio climático o los tiroteos en las escuelas o el ascenso de Donald Trump; un conservador podría insistir en que son los efectos nefastos de las políticas de identidad o del aislamiento creado por el confinamiento debido al covid.

En general, creo que si buscas una única explicación, Haidt expone las mejores razones.

El momento justo de esa tendencia en la salud mental encaja con la creciente sustitución de la socialización personal en favor del teléfono inteligente, mientras que el Gran Despertar [el movimiento woke] y el trumpismo son cronológicamente posteriores. Y el coronavirus exacerbó el problema sin ser un cambio decisivo.

Mujer sosteniendo un teléfono móvil.

Muchos adolescentes socializan cada vez más a través del teléfono móvil, en detrimento de las relaciones personales reales: Daria Neprakhina / Unsplash.

Dejando a un lado los datos, habiendo vivido la revolución on line como participante y , al mismo tiempo, como padre, parece obvio que las redes sociales han empeorado la experiencia de la entrada en sociedad en comparación con los felices años 90, creando una "sensación de otra conciencia que está soldada a la tuya y que tiene voz y voto todo el tiempo", como escribió recientemente mi  amigo Freddie deBoer, adolescente también en los 90, lo que hace que la autoconciencia general de la adolescencia sea mucho más brutal.

Pero cuando se analizan los efectos de un choque tecnológico también es útil analizar la sociedad que existía justo cuando llegó el choque.

En Internet "podríamos haber construido cualquier tipo de mundo", escribe Thompson. "Pero hemos construido este. ¿Por qué nos hemos hecho esto a nosotros mismos?". Una respuesta es que las redes sociales entraron en un mundo que estaba experimentando el triunfo de un cierto tipo de progresismo social, al que la nueva tecnología sometió a una prueba de estrés en la que ha fracasado de forma notoria.

Por "progresismo social" no me refiero al progresismo que despegó en la era Trump: antirracismo y diversidad-igualdad-inclusión y #MeToo. Me refiero al progresismo más individualista que surgió en la década de 1960 y experimentó un segundo despegue a lo largo de la primera década del 2000.

Sus rasgos definitorios fueron la rápida secularización (el declive de la identificación cristiana se aceleró a partir de la década de 1990) y la creciente permisividad social y sexual, que se extendió más allá del apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo a las creencias sobre el sexo prematrimonial pasando por el divorcio, la maternidad fuera del matrimonio, el consumo de marihuana y más.

En los primeros años de la administración Obama, muchos progresistas asumieron que estas tendencias eran positivas y saludables, o al menos sostenibles y manejables. No estaban produciendo el desorden social que los conservadores siempre temen, la delincuencia era baja y el declive de la familia biparental podía tratarse principalmente como un problema económico, y los Estados Unidos demócratas (o al menos los Estados Unidos demócratas de clase media alta) parecían estar equilibrando con éxito la libertad moral y la responsabilidad personal.

Pero entonces la revolución de los teléfonos inteligentes pidió a las personas crecidas en estas condiciones -crecidas con menos estabilidad familiar y escaso apego a la religión, con un fuerte énfasis en la 'creación' de sí mismos y una fuerte hostilidad a la "normatividad"- que entraran y forjaran un nuevo mundo social.

Y salieron y crearon el mundo en línea que conocemos hoy, con su movimiento que, de una punta a otra, se movía entre los extremos del narcisismo tóxico y la solidaridad de la turba, su lenguaje terapéutico desvinculado de la comunidad real, su conspiracionismo y sus manías ideológicas, su miseria mimética y su catastrofismo desesperado.

Todo ello ha hecho que el progresismo social parezca mucho más insostenible y autodestructivo que en 2008. Está amenazado, no solo por el radicalismo político y el retorno del desorden, sino también por un colapso de las relaciones familiares y sentimentales e incluso sexuales, una terrible atomización y temor existencial, una búsqueda de dioses cada vez más extraños.

Si usted se sentía cómodo con el mundo de los primeros años de la era Obama, tiene mucho sentido centrarse en el choque tecnológico que nos ha traído hasta aquí, lamentarlo e intentar alterar sus efectos.

Pero esos efectos también deberían dar lugar a un escrutinio más profundo, porque lo que parecía estable y exitoso hace quince años ahora se parece más a un árbol ahuecado que se mantiene en pie sólo porque los vientos eran suaves, y está esperando que el iPhone se levante, reluciente, como un hacha.

ReL

Traducido por Helena Faccia Serrano.

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Problemas en los matrimonios mayores

UPSET COUPLE               

Han transcurrido 40 o 50 años desde que dijimos el sí, y llega la rutina o el descubrimiento de alguna "sombra". Es una gran oportunidad para crecer en el amor verdadero

Cuando uno lleva varias décadas casado puede vivir instalado en una rutina. Alguno de los esposos, o incluso los dos, pasan los días de una forma casi hueca. Viven resignados en una monotonía, sin esperanza de cambio aunque su convivencia sea una convivencia silenciosa.

Otras veces esa convivencia se ha vuelto digamos que hasta desagradable porque los reproches saltan de forma recurrente y la mochila de dolor acumulado por errores pasados se hace muy pesada.

A raíz del confinamiento cada vez más estamos viendo matrimonios a los que esta situación de enfermedad, incertidumbre y dolor que estamos viviendo, les está pasando factura.

En el Instituto Coincidir acompañamos a muchos matrimonios en esta situación. Antes de la pandemia, solían venir para resolver sus problemas de convivencia porque la jubilación de alguno de ellos o de los dos les había hecho enfrentarse a un ritmo de vida diferente. No se encontraban o no se entendían, incluso no se conocían. A raíz del confinamiento cada vez más acuden matrimonios a los que esta situación de enfermedad, incertidumbre y dolor que vivimos, les está pasando factura.

Hace unas semanas hablábamos de cómo el miedo al contagioestaba generando muchos conflictos en matrimonios mayores. Pero esta realidad también ha permitido replantearse su relación a muchas personas y querer luchar para vivir de manera más plena su relación.

Ya lo dice el Papa Francisco:

«Las distintas situaciones de la vida: el paso de los días, la llegada de los hijos, el trabajo, las enfermedades son circunstancias en las que el compromiso que adquirieron el uno con el otro hace que cada uno tenga que abandonar las propias inercias, certidumbres, zonas de confort y salir hacia la tierra que Dios les promete: ser dos en Cristo, dos en uno. Una única vida, un “nosotros” en la comunión del amor con Jesús, vivo y presente en cada momento de su existencia. Dios los acompaña, los ama incondicionalmente. ¡No están solos!.

A la luz de estos pasajes bíblicos, quisiera aprovechar para reflexionar sobre algunas dificultades y oportunidades que han vivido las familias en este tiempo de pandemia..”.

Carta del Santo Padre Francisco a los matrimonios con ocasión del año «Familia Amoris Laetitia»

Poder mirar atrás y descubrir ciertos errores a la hora de manejar nuestra relacióny nuestra convivencia, es una ocasión de oro para aprovechar este tiempo y aprender o practicar técnicas de comunicación que nos permitan entendernos mejor con nuestra pareja o nuestros familiares en el momento actual.

Para poder entender a la otra persona en su necesidad, necesitamos saber mirar más allá de lo que a simple vista parece que hay. Es como coger una lupa y aprender a enfocar, descubriendo la realidad que tenemos delante, viéndola de una manera diferente.

Descubrir qué necesita la otra persona

Una vez que hemos observado, somos capaces de descubrir la verdadera necesidad de la otra persona. A veces, una mala contestación o una queja puede ser el reflejo de una necesidad no satisfecha (llamada de atención, dolor, sentirse querido, pedir apoyo cuando me siento inseguro, etc…).

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Observar a la otra persona nos hará descubrir cómo se encuentra y qué necesita.

Otras veces, un largo silencio o una mirada dura puede reflejar un sentimiento de tristeza, enfado o incertidumbre que no sabemos expresar con palabras.

Sólo en esa observación atenta descubrimos rincones ocultos de nuestra pareja que nos permiten reconocer a esa persona que en su día conquistó nuestro corazón.

Así que pasen 40 años

Es ahí, donde a pesar de las manías que uno pueda tener, del mal genio, del deterioro físico ocasionado por la enfermedad o por el paso del tiempo, uno puede empezar a vivir de manera más plena su matrimonio hayan pasado 40, 50 o más años desde el compromiso.

La clave está en no quedarnos tanto en lo negativo, sino en ir descubriendo, entendiendo y compartiendo eso que nos inquieta, preocupa o alegra. Quizás a estas alturas podemos pensar que ya nos conocemos. Seguramente sí, pero no conocemos a nuestra mujer o a nuestro marido con esta edad, con ese bagaje y con ese constante desarrollo que tenemos los seres humanos.

Aprender a mirar a mi esposo o esposa y entenderle requiere un acto de voluntad. Es un demostrar que le quiero querer en su necesidad, aún cuando no lo comparta. Es un ponerme en su lugar y un caminar junto a él o junto a ella. Aprendemos a decirnos las cosas, pero diciéndolas desde el cariño y desde el respeto, a no callarnos. A saber pedir perdón y a perdonar. Un poner a prueba ese amor maduro, que como el buen vino mejora con el tiempo pero hay que saber tomarlo en el momento adecuado.

Un diálogo, ¿en qué sentido?

El entendimiento entre dos personas es fruto de un diálogo maduro:

De un diálogo interior conmigo (conocerme y aceptarme en mi imperfección).

Y de un diálogo exterior con mi esposo o esposa (conocer y  aceptar al otro en su imperfección).

La vocación al matrimonio es una llamada a conducir un barco incierto —pero seguro por la realidad del sacramento— en un mar a veces agitado”.

Carta del Papa Francisco a los matrimonios

Conscientes de nuestra imperfección

Es en ese caminar juntos, a pesar de las dificultades, donde podemos seguir descubriendo la belleza de nuestro matrimonio. Vemos el verdadero sentido que cada situación tiene, dialogando de manera constructiva con nuestro esposo o esposa. A pesar de nuestra imperfección humana, es posible vivir de manera más plena nuestra relación por muchos años que hayan pasado desde nuestro sí el día de la boda.

Consúltanos escribiendo a: consultorio@aleteia.org

Mercedes Honrubia García de la Noceda, Aleteia
 

Vea también     Amor y Responsabilidad  -   San Juan Pablo II 
(vale la pena de leer todo el documento, especialmente los más jóvenes)


























lunes, 27 de febrero de 2023

Granjeros, castigaban a sus hijos con ir a misa: les hacen monaguillos... y ellos vuelven a la fe

Florencia y Bruno tienen 7 hijos:
un día el pequeño Adrien revolucionó el hogar


Adrien tenía 8 años cuando el cura del pueblo le pidió que fuera monaguillo. Él no sabía cómo tenía que hacer, pero aquella invitación se convirtió en una señal para toda su familia: un contagio de conversiones empezó a sucederse.

 

Florence y Bruno viven en Francia, son dueños de una granja y tienen siete hijos. Su vida cambió de manera asombrosa un día al cruzar el atrio de la parroquia de su pueblo. Una serie de inexplicables conversiones se fueron sucediendo

"Mi nombre es Bruno, tengo una granja y soy el marido de Florencia. Tenemos ganado vacuno y porcino", comenta el padre de familia en la web Decouvrir Dieu. 

"Nosotros no venimos de familias católicas muy 'practicantes'… estamos bautizados pero nada más. Yo personalmente tuve una infancia muy difícil y la relación con Dios fue siempre muy distante. Pero un día nos invitaron a escuchar misa en nuestro pueblo", comenta Florencia.

Un contagio divino

A partir de ahí, algo cambió. "Aceptamos ir a la iglesia con los niños. Al mayor, Adrien, que tenía 8 años, el cura le pidió que fuera monaguillo. Él no sabía cómo tenía que hacer. Aquello fue una señal para nuestro hijo: quería volver todos los domingos. El niño empezó a ir solo y realmente le gustaba", relata la madre.

El segundo hijo de la pareja permanecía siempre en la granja y alguna vez sus padres lo castigaban enviándolo a misa con su hermano mayor. Lo curioso es que se iba enfadado a la iglesia y volvía siempre feliz. 

"¡Un día volvió como monaguillo! La parroquia se acababa de llevar a dos monaguillos. Estaba siendo como un contagio: el tercero hizo lo mismo y también pidió ir. Los niños empezaron a hablar mucho con el cura y en un momento llegamos a tener tres monaguillos de la familia", afirma la madre.

"Un día, conversando, el sacerdote descubrió que no estábamos casados y que Dios, para nosotros, quedaba un poco lejos", recuerda Florencia. El párroco, entonces, les propuso regresar y "fue como una descarga eléctrica: dijimos que sí y volvimos a misa para acompañar a nuestros hijos. Y planeamos nuestra boda", recuerda Florencia.

El matrimonio tenía un hijo enfermo y lo llevaron de peregrinación. "Aquel viaje nos conmovió, realmente allí pasó algo distinto. Nos dijimos que debíamos seguir por ese camino que nos estaba ayudando en todas las pruebas de la vida", comenta la madre.

Interviene en la vida

"El Señor nos habló y vimos que teníamos que estar más presentes en la vida de nuestros hijos, que los acompañáramos a misa, y que también nosotros nos pusiéramos en camino junto a Él, que nos ayudaría de verdad", explica Florencia.

Pero el trayecto no fue fácil. "Tuvimos problemas de liquidez en la granja, nos sentíamos indefensos y comenzamos a orar. Sentimos como Dios intervenía en nuestra vida. Fue algo contagioso, toda nuestra familia se había convertido en menos de cuatro años. Realmente Dios actúa en nuestra vida, hemos cambiado por completo, la verdadera peregrinación está siendo en este momento", comenta la madre.

"Sigue habiendo momentos difíciles, la crianza no es fácil, pero Dios nos ayuda a afrontar las dificultades, a tener más confianza y a tratar de dejarnos guiar, incluso para cambiar las técnicas de trabajo... A veces cuesta encontrar la solución adecuada, el socio adecuado...", asegura Bruno.

Puedes ver aquí completo el testimonio del matrimonio de granjeros franceses.

Florencia concluye destacando la importancia de la oración para toda su familia. "Sentimos que era Dios el que estaba actuando. Intentamos detectar los signos que hacía en nuestra vida. La oración te permite mantener la calma, estar relajado en las pruebas, no desfallecer, decirte a ti mismo que siempre hay una solución a un problema, que solo es necesario orar", señala.

ReL

Vea también    Porqué me convertí al catolicismo





























Nueva Evangelización

Proyectoparroquias.com, el Congreso de Buenas Prácticas
¡y un estudio!


¿Cómo crear comunidades cristianas hoy, con la fe de siempre
pero un nuevo lenguaje?

Congresos de Nueva Evangelización atentos a las parroquias, gracias a Dios, en España ha habido unos cuantos en los últimos 15 años. Pero ninguno que haya nacido con un estudio previo explorando cuántas parroquias han empezado a transformarse y aplicar buenas prácticas, y detallando cuáles son esas prácticas. Eso es novedoso en España: ¡un estudio que explora dónde y cómo la Nueva Evangelización transforma las parroquias!

Nueva Evangelización es "nuevo lenguaje, nuevo ardor y nuevos métodos" para llegar al hombre de hoy, decía Juan Pablo II. Pero los "nuevos métodos", si no transforman y cambian toda la parroquia, quedan en poco.

"El cambio es posible, sabemos cómo se hace y ya hay gente que lo hace, y lo hemos visto. El primer paso es romper la negatividad", explica a ReL Santiago Pons, decano de Teología de la Universidad Católica de Valencia, uno de los impulsores del Primer Congreso de Buenas Prácticas en Parroquias (ProyectoParroquias.com).

El congreso se celebra en Valencia, en la Universidad CEU Cardenal Herrera, el 24 y 25 de febrero, viernes y sábado, y probablemente será el más influyente evento de evangelización parroquial de este año en España.

Lo que propone, por primera vez en España, se basa en lo que un estudio ya ha visto que funciona.

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Muchos ven los problemas: no hay que resignarse

Pocos sacerdotes y religiosas, mucho desánimo, esfuerzos enormes en mantener "lo de siempre" con una sociedad que no es la de siempre. Chavales que ni van a la confirmación, novios que ni piensan casarse...

La Iglesia española tiene una estructura de épocas de Cristiandad, cuando el Estado, la escuela, la familia y el barrio colaboraban en transmitir la fe. Pero España ya no funciona así, hay hostilidad o indiferencia a la fe y los niños y novios llegan a la parroquia sin cultura religiosa, a "consumir" sacramentos... o ni llegan.

Los obispos lo ven y les preocupa la situación. Pero muchos dan sólo soluciones "de mantenimiento", para estructuras de época de Cristiandad. Cada vez menos sacerdotes para atender más estructuras. Otros han hablado de una mera "gestión de la decadencia".

"En muchas parroquias se desanimaron, tiraron la toalla porque probaron alguna cosa y no funcionó. Pero saben que hay que hacer algo. Y nosotros sabemos lo que hay que hacer, porque lo hemos visto", apunta Santiago Pons.

¿Nuevos métodos? Sí, pero son un primer paso

No basta con aplicar un nuevo método de kerigma y comunidad como Alpha, LifeTeen, Cursillos, Emaús o Células Parroquiales, aunque eso siempre inicia un camino. "Aunque uses nuevos métodos, si no cambias la mentalidad de toda la parroquia, no funcionará. Los nuevos métodos suscitan un tipo de fe distinta que la parroquia 'como hasta ahora' no va a poder alimentar. Al introducir nuevos métodos, hay que cambiar todo el ambiente, empezando por los párrocos. Es esa conversión pastoral que empieza por lo personal", explica Santiago Pons.

¿Qué es una parroquia renovada y cuántas hay en España?

Una fundación europea que aporta fondos a estudios sobre transformaciones sociales financió un estudio único en España. El equipo de Proyecto Parroquias quiso contar cuántas de las 22.000 parroquias españolas (muchas son pequeñas y rurales) habían iniciado una "transformación pastoral" para la Nueva Evangelización.

Resultó que son unas 300 parroquias. Quizá sean algunas más, pero no muchas más, explican los investigadores a ReL.

Pero, ¿qué es una parroquia renovada?

En parte, el estudio asume las 4 características que explica el libro de William E. Simon JrGrandes parroquias católicas. Cuatro prácticas pastorales que las revitalizan (en español en BAC, 2018). Su autor es un empresario de éxito que creó una fundación para ayudar a parroquias católicas, Parish Catalyst... y acude el viernes y sábado como ponente al congreso en Valencia. Él se basó en una investigación en casi 250 parroquias de EEUU.

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Las 4 características de una parroquia renovada y viva son:

1) Liderazgo compartido: un párroco líder forma un equipo unido y bien avenido de gente con talento en quienes delega temas importantes;

2) Discipulado y espiritualidad: gran oferta espiritual que enganche, muchos retiros, cuidado a la vida familiar, formación bíblica viva, uso de Internet...

3) El domingo, la parroquia "brilla": la misa cuida al máximo su acogida, música, ambientación, predicación, estética y oferta para los niños;

4) Intencionalmente busca evangelizar alejados: usa programas que atraigan alejados, fidelicen visitantes esporádicos y los incorporen a la vida parroquial.

Preguntando a los expertos... y a las diócesis

Además de seguir ese libro, el equipo de Parroquias Renovadas acudió a 14 expertos en Nueva Evangelización en España (sacerdotes, laicos y religiosos), incluyendo al difunto obispo auxiliar de Barcelona, Toni Vadell. Con ellos prepararon un cuestionario.

Después acudieron a los vicarios generales de todas las diócesis de España con una pregunta: "¿qué parroquias conocen ustedes que hagan las cosas de esta lista?"

Pero de 72 vicarios, respondieron 10. "Así al menos supieron que estudiábamos ese tema y que esas parroquias podían existir", explican a ReL, buscando el lado bueno.

Insistiendo y consultando más expertos, el equipo exploró más, y recibió información sobre parroquias interesantes de la mitad de las diócesis españolas.

"Luego fuimos a ver esas parroquias, a ver si lo que nos decían de ellas era verdad. Temíamos que, a lo mejor, un recién llegado, desde fuera no lo viera. Pero comprobamos que el cambio se ve, se nota. En ellas se habla otro lenguaje, se nota otro ambiente", explican.

Parroquias nuevas localizadas, y visitadas

Así, localizaron esas 300 parroquias que al menos han empezado la renovación, que la están intentando conscientemente. Algunas sólo están empezando, otras ya han implantado bastantes de las "buenas prácticas", unas pocas ya las han consolidado.

Después, profundizaron hablando con 30 de esas parroquias, la mitad en visita presencial, la otra mitad con videollamadas.

Santiago Pons es realista. Admite que "no todas las parroquias de España podrán renovarse ni aunque hubiera muchísimos recursos, pero debería haber al menos una parroquia renovada en cada zona, para que exista la oferta. Al final, lo importante es ofrecer el encuentro con Cristo".

El obispo de Guadix y la Cruz de los Jóvenes en Andalucía en 2021

El cambio es posible... pero necesita acompañamiento

¿Cómo implantar el cambio en la parroquia? Por la convicción del párroco que consigue un equipo de colaboradores para ello. ¿Basta con eso? No, necesitará acompañamiento, un mentoreo cercano.

El equipo consultó 3 instituciones dedicadas a formar sacerdotes para el liderazgo pastoral: Autem, Pastores Gregis y el LIDE de la Universidad de Comillas. Las tres dijeron que no basta con formar a los sacerdotes en la nueva mentalidad, sino que luego hay que acompañarles durante el proceso de transformación de la parroquia. Eso implica un acompañamiento o mentoring que requiere recursos.

Lo que lleva a otra pregunta: ¿Quién dedicará recursos a acompañar en la transformación? ¿Las diócesis? Por el momento pocas o ninguna tienen conciencia de ello. ¿O quizá parroquias ya maduras y generosas y transformadas, acompañando a otras?

Santiago Pons detalla que "el cambio es posible también en muchas parroquias rurales, pero requerirá destinarle recursos y formar personas para ello".

Pero implicará cambiar toda una mentalidad en los pueblos. En muchas zonas hay que asumir que no habrá un cura por pueblo y que la comunidad ya no será el pueblo, sino cinco o siete pueblos vecinos, con colaboradores (laicos o religiosos) activos en la pastoral. Desde luego, no servirá simplemente decir a un párroco "ahí tienes ahora 3 o 5 pueblos más".

Si quieres que cambie algo, ¡párate!

¿Qué decir a un sacerdote que querría renovar su parroquia y hacerla viva? Como mínimo debería ir a congresos como este, visitar algunas de esas 300 parroquias que han empezado el cambio... Pero, probablemente, el día a día parroquial es lo que le impide hacer eso.

"Si mañana se te rompe la pierna, ¿verdad que tu parroquia no colapsa? Alguien se encarga", respondería Santiago Pons a un amigo sacerdote en esa situación. "Piensa si prepararte para transformar tu parroquia es prioritario. Para cambiar las cosas, has de parar. Si no te paras, seguirás repitiendo lo de siempre".

***

Para aprender más, visita:
https://proyectoparroquias.com

El I Congreso Buenas Prácticas en Parroquias tiene lugar el 24 y 25 de febrero en el Paraninfo de la Universidad CEU Cardenal Herrera (Carre Major, 61, Alfara del Patriarca, Valencia), con la colaboración de la Universidad Católica de Valencia. Participan Armando Matteo, profesor de la Urbaniana de Roma y secretario de la Sección Doctrinal del Dicasterio para la Doctrina de la Fe; y William Simon, fundador y presidente de Parish Catalyst y autor del best seller pastoral “Grandes parroquias Católicas: Cuatro prácticas pastorales que las revitalizan”. La asistencia es gratuita aunque requiere inscripción.

Pablo J. Ginés, ReL

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domingo, 26 de febrero de 2023

El examen de conciencia de Mons. Elliott para frenar al lobby LGBT: «La revolución sexual se apaga»

Algunas cosas prácticas que puedes hacer como padre de familia,
según el obispo emérito de Melbourne


En "La revolución sexual: historia, ideología, poder", el obispo emérito de Melbourne aborda los orígenes, desarrollo y formas de combatir las consecuencias de la revolución sexual.

Cada vez son más los que sufren en sus propias carnes la ideología de género o el temor a verse salpicados por ella en el ámbito familiar, laboral o espiritual. Por ello, también aumenta la población interesada en sus orígenes, sus últimas aspiraciones y especialmente en cómo combatirla.

Con el objetivo de dar respuesta a todas estas preguntas, el obispo Peter J. Elliot, emérito de Melbourne (Australia), ha publicado una compilación de sus reflexiones e investigaciones en torno a la "sórdida historia" de la Revolución Sexual, donde destaca su propuesta de "examen de conciencia" a modo de preguntas sobre el combate a esta doctrina.

Títulado La revolución sexual: historia, ideología, poder, y publicado bajo el título de Ignatius Press, el último libro de Peter J. Elliot es la síntesis de una gran experiencia y preparación pastoral e intelectual en la materia: además de licenciado en Historia y doctor por la Universidad Pontificia Lateranense sobre la sacramentalidad del matrimonio, se ha desempeñado durante 10 años en el Pontificio Consejo vaticano para la Vida e impartido multitud de ponencias en torno a la familia y la revolución sexual.

Para el obispo, este es un proceso "desarrollado durante los últimos 300 años" que encuentra su germen en los postulados del filósofo Rousseau. Lo interesante de su propuesta es que muestra como, aparentando ser la mujer, su bienestar y sus "derechos" el máximo exponente de la Revolución Sexual, resulta ser todo lo contrario.

"La ruptura familiar, la violencia doméstica, la prostitución, la pornografía, la ideología de género… impacta en las mujeres. Sus hijos son víctimas de la revolución sexual, especialmente ahora que sus teléfonos móviles muestran pornografía y son usados ​​por depredadores sexuales", explica a Catholic World Report.

Por ello, el obispo no esconde a lo largo de su última obra que "simpatiza con las víctimas", incluso las que están siendo "manipuladas".

Según el obispo, los dos problemas fundamentales emanados de la revolución sexual "son la píldora -el aborto químico- y el aborto -quirúrgico-", pero matiza que los orígenes que deben ser enfrentados son mucho más lejanos.

Todo parte "de una falsa comprensión de la naturaleza de la persona humana, en gran parte derivada de la Ilustración. Para Rousseau, el Dios personal [del cristianismo] no existe, tampoco hay pecado original, ni juicio final ni responsabilidad" y por lo tanto, solo queda una posibilidad, hoy divulgada: "Fornicad y divertíos, que mañana moriremos. El placer es libertad y puedo hacer lo que quiera `si no hago daño a nadie´".

Lo que sucede, explica, es que este camino aparentemente pacífico o neutral ha resultado ser "una revolución social agresiva" que, "en lugar de construir una sociedad, destruye las instituciones existentes".

"Desde principios del siglo pasado, la fuerza motriz ha sido un odio marxista revolucionario a la religión y la familia vinculado al feminismo, al derecho al aborto, a la ideología LGBT y al género", enumera. Un proceso en el que los "libertarios" también colaboran, "exigiendo la libertad total a través de una legislación que apoye dicha revolución, castigando a los que se resisten", añade.

The sexual revolution. History, ideology, power.

Puedes conseguir aquí La revolución sexual. Historia, ideología y poder (en inglés). 

Signos de esperanza y crisis de género 

¿Queda esperanza? Para el obispo emérito de Melbourne queda más que eso. En su opinión, "la revolución [sexual] se está quedando sin energía", especialmente por los escándalos surgidos a de alguno de sus buques insignia.

Entre ellos, menciona "la transición de género entre los jóvenes" -con cada vez más casos de escándalos y arrepentidos que salen a la luz- la verdad de los "héroes de la revolución", como los oscuros secretos y pasado de Margaret Sanger -fundadora de Planned Parenthood- o de Hugh Hefner -histórico directivo de Playboy-. "También se ponen en duda los beneficios económicos emanados de la industria sexual y la explotación de personas en todas sus edades", añade.

Antes de concluir, llama a los lectores de su nueva publicación a "levantarse y hacer algo", basándose en "aquellos que defienden algo mejor que este sórdido mundo que se desliza a la oscuridad".

Ofrece un breve examen de conciencia, desarrollado en su libro a modo de preguntas, que todos los opositores a la revolución sexual deberían responderse "para vencer y resistir a esta fuerza" oscura:

1ºEmpieza por ti mismo

"¿Hasta qué punto he cedido a esta revolución? ¿Ha corrompido mi mente? ¿Cómo vivo, cómo me relaciono con los demás?

2º Sigue con tu familia

"¿Permitimos que la revolución entre mi familia? ¿Sé dónde están los niños en este momento, cómo usan las redes sociales y quiénes son sus amigos? ¿Puedo asegurar una familia feliz que sea cariñosa y cercana pero también protegida y fuerte?".

3º Echa un vistazo a los vecinos y la comunidad

"¿Trabajo con personas o grupos de personas, luchando por mantener lejos [del hogar] los sex shops, prostíbulos y bares de sexo y anticonceptivos? ¿Nos reunimos como familias,  apoyándonos unos a otros social y espiritualmente?

Los últimos capítulos de La revolución sexual ofrecen este tipo de guía práctica para resistir y vencer una fuerza maligna.

Concluye, por último, con un mensaje de caridad cristiana: "No juzgamos a las personas, especialmente a las muchas víctimas de esta revolución sexual. Necesitan simpatía, aliento y ayuda para poder liberarse y salir de este pantano asqueroso".

J.M.C., ReL

Vea también     La ideología de género: Feminismo
(Obispos del Perú)





















¿Es posible revertir la crisis de la familia? «Bailar en la cocina» y otros 6 consejos para lograrlo


 

Una de las aplicaciones estrella de la pandemia fue sin duda el Zoom. La plataforma online se convirtió en una de las pocas formas en que familiares y amigos pudieron verse las caras y hablar tras semanas de encierro domiciliario. No fueron pocos los que la emplearon también para evangelizar o mantener vivo el mensaje de esperanza cristiana o a la convivencia matrimonial y familiar.

Así, canales como ConFenados comenzaron a cobrar un gran éxito y afluencia online, dedicado en este caso a hablar del matrimonio, la familia y otros testimonios de vida. Lo que no esperaba Pep Borrell, uno de sus creadores, es que sería el comienzo de una trayectoria que le convertiría en autor y conferenciante especializado en el matrimonio o la educación cristiana de los hijos.

Se define como católico, "casado felizmente", padre de cinco hijos y médico odontólogo. Su último paso en este camino ha sido la reciente publicación de Bailar en la cocina. El secreto de los matrimonios que disfrutan (Palabra).

No tiene muchas páginas, pero a lo largo de ellas confluyen y se condensan multitud de anécdotas matrimoniales tanto graciosas y cotidianas como educativas y trascendentales con un ambicioso propósito.

"Mi objetivo es cambiar las estadísticas. Esto debe cambiar. No puede ser que en España haya tantos divorcios, que se case tan poca gente y menos por la Iglesia o que los jóvenes tengan miedo al compromiso, al matrimonio y a la entrega", lamenta.

Ser consciente de esta realidad es la que le ha llevado a tomar una decisión: cambiarlo. O al menos, "ser instrumento del Señor" para ello. Si un lector está buscando un grueso ensayo doctrinal sobre los fines del matrimonio, no es su libro. Aunque también hable de doctrina -que "no está hecha para fastidiar al personal"- lo suyo son los consejos prácticos, diarios y cotidianos que surgen de aplicar el mensaje de la Iglesia al día a día matrimonial.

El autor lo toca todo. Eludiendo toda receta mágica para obtener la felicidad, recoge cómo es en la practica un matrimonio alegre, cómo se puede promover la felicidad matrimonial o, si esta ya se tiene, qué hacer para no perderla. Pero si hay algún "fundamental" en lo relativo al porvenir matrimonial, eso es "tener a Dios como el pilar donde se sustente".

Recogemos 6 aspectos para lograrlo y llevarlo a la práctica:

1º Si dos son "una persona", debe compartirse todo: también la fe

"La fe es una relación personal con el Señor, pero ¿no emos dicho que somos uno? ¡Vivir la fe juntos en el matrimonio es jugar la Champions. Seguiremos teniendo problemas, seguiremos discutiendo por el tapón del champú, pero sabemos que el amor que nos une, si lo ponemos en las manos de Dios y lo compartimos los tres, es algo infinito, hasta la eternidad, algo que puede con todo", comenta.

2º  Cuidado con el sentimentalismo

Borrell también advierte que aunque el amor es crucial entre los esposos, "no es lo que salva nuestro matrimonio. Es el sacramento del matrimonio el que aumenta nuestro amor. Es la gracia la que nos confiere el sacramento la que fortalece nuestro amor y nuestro sí".

3º Vivir la fe en matrimonio

De las tres situaciones que podrían darse respecto a la vivencia de fe de cada cónyuge, el autor destaca que vivirla en común es lo óptimo.

"Aunque la fe es algo personal, cuando los dos la vivimos nos ayudamos mutuamente a aumentarla", explica. Por eso, destaca la importancia de "vivir la fe en matrimonio, en comunión, rezar juntos, frecuentar los sacramentos o comentar las preocupaciones y ponerlas en manos del Señor. Confiar, dar gracias y tenerlo siempre presente en nuestra relación. Que sea verdaderamente el pilar que sustenta nuestro amor".

4º Hacerlo motivará a los hijos a imitar a sus padres

Cumplir este primer paso tendrá un resultado casi garantizado: Los hijos lo verán y será un ejemplo básico en la educación, porque estas cosas "se maman". Ejemplo de ello es el caso de San Juan Pablo II, que decía que ver a su padre de rodillas al pie de la cama fue la mejor catequesis que recibió en su vida.

'Bailar en la cocina' de Pep Borrell.

Puedes conseguir aquí "Bailar en la cocina. El secreto de los matrimonios que disfrutan". 

5º¿Y si la fe no se comparte?

Para el autor, no está todo perdido. En ese caso, cuando la pareja vive "una fe dispar", Borrell admite que cuando uno de los dos no la tiene, suele ser algo que causa mucha preocupación al que sí. También por los compromisos adquiridos en el matrimonio y en el bautismo sobre la educación cristiana de los hijos. Por eso, lanza un consejo: "Habladlo, no discutáis, respetad y apoyad las iniciativas del que quiere vivir la fe y que el creyente no le pegue sermones al otro. No seas broncas,  que lo único que consigues es que se aparte todavía más".

La única manera de animarle, dice,  "es que te vea muy feliz, que estés alegre y que sea tu manera de vivir la fe lo que le admire de ti. Y poco a poco se acercará al Señor".

Puede suceder, por último, que ninguno tenga fe y que aún así los dos se quieran y deseen el bien. En ese caso, anima a conocerle: "Dios te da paz, te ayuda  a enfrentar los problemas que tenemos todos con otra visión, con una visión sobrenatural de la vida".

6º Dar  testimonio al que no cree: adiós a los respetos humanos

Por último, el autor lamenta que hay muchos matrimonios que tienen fe que son preguntados por sus conocidos y amigos por cómo sobrellevan cristianamente los problemas o dificultades de su estado. "Y tantas veces respondemos tonterías o remedios superficiales, o nos ponemos medallas y les decimos que todo el mérito es nuestro. ¡Fantasmas! Siempre por respetos humanos, porque sabemos que el amigo que nos lo pregunta no cree o no quiere hablar de fe. No nos atrevemos a decirle: `Mira, querido amigo, es la fe la que me ayuda a vivir así´".

J. Mª Carrera, ReL

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