jueves, 31 de diciembre de 2020

20 propósitos espirituales para el nuevo año 2021: pequeñas cosas para el día a día

 Caminar hacia la santidad en lo cotidiano


Este 2020 que posiblemente nunca olvidemos toca ya a su fin. Como siempre ocurre en estas fechas son muchos los que se hacen propósitos para el nuevo año. Dietas, ejercicio físico, dejar de fumar o abandonar algún mal hábito son algunos de los más comunes.

Sin embargo, aprovechando este 2020 marcado irremediablemente por la pandemia de coronavirus es también buen momento para 2021 realizar unos propósitos espirituales con el objetivo final más importante: una ayuda para la santidad.

Patti Armstrong propone pequeños ejemplos cotidianos de la vida diaria, pequeñas oportunidades para ver a Dios en cualquier circunstancia y acercarnos a Él. Algunos de los que ella explica pueden que estén ya integrados en tu vida, otros puedes realizarlos de vez en cuando. No se trata de realizar estos 20 ejemplos a la vez, pero puedes intentar realizar cada día al menos uno de ellos. Estos son los que recoge esta autora del National Catholic Register:

1. Devuelve los regalos.

Cuando uses un regalo, di una oración por la persona que te lo dio. Por ejemplo, reza un Ave María por quien que te regaló esa planta cada vez que la riegues. Cuando utilices ropa o joyas que alguien te dio, reza igualmente una oración por esa persona.

2. Actos de oración al azar.

Elige a alguien por quien rezar durante el día. Puede ser por un político, alguien que pase con su coche o la persona que está delante en la fila del supermercado. Si alguien te molesta mientras conduces, reza por él y tu ira disminuirá, y así ambos seréis bendecidos.

3. Visita a Jesús más a menudo

Haz al menos una cita semanal para visitar a Jesús en el Santísimo. Cuanto más tiempo pases con Jesús, más te podrá dar.

4. El rebote.

Piensa en Dios diciéndote: “Yo soy Dios y te hice; todo lo que haces por los demás vuelve a ti" y recuerda que Jesús nos dijo: “La medida con la que midáis se os medirá”.

5. Vuélvete invisible.

Busca formas invisibles de hacer el bien. Un ejemplo muy simple: guarda un carrito de la compra del supermercado que no está en su lugar, reza por el que lo dejó ahí y el próximo comprador que lo use. “Entonces tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará”, dice el Evangelio.

Cola en el supermercado

6. Lee la Palabra.

Pon una Biblia en un lugar conveniente y ábrela una vez al día leyendo que le quiere decir Dios en ese momento.

7. Llama y felicita.

Cuando te hayan brindado un buen servicio, llama a su jefe e infórmalo, así le alegrarás el día a ese empleado.

8. Pide a Dios que organice tus asientos y conversaciones.

“Conozco personas (y yo misma) que han tenido experiencias increíbles pidiéndole a Dios que dirija con quién nos sentamos en eventos o aviones y que dirija nuestras conversaciones (incluso cuando estamos socialmente distanciados). Pruébalo y creo que te sorprenderá”, afirma Patti Armstrong.

9. Ayuna todos los días.

 Jesús ayunó durante 40 días antes de comenzar su misión. Para integrar el ayuno en un sacrificio diario, quite algo en las comidas. Omite las papas fritas, una salsa, etc… Se trata de pequeños sacrificios diarios.

10. Disfruta de la espera.

¿Qué haces mientras esperas que acabe el microondas o que alguien conteste al teléfono? Convierte momentos intrascendentes en oraciones importantes.

11. Termina la compra con una sorpresa.

“Gracias y que tenga un buen día” es tan común que los cajeros apenas lo escuchan. Intente decir: "Gracias y que Dios le bendiga" con una expresión sincera. Te escucharán, por lo general sonreír y, a veces, responder: "¡Dios te bendiga también!".

12. Aprovecha las sirenas como señales de oración.

Reza por la persona que necesita la ambulancia que pasa a toda velocidad junto a ti y también por quien se encuentra en el destino de la patrulla policial que circula a toda velocidad. Por las razones que sean, podrían necesitar algunas oraciones adicionales.

13. Olvídate de ti mismo.

La humildad conduce a la santidad. Sé el último en la fila. Dale gracias a Dios por el fracaso y pídele que te lleve a lo que Él quiere para ti.

14. Habla con personas que nadie pueda ver.

Intenta conocer al santo del día y pide que interceda por ti.

15. Regala algo que amas.

Está bien donar las cosas que no usas, pero ocasionalmente intenta regala un artículo que aprecies. Es la diferencia entre las ofrendas de Caín y Abel a Dios.

Cruz en el bolsillo

16. Lleva un crucifijo.

Es un testimonio silencioso del amor y el sacrificio de Jesús.

17. Ayuna un poco más.

Tómate un día para renunciar a algo como el café, usar joyas o maquillaje, utilizar a las redes sociales o lo que sea.

18. Ten un día sin quejas.

Dedica un día entero cada semana a no quejarte. El tiempo cuenta.

19. Bendice tu casa

Pide a un sacerdote que en este 2021 bendiga tu casa.

20. Da regalos inesperados.

 Libera a alguien de una deuda, dar de forma anónima una tarjeta de regalo o dinero a alguien en tiempos difíciles, o enviar una pizza o productos horneados a una comisaría de policía, a un asilo de ancianos, a los empleados del hospital o a una familia numerosa.

 ReL

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miércoles, 30 de diciembre de 2020

¿Quieres respuestas? Ponte a amar y Dios te responderá.

 


Te lo he contado en otras ocasiones. Me encanta escuchar con detenimiento a los sacerdotes en sus homilías. Tienen un tesoro de espiritualidad muy basto. Lo reparten entre todos, con sus palabras y muchas veces pasa desapercibido.

Si me ves en misa notarás que cuando el sacerdote empieza su homilía cierro mis ojos. Quiero escuchar con atención, sin distraerme. Otro detalle es que tengo un lapicero en la mano y una hojita de papel en blanco para hacer anotaciones.

Me ocurrió justamente hoy que quede impresionado con las enseñanzas del sacerdote. De pronto, en su homilía dijo:  “Nos falta la contemplación del misterio del Amor de Dios y comprender que Dios es fiel. No miente, no engaña, cumple su palabra. Cuando atravieses los momentos difíciles, mira la cruz de Cristo, sé más contemplativo”.   

Y continuó: No entenderemos por completo a Dios, pero si sabemos que podemos fiarnos de Él. Somos muy afortunados. Dios nos sostiene. Nos hace saber que no estamos solos. A la Madre Teresa de Calcuta cuando le decían: “Tengo dudas de Fe. No siento el amor de Dios”. Ella les aconsejaba siempre lo mismo: “Ponte a amar. No te preocupes. Ponte a amar. Y cuando te pongas a amar, el Señor te dará las respuestas”. 

Me quedé de una pieza: “Contemplación del misterio de Dios… Ponernos a amar”  .

No pude evitar quedarme reflexionando en ello. Me encanta irme a un lugar separado, solitario, para meditar en el amor de Dios y su presencia en medio de la humanidad.

No pude ir muy lejos y me senté en una banca afuera de mi casa, la llamo: “mi banca para pensar”. Reflexioné mucho en la respuesta de nuestra Madre del cielo al Ángel Gabriel: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”. ¡Cuánta fe y absoluta confianza en Dios!  Con razón la llamaron: «llena de gracia».  Abrió su alma confiada al misterio de Dios.

Es lo que vamos a contemplar ante el Nacimiento. “El misterio del amor”.   Un don preciosos e inmerecido para la humanidad.

“Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia”, decía san Pablo.

En estos días maravillosos: “Ponte a amar”. Como decía Chiara Lubich, la fundadora del Movimiento de los Focolares: “Hay que amar de primero. Amar a Todos. Amar, aunque no nos amen”.

Esta hermosa época, a pesar de las dificultades que vivimos, me mueve a exclamar a todo el que puedo: “¡Feliz Navidad!”

Amable lector que me has acompañado durante este difícil año, pido a Dios por ti en mis pobres oraciones, para que te bendiga, te conceda tus sueños, proteja a tu familia y los lleve a la santidad.

¡Dios te bendiga amable lector!

Claudio de Castro, Aleteia 

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Un juego para celebrar en casa el día de la Sagrada Familia y prepararnos para el Nuevo Año

 

FAMILY GAMES


Este juego os ayudará festejar en casa el día de la Sagrada Familia y valorar a quienes Dios nos han regalado para vivir nuestro día a día. Sirve también para prepararnos a Nuevo Año.

Los pastores de Belén, los primeros testigos del acontecimiento más grande de la historia, se encontraron con una familia y ese hecho les cambió la vida. Nuestra familia es un elemento fundamental en nuestro día a día y es también una pieza importantísima dentro de la sociedad.

“La familia es la primera comunidad de vida y amor, el primer ambiente donde el hombre puede aprender a amar y a sentirse amado, no solo por otras personas, sino también y ante todo por Dios.” (Juan Pablo II, Encuentro con las Familias en Chihuahua, 1990).

La vida en familia

Vivir en familia nos ayuda a forjar nuestro carácter y nuestra personalidad. Es en el seno de la familia donde se nos enseña una comunión íntima de vida, cariño, afecto y amor.

La Fiesta de la Sagrada Familia, que se celebra dentro de la Octava de Navidad, nos recuerda la belleza de la familia, nos empuja a profundizar y vivir en nuestro amor familiar según el plan de Dios. La Sagrada Familia se nos regala como modelo de vida y de fe.

Jesús, la salvación del mundo, comenzó su vida terrenal como un bebé sustentado por la familia que formaba junto con María y José. El Evangelio nos cuenta como, en el hogar de la familia, “Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia, delante de Dios y de los hombres».(Lucas 2, 52). ¡Ojalá en nuestras familias pueda suceder lo mismo! ¡Entonces… miremos este modelo!

La vida de la familia de Nazaret inicia su andadura en medio de dificultades muy humanas. Para nosotros, este 2020 también está siendo un año lleno de contrariedades a causa de la Covid-19. La historia del nacimiento de Jesús nos muestra entretejidos elementos terrenales y divinos, una dicotomía muy semejante a la que nosotros vivimos muchas veces, buscando continuamente el equilibrio entre lo eterno y lo terrenal. Esta visión de la familia de Nazaret nos ayuda a amar más nuestra humanidad celebrando el plan de Dios también en los escenarios más fastidiosos, ordinarios y comunes de nuestra vida mortal.

HOLY FAMILY
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Un juego para celebrar la familia, nuestro mayor regalo

Con motivo del día de la Sagrada Familia, tras acudir a la Misa, podemos celebrar esta fecha en casa rememorando “la historia más grandiosa jamás contada”. Además, aquí os propongo un juego que podríamos llamar “la familia, regalo de Dios”. Para ello, elaboraremos con mucho cariño y detalle una serie de tarjetas que a posteriori podemos regalar a nuestros familiares.

Invitemos a nuestros hijos a escribir en cada tarjeta el nombre de una persona de la familia y una breve reflexión de porqué esa persona es un regalo para él y cómo esa persona le ayuda en su día a día a crecer en su relación con Dios.

En cada tarjeta puedes escribir el nombre de tu padre, tu madre, tu hijo o hija y completar esta frase:

____ eres un regalo, me ayudas a reconocer el amor de Dios cuando…

Por un lado, esta dinámica nos hará pensar en las virtudes de la familia de Nazaret y, por otro, en el regalo que supone para nosotros cada uno de los miembros de nuestra propia familia. Con este gesto, podemos educar a nuestros hijos en la gratitud y adentrarnos en la importancia que tiene la familia en la vida de fe.

Este juego se puede convertir en una pequeña tradición familiar en Navidad. Será una forma de valorar y recordar cada año la importancia de la familia. Ojalá que cuando nuestros hijos ya no estén en casa y tengan su propia familia, recuerden estos momentos de la infancia: les servirán para mirar a la familia de Nazaret y coger fuerza para seguir forjando, construyendo y valorando la suya.

¿Creéis que hay mejor forma de despedirse de este año 2020 tan particular que dando gracias por el don de la familia?

“No tengáis miedo al mundo, ni al futuro, ni a vuestra debilidad. El Señor os ha otorgado vivir en este momento de la historia, para que gracias a vuestra fe siga resonando su Nombre en toda la tierra.” (Benedicto XVI, agosto 2011).

¡Feliz día de la Sagrada Familia!

Miriam Esteban Benito, Aleteia

 




martes, 29 de diciembre de 2020

Andrés Marcio tiene 16 años y una enfermedad rara sin cura: «He elegido el camino de la alegría»

 


Andrés Marcio tiene 16 años, es un adolescente feliz y con mucha vitalidad pese a que no puede moverse. Sufre una miopatía, una enfermedad rara que sólo tienen otras nueve personas en España. A la falta de movilidad se le unen numerosos problemas como la respiración o el corazón. Además, hoy por hoy no existe cura para su enfermedad.

Aún así, este joven no pierde la esperanza ni las ganas de vivir. Él se considera un “disfrutón” de la vida, de la que le toca vivir con muchas limitaciones. E intenta vivir como otro joven más con sus aficiones por el deporte o la lectura. Hasta sueña con ser entrenador de un equipo de fútbol y ascenderlo a Primera División.

Mientras tanto, su familia ha creado una fundación que lleva su nombre con la que pretenden recaudar fondos para investigar esta rara enfermedad, y son numerosas las organizaciones y personajes famosos los que ya han colaborado con ellos.

Andrés cumple claramente el perfil de “vividor” que representa la organización provida Vividores.org. Y para dar testimonio de la belleza de toda vida han entrevistado a este joven enfermo pero feliz.

“Tengo una enfermedad que se llama miopatía congénita, que es extremadamente rara. Hay solamente nueve casos en España. Unos 50/100 en el mundo. Parezco un mercadillo de enfermedades, porque tengo de todo, como el síndrome de cabeza caída o insuficiencia respiratoria. Pero el problema más grave es en el corazón, porque sufro arritmias malignas que me pueden provocar la muerte súbita”, cuenta este joven.

¿Cómo vive una enfermedad tan dura?  Andrés lo tiene claro: “con la máxima naturalidad”. “Constantemente sigo cuatro palabras que para mí son fundamentales: alegría, optimismo, positividad y esperanza. Son mis cuatro pilares fundamentales. Siempre que me despierto pienso: ‘¡Qué alegría que he vivido un día más!’”, asegura

Este adolescente asegura que no mira el futuro sino el presente. Por ello, afirma verse “como un niño normal. Además, tengo el apoyo incondicional de mi familia, de mis amigos, y tengo mucha fe en Dios. Eso me ayuda a seguir día a día. Me veo bien y me encuentro bien. No tengo ninguna preocupación, porque confío muchísimo en los médicos. Además, si lo llevo mal, ¿qué va a cambiar? Nada. No por llevarlo mal me voy a curar. La enfermedad va a seguir ahí, sí o sí, hasta que se encuentre la cura, que ojalá sea pronto. Puedo elegir llevarlo bien o triste y enfadado. He elegido el camino de la alegría, porque tengo una vida maravillosa y no puedo pedir más”.

Andrés Marcio, con su hermana y su madre

La fe es una parte fundamental para él y así lo confiesa: “Dios me ayuda mucho, la fe para mí es importantísima. Sin ella sería imposible”.

Pero además, Andrés Marcio explica que no es un superhéroe por sobrellevar así la enfermedad. “Momentos malos tenemos todos y es normal. A esas personas que están pasándolo mal les diría que lleven su enfermedad y sus problemas con la máxima alegría posible. Todo lo que pasa es por algo bueno. Cuando Dios hace algo, aunque al principio parezca malo, siempre tiene algo bueno”, agrega.

Por otro lado, cuenta que “los recuerdos más bonitos que tengo son con mi familia o con mis amigos. Para mí un recuerdo bonito es despertarme y decir a mis padres ‘buenos días’. Son los recuerdos más increíbles que tengo, los pequeños detalles.

Sobre lo aprendido en su corta pero intensa vida, este chico de 16 años también lo tiene claro: “Tomarme la vida con humor, alegría y mucha naturalidad. De lo que llevo vivido, esta lección es la más importante que he aprendido”.

ReL

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¿Es posible perdonarlo todo?


PRZEBACZENIE


Algunos actos parecen imperdonables, sobre todo los que nos dejan heridas profundas. Pero no hay que olvidar que Dios nos da siempre la gracia de conceder nuestro perdón a nuestros ofensores, aunque eso implique recorrer un largo camino antes de poder hacerlo.

Al preguntarnos si es posible perdonarlo todo nos surgen varias reflexiones y comentarios. “Perdónanos nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”: ¡está claro! Al mandarnos rezar así, el Señor nos da la obligación de perdonar siempre a quienes nos causan mal. Si eso nos parece imposible, dadas las circunstancias terribles en las que nos hayan herido –en un pasado lejano o próximo–, sabemos que el Señor nos da siempre la gracia de cumplir sus mandamientos, incluso cuando la ejecución nos parezca verdaderamente utópica.

Perdonar en la esperanza de una reconciliación más allá de la muerte

Únicamente podemos perdonar de verdad a una persona que nos pide perdón por el mal que ha hecho. Si no lo hace, sólo podemos perdonarla desde la esperanza de que solicite algún día ese perdón, porque el perdón sólo es auténtico si deseamos reconciliarnos totalmente, más tarde, con nuestro ofensor, si esperamos poder darle cuanto antes el beso de la paz.

Y cuando la reconciliación parece verdaderamente imposible en la tierra –debido a la violencia de la herida o de la ruptura–, solo podemos perdonar con la esperanza de una reconciliación más allá de la muerte, la esperanza de que “el otro” pedirá eternamente perdón por habernos “estropeado la vida” y que será entonces un ser “totalmente distinto”. Cuando falta esta esperanza, perdonar sin que el otro lo pida es algo del todo imposible. ¡Pero nada es imposible para Dios!

Aprender a respetar el recorrido personal de cada uno

Ni que decir tiene que es mucho más fácil perdonar cuando hemos pasado nosotros mismos por la maravillosa experiencia de ser perdonados.

De ahí la importancia de enseñar a los niños a pedir perdón por sus desobediencias, su testarudez, para que, al disfrutar desde muy pequeños esta alegría de ser perdonados, no duden en pedir perdón más adelante si alguna vez cometen una travesura grande.

¡Cuántos adultos confiesan que, en su juventud, aceptaban las “disculpas”, pero nunca se les había enseñado a reconocer realmente sus faltas!

Por último, ante personas que han sido terriblemente humilladas, hay que evitar recurrir a ejemplos de perdón que puedan parecer “heroicos” al común de los mortales pero que a ellos les parecerá –y con razón– infinitamente más sencillos que el que ellos deberán conceder un día.

Entonces, respetemos el recorrido personal de cada uno. No culpabilicemos a personas que necesiten mucho tiempo para madurar en su corazón el difícil y maravilloso perdón que algún día serán capaces de otorgar.

Abad Pierre Descouvemont, Edifa Aleteia

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¿Y si prolongaras la Navidad durante todo el año?

 

CHRISTMAS



La Navidad ha pasado pero no por eso debemos olvidar hasta el año siguiente el misterio de la natividad que nos ha revelado.

La Navidad acaba de pasar… ¿qué queda de ella? Juguetes nuevos dispersos por la casa, recuerdos felices, la mente un poco neblinosa por la falta de sueño, trozos de papel de regalo arrugados por todas partes y las tarjetas de felicitación en el buzón por la mañana.

O, quizás, el peso de la soledad un poco más cargante, la herida del duelo más viva que de costumbre… La Navidad, sí, también es eso, en lo concreto de nuestras vidas… pero ¿es sólo eso y primero eso?

La Navidad nos invita a maravillarnos ante el amor de Dios por nosotros

La Navidad, bien lo sabemos, es la gracia que se nos ofrece de acoger al Verbo hecho carne. La verdad de la Navidad es la Buena Nueva anunciada por los ángeles: “Hoy, nos ha nacido un Salvador”.Y eso es lo que da su sentido a todos los aspectos de la fiesta.

Los días siguientes a la Navidad no pueden parecerse, por tanto, a esos días de después de otras fiestas, tristes o alegres, pero que siempre están impregnados de cierta nostalgia por aquello que fue y no será más. Porque la alegría de Navidad no se nos ha dado solamente por algunas horas o algunas decenas de minutos durante la misa de Navidad.

Y la celebración de la Natividad no es un mero cumpleaños que sólo dura el tiempo de soplar las velas. No es cuestión de dejar enterrado lo que Dios nos ha ofrecido por Navidad. Expliquemos a los niños que es un poco como si metiéramos en un armario o tiráramos a la basura todos los juguetes nuevos. Esta lástima les resultará muy vehemente.

En Navidad, hemos recibido un regalo mucho más grande y hermoso que todos los demás, pero como no se ve, nos arriesgamos a olvidarlo hasta el año próximo. Pero ¿qué puede cambiar la Navidad en nuestras vidas?

El amor de Dios

Dios nos ama tanto que, por nosotros, se hizo hombre. Él, que es el Creador omnipotente, nació pobre y desamparado como todos los bebés que dependen por completo de sus padres. Dios se da a nosotros y se nos revela no en la magnificencia, la riqueza y el poder, sino en la pequeñez y en la pobreza.

¿Cómo podríamos entonces buscar los honores, la riqueza y el poder mientras que Dios mismo nació en la pobreza, cuando se hizo un niño pequeño? Dios nos enseña a aceptar profundamente nuestros límites, nuestras dependencias.

Jesús no sufrió su condición de hombre, sino que la amó. Él nos conduce a amar nuestra condición de personas, con todos los límites, las exigencias y las dependencias propias de cada edad. Jesús no se hizo semejante a un niño pequeño, se hizo niño de verdad. Dios se hace próximo a nosotros. Él es “el totalmente Otro” y, sin embargo, se pone a nuestro alcance.

Su amor busca amansarnos dulcemente, sin causarnos temor.

La Navidad nos invita a maravillarnos ante este amor y a dejarnos llevar por él, a no olvidar nunca –ni siquiera más tarde en el año cuando celebramos otras fiestas litúrgicas– toda la ternura, la pureza y la simplicidad que nos son reveladas en el portal de Belén.

Todo le importa

Delante del belén, vemos y creemos más allá de las apariencias. Dios se hace carne. Muy concretamente, eso implica que nos es dado encontrarnos con Dios, servirle y amarle a través de todo lo que constituye nuestra vida humana. No está Dios por un lado y por otro nuestra existencia carnal.

No hay en nuestra vida unos momentos para Dios y otros que no Le conciernen. No somos seres divididos en dos: el alma para Dios y el cuerpo ajeno a Él. Es esencial no olvidar esto, en particular en el ámbito de la educación religiosa.

La educación de la fe no concierne solamente a una parte de la existencia o de la personalidad de nuestros hijos: es de verdad una educación de toda la vida. Nada de lo que hagan nuestros hijos, nada de lo que vivan es ajeno a Dios: todo es susceptible de acercarles o alejarles de Él, incluyendo las preocupaciones y los gestos más materiales.

Dicho esto, es importante subrayar que la educación de la fe no podría ser una mera educación para la vida: hace falta un anuncio explícito de la existencia de Dios que, encarnado, no es menos que el “totalmente Otro”. No es raro, por ejemplo, escuchar decir que el primer despertar en la fe debe ser un despertar a la vida, al mundo que rodea al niño, a los demás, etc.

Vida de oración

Es cierto si entendemos por ello que el despertar en la fe no debe estar desencarnado y dividido de la vida cotidiana del niño. Pero es falso si este “despertar a la vida” sustituye a toda instrucción religiosa y toda vida de oración.

Además, aunque es cierto que Dios nos da de encontrarle y amarle en cada instante de nuestros días y a través de todo lo que vivimos, no hay que olvidar que lo que da “aliento” –el aliento del Espíritu Santo– al menor de nuestros gestos, ya sea lavarse los dientes o pelar una fruta, es la oración.

Es porque dedicamos al menos diez minutos diarios a la oración, solamente para Dios, que podremos encontrarle y amarle durante los demás minutos.

La educación de la fe no debe de ningún modo desviar a los niños de su vida de niños, no debe hacer de ellos seres desencarnados, más bien al contrario, pero debe también guiarles a vivir al nivel del día a día, a presentir la dimensión sobrenatural de su existencia y orientar todas sus elecciones en función de esa dimensión.

Porque así es como aprendemos la Navidad: delante del belén, vemos y creemos más allá de las apariencias. Delante de ese niño pequeño, se nos pide creer que estamos en presencia del Hijo de Dios. Y quien mejor puede guiarnos por estos caminos de fe es la Virgen María.

Más que cualquier otro, ella sabía que su bebé era similar a los demás porque ella lo alimentó, le enseñó a hablar, a caminar, etc. Pero más que cualquier otro, ella creyó, plenamente, que este niño tan pequeño, que dependía por completo de ella, era verdaderamente su Salvador.

Christine Ponsard, Edifa Aleteia

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domingo, 27 de diciembre de 2020

ESCOLANÍA DEL VALLE: CONCIERTO DE NAVIDAD

 La Escolanía del Valle de los Caídos, la única del mundo que canta el repertorio gregoriano completo, no faltó a su tradicional Concierto de Navidad, ofrecido por Producciones Armada y Grupo Cadena Media.




sábado, 26 de diciembre de 2020

Ecuador: Exponen milagros eucarísticos recopilados por Carlo Acutis












Una muestra que busca que los jóvenes se vuelvan a entusiasmar con la eucaristía

La historia es conocida por muchos. Carlo Acutis, cuya reciente beatificación ha despertado una intensa devoción en todo el mundo, ha dedicado tiempo a registrar en internet (a través de una página creada y diseñada por él) milagros eucarísticos ocurridos en varias partes del mundo.

Es en esa página donde aparecen varios milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia y que acontecieron en América Latina. Por ejemplo, Argentina (1992, 1994 y 1996); Colombia (Tumaco, 1906); México (Tixtla, 2006); Venezuela (Betania, 1991) y Perú (Eten, 1649).

La exposición en Ecuador

Todo parece indicar que el vínculo entre Carlo Acutis y Latinoamérica sigue más vigente que nunca. Desde la historia del milagro que lo llevó a la beatificación (sucedió con un niño brasileño y la historia la pudiste conocer en Aleteia), hasta lo de sus tíos latinoamericanos

Ahora, en un plano más “terrenal”, el nexo se da a través de una exposición de los milagros eucarísticos recopilados por Acutis. Se trata de la famosa exposición internacional que ya ha recorrido muchas iglesias en todo el mundo.






El lugar elegido ha sido la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús (Entre Ríos) en Guayaquil. El encargado de presidir el acto de inauguración fue el propio arzobispo de Guayaquil, monseñor Luis Cabrera, recuerda la web de la Arquidiócesis.

Por último, se recuerda que la exposición cuenta con 163 paneles donde se pueden ver fotografías y descripciones históricas de los milagros eucarísticos.

Volver a entusiasmar con la eucaristía

“Es la primera vez que se dará esta exposición en la Arquidiócesis de 






Guayaquil y es una gran bendición para la gente joven, para que se vuelva a entusiasmar con la Eucaristía. Para los católicos, es una fuente inagotable de la presencia del Señor”, declaró al sitio web de la Iglesia en Guayaquil el padre Raniero Marincioni.

También se pronunció fue el coordinador de esta exposición, Fernando Delgado, quien dijo lo siguiente:

“La idea de traer la exposición al país se dio por curiosidad ante la beatificación de Carlo, para que los jóvenes tomen conciencia, aumenten su fe y usen la informática para hacer el bien. Que los Santos no sólo son personas de siglos pasados sino que también pueden ser los jóvenes de hoy”.

En tanto, está previsto que la exposición, que en esta parroquia será hasta el 20 de noviembre, recorra varias iglesias de Guayaquil.

Pablo Cesio - Aleteia Ecuador




Un bebé milagro llamado Jesús, y sus papás que se llaman José y María

 


En busca de José, María y un bebé de nombre Jesús. Aunque parezca imposible e increíble, encontramos un matrimonio que vive en Estados Unidos de Norteamérica que se llaman como la familia de Nazareth

 Este fue el resultado y esta es la historia de María, José y Jesús que viven Clinton Oklahoma en Estados Unidos.

Cortesía Familia Martínez

¿Quienes son de dónde son?

“Me llamo María Josefa Martínez tengo 37 años nací en marzo 19 Día de San José, mi esposo se llama José Ángel Martínez tiene 39, tenemos 4 mujeres y un niño, la más grande tiene 18 y se llama Lorena, le sigue Judith de 16 años, Juliana de 10 años y nuestra consentida Nayeli de 5 años y por último Jesús con 7 meses, el príncipe de la casa, el que vino a cambiar nuestro mundo.

Yo nací en San Luis Potosí Mexico en un rancho llamado Pollitos, mis papás me me trajeron a los Estados Unidos a la edad de los 17 años en el año 200. Mi esposo nació en Clinton Oklahoma USA pero es hijo de papás inmigrantes de Ciudad Acuña.

Un sueño…

Inmigramos a este país como todos buscando sueños que cumplir, mi esposo y yo nos casamos en junio del 2001 yo tenía 18 años y el 19, decidimos casarnos siendo novios porque yo tenía que salir de Estados Unidos por cuestiones migratorias ya que mi permiso se vencía, pero el ofreció casarse conmigo para que yo pudiera tener residencia permanente, y así fue, pero seguíamos siendo novios y así pasamos un par de meses siendo un matrimonio y novios a la vez, pero en agosto del mismo año tomamos la decisión de movernos juntos como verdadero matrimonio. Aquí inicio nuestra familia, tenemos 19 años de feliz matrimonio .

Cortesía Familia Martínez

Llevar el nombre de José, María y Jesús ¿qué significa?

Para nosotros llevar el nombre de María y José ha sido una bendición, porque creo que Dios nos viene hablando desde que nacimos, pues yo nací el día 19 de marzo, día de San José y pues me regalo un marido con ese mismo nombre. Y ahora tenemos a nuestro hijo que se llama Jesús. Para nosotros María y José significan mucho pues son nuestros modelos a seguir, la familia que todo matrimonio debería imitar por someterse a la gran voluntad de Dios. Es una gran bendición y un honor llevar sus nombres y pues mi hijo ahora el nombre de Jesús. Decidimos llamarlo así pues fue un regalo que Dios nos concedió, ya que solo teníamos puras niñas y a él no lo esperábamos.

Cortesía Familia Martínez

Un milagro llamado Jesús…

Al principio de mi embarazo tuve muchas complicaciones pues tuve una sangrado que duró casi un mes, los doctores no tenían explicación para esto, solo decía mi doctor que no podía hacer nada, solo a esperar si lo perdía o vivía. Pero los ultrasonidos decía que el bebé estaba en perfectas condiciones .

Yo tenía mucho miedo pues en el año 2018 perdí a un bebé, y no quería pasar por el mismo dolor de ahí en adelante yo en mi angustia ofrecía un padre nuestro a Dios por mi bebé y le hablaba a él y le decía que tenía que luchar, que él era fuerte y teníamos que estar juntos porque yo lo amaba aun sin conocerlo y sin saber si era niña o niño.

Al paso de los días mi sangrado termino pero mi bebé seguía en peligro, pues mi salud no andaba bien, pues padezco de la tiroides, estuve apunto de padecer anemia, estaba muy débil por los sangrados, pero con la ayuda de Dios y mi doctor se controlo mi salud. Conforme pasaron los días pudimos ver el sexto del bebé.

Cuando nos dijeron que estábamos esperando un niño, mi esposo y yo no sabíamos si reír o llorar, solo nos quedamos en shock, pues solo teníamos niñas y pues fue una sorpresa que nos dijeran que era niño y que había roto el molde. Por eso decidimos llamarlo Jesús en agradecimiento a nuestro Señor, pues es un regalo para toda la familia pues mis princesas están encantadas con él.

Cortesía Familia Martínez

Festejar la Navidad es…

Festejar la Navidad para nosotros es muy especial pues recibimos lo mas sublime sobre la tierra, el nacimiento de nuestro señor Jesucristo en nuestros corazones y que mejor que llevar el nombre de la sagrada familia.

Familia Martínez Martínez

Jesús V. Picón, Aleteia

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viernes, 25 de diciembre de 2020

La Navidad en China: recemos por los hermanos perseguidos

 


Navidad es una época que llama la atención de los chinos no cristianos. Es luminosa, alegre, llena de color y ya se celebra en casi todos los países del mundo, incluso los no cristianos. A los niños les gusta y a muchos mayores también.

Los chinos cristianos suelen aprovechar para invitar a sus amigos no cristianos a una misa del Gallo, de Nochebuena o de Navidad, y que vean a los cristianos locales celebrando con alegría. Eso puede atraer a muchos a la fe.

Eso molesta mucho a las autoridades anticlericales y cada año intentan asegurarse, por estas fechas, de que maestros, funcionarios, intelectuales y "personas influyentes" no acudan a actividades cristianas navideñas. Recientemente se han reforzado las normas y leyes civiles que prohíben ir a los menores de edad a las iglesias si no es acompañados por sus padres (una medida que ya usó la Unión Soviética para impedir que los abuelos, amigos o catequistas transmitieran la fe a los nietos, niños y adolescentes).

Paul Chen, un sacerdote de China central, que pertenece a la Iglesia "oficialista" (no a la clandestina) explica a la agencia AsiaNews algunas de las técnicas que las autoridades están usando este año para dificultar el acceso a iglesias y festejos cristianos, incluso a los que organiza la iglesia "oficialista".

Por un lado, los medios de comunicación empiezan a publicar noticias extrañas hablando mal de la Navidad. Por otro, los jefes, inspectores y políticos multiplican las reuniones con sus subordinados recordándoles que no deben acudir a actividades religiosas. En algunas escuelas investigan si hay profesores o empleados que acudan a actos religiosos.

Este año, los párrocos o responsables de centros religiosos deben declarar a las autoridades detalles específicos sobre el número de participantes y el propósito del evento litúrgico (que los funcionarios pueden bloquear y prohibir con cualquier excusa). Los funcionarios de alto nivel presionan a los funcionarios de menor nivel para que agobien a las comunidades religiosas.

Algunas autoridades locales han emitido una orden que prohíbe cualquier actividad en los lugares religiosos registrados que estén bajo su jurisdicción.

El alcalde, la policía e incluso autoridades sanitarias pueden en sitios remotos presionar con especial fuerza a los párrocos para que cancelen las actividades navideñas.

El padre Chen señala que algún sacerdote con ganas de congraciarse con las autoridades locales pueden aprovechar la pandemia para cancelar los actos públicos navideños y mostrarse como un clérigo "dócil" al sistema.

En muchos lugares, a las parroquias se les piden mil medidas anti-coronavirus que no se le piden a los centros comerciales, las estaciones de tren o aeropuertos o a las escuelas.

Muchos critican que las normas que limitan la acción de los católicos han empeorado y han recortado su libertad, especialmente a raíz del último acuerdo entre la Santa Sede y las autoridades chinas.

A los extranjeros en el país se les impide a menudo acudir a celebraciones católicas de chinos y sigue prohibida la llegada de misioneros (los que llegan, pocos, suelen presentarse oficialmente como profesores o estudiantes de cultura china o de otras asignaturas). Entre los protestantes, muchos evangelizadores chinohablantes, llegados de Singapur, o de otras ciudades con diáspora china cristiana, son comerciantes que viajan y aprovechan para evangelizar.

Misa de Navidad en la catedral de la Inmaculada en Pekín, en 2015 

ACI Prensa:

Los católicos en China, una pequeña minoría que aún sufre la persecución e incomprensión de las autoridades, celebran la Navidad con alegría a pesar de las prohibiciones impuestas por el Gobierno.

La Navidad de este año es distinta a la del año pasado porque “las autoridades oficiales han creado una creciente atmósfera política de tensión”, comenta un sacerdote chino a la agencia Asia News.

Entre las prohibiciones de las autoridades están la de tener jóvenes menores de 18 años en las iglesias y realizar cualquier acto religioso público. Sin embargo, explica la agencia que “los católicos chinos encuentran nuevos caminos para celebrar el Adviento y la Navidad”.

El sacerdote, que sirve en el norte de país, explicó que para evitar sanciones de las autoridades, la parroquia donde trabaja canceló la fiesta de Navidad de la noche y la transformó en un encuentro de oración.

Para no contravenir la prohibición de tener a jóvenes menores de 18 años en las iglesias, estos se reúnen en un local cercano al templo a donde luego va el sacerdote para saludarlos y bendecirlos.

Otro sacerdote, el P. Pedro, comenta a Asia News que en su parroquia “la mayoría de fieles son nuevos y por varias razones no frecuentan la iglesia: algunos no han hecho un buen catecumenado antes del bautismo, otros han pedido el bautismo sin la justa motivación, o se han alejado a causa de la secularización”.

“Por todo esto, durante dos semanas junto a los líderes de la comunidad he visitado a las familias para exhortar y alentar a todos a retomar la vida de fe”, explicó.

Entre las distintas actividades que alienta en estas fechas está el rezo diario del Rosario y que los padrinos y madrinas visiten a sus ahijados para animarlos a recuperar la vida de fe. “En estos momentos podemos ver los buenos resultados: un buen número de fieles ha llegado a la iglesia y piden la confesión”, dijo el sacerdote.

El presbítero indicó además que visita a los ancianos para llevarles los sacramentos, y ha organizado la entrega de regalos para los niños, entre otras iniciativas para exhortar a los fieles a “preparar el corazón de buena manera para la venida del Salvador”.

Otro sacerdote, también del norte de China, explica que “cada años, luego del tercer domingo de Adviento, los fieles rezan la Novena de la Santa Navidad para esperar en oración al Salvador. El párroco ha invitado a dos religiosas para ayudar a la preparación de la Navidad en la parroquia.

Con la iglesia decorada por los laicos, “el 24 de diciembre se realiza la vigilia de Navidad desde las 7 hasta las 9 p.m. y se hace la fiesta navideña con representaciones en las que participan ancianos, jóvenes y niños”.

>“A las 11:30 de la noche se le da la bienvenida a Jesús niño, y se inicia la procesión hacia la iglesia con algunos fuegos pirotécnicos y una banda en primera línea, luego el coro, después los acólitos, el sacerdote, el Niño Jesús y finalmente los demás fieles con velas en las manos”, relata el sacerdote.