viernes, 25 de diciembre de 2020

La Navidad en China: recemos por los hermanos perseguidos

 


Navidad es una época que llama la atención de los chinos no cristianos. Es luminosa, alegre, llena de color y ya se celebra en casi todos los países del mundo, incluso los no cristianos. A los niños les gusta y a muchos mayores también.

Los chinos cristianos suelen aprovechar para invitar a sus amigos no cristianos a una misa del Gallo, de Nochebuena o de Navidad, y que vean a los cristianos locales celebrando con alegría. Eso puede atraer a muchos a la fe.

Eso molesta mucho a las autoridades anticlericales y cada año intentan asegurarse, por estas fechas, de que maestros, funcionarios, intelectuales y "personas influyentes" no acudan a actividades cristianas navideñas. Recientemente se han reforzado las normas y leyes civiles que prohíben ir a los menores de edad a las iglesias si no es acompañados por sus padres (una medida que ya usó la Unión Soviética para impedir que los abuelos, amigos o catequistas transmitieran la fe a los nietos, niños y adolescentes).

Paul Chen, un sacerdote de China central, que pertenece a la Iglesia "oficialista" (no a la clandestina) explica a la agencia AsiaNews algunas de las técnicas que las autoridades están usando este año para dificultar el acceso a iglesias y festejos cristianos, incluso a los que organiza la iglesia "oficialista".

Por un lado, los medios de comunicación empiezan a publicar noticias extrañas hablando mal de la Navidad. Por otro, los jefes, inspectores y políticos multiplican las reuniones con sus subordinados recordándoles que no deben acudir a actividades religiosas. En algunas escuelas investigan si hay profesores o empleados que acudan a actos religiosos.

Este año, los párrocos o responsables de centros religiosos deben declarar a las autoridades detalles específicos sobre el número de participantes y el propósito del evento litúrgico (que los funcionarios pueden bloquear y prohibir con cualquier excusa). Los funcionarios de alto nivel presionan a los funcionarios de menor nivel para que agobien a las comunidades religiosas.

Algunas autoridades locales han emitido una orden que prohíbe cualquier actividad en los lugares religiosos registrados que estén bajo su jurisdicción.

El alcalde, la policía e incluso autoridades sanitarias pueden en sitios remotos presionar con especial fuerza a los párrocos para que cancelen las actividades navideñas.

El padre Chen señala que algún sacerdote con ganas de congraciarse con las autoridades locales pueden aprovechar la pandemia para cancelar los actos públicos navideños y mostrarse como un clérigo "dócil" al sistema.

En muchos lugares, a las parroquias se les piden mil medidas anti-coronavirus que no se le piden a los centros comerciales, las estaciones de tren o aeropuertos o a las escuelas.

Muchos critican que las normas que limitan la acción de los católicos han empeorado y han recortado su libertad, especialmente a raíz del último acuerdo entre la Santa Sede y las autoridades chinas.

A los extranjeros en el país se les impide a menudo acudir a celebraciones católicas de chinos y sigue prohibida la llegada de misioneros (los que llegan, pocos, suelen presentarse oficialmente como profesores o estudiantes de cultura china o de otras asignaturas). Entre los protestantes, muchos evangelizadores chinohablantes, llegados de Singapur, o de otras ciudades con diáspora china cristiana, son comerciantes que viajan y aprovechan para evangelizar.

Misa de Navidad en la catedral de la Inmaculada en Pekín, en 2015 

ACI Prensa:

Los católicos en China, una pequeña minoría que aún sufre la persecución e incomprensión de las autoridades, celebran la Navidad con alegría a pesar de las prohibiciones impuestas por el Gobierno.

La Navidad de este año es distinta a la del año pasado porque “las autoridades oficiales han creado una creciente atmósfera política de tensión”, comenta un sacerdote chino a la agencia Asia News.

Entre las prohibiciones de las autoridades están la de tener jóvenes menores de 18 años en las iglesias y realizar cualquier acto religioso público. Sin embargo, explica la agencia que “los católicos chinos encuentran nuevos caminos para celebrar el Adviento y la Navidad”.

El sacerdote, que sirve en el norte de país, explicó que para evitar sanciones de las autoridades, la parroquia donde trabaja canceló la fiesta de Navidad de la noche y la transformó en un encuentro de oración.

Para no contravenir la prohibición de tener a jóvenes menores de 18 años en las iglesias, estos se reúnen en un local cercano al templo a donde luego va el sacerdote para saludarlos y bendecirlos.

Otro sacerdote, el P. Pedro, comenta a Asia News que en su parroquia “la mayoría de fieles son nuevos y por varias razones no frecuentan la iglesia: algunos no han hecho un buen catecumenado antes del bautismo, otros han pedido el bautismo sin la justa motivación, o se han alejado a causa de la secularización”.

“Por todo esto, durante dos semanas junto a los líderes de la comunidad he visitado a las familias para exhortar y alentar a todos a retomar la vida de fe”, explicó.

Entre las distintas actividades que alienta en estas fechas está el rezo diario del Rosario y que los padrinos y madrinas visiten a sus ahijados para animarlos a recuperar la vida de fe. “En estos momentos podemos ver los buenos resultados: un buen número de fieles ha llegado a la iglesia y piden la confesión”, dijo el sacerdote.

El presbítero indicó además que visita a los ancianos para llevarles los sacramentos, y ha organizado la entrega de regalos para los niños, entre otras iniciativas para exhortar a los fieles a “preparar el corazón de buena manera para la venida del Salvador”.

Otro sacerdote, también del norte de China, explica que “cada años, luego del tercer domingo de Adviento, los fieles rezan la Novena de la Santa Navidad para esperar en oración al Salvador. El párroco ha invitado a dos religiosas para ayudar a la preparación de la Navidad en la parroquia.

Con la iglesia decorada por los laicos, “el 24 de diciembre se realiza la vigilia de Navidad desde las 7 hasta las 9 p.m. y se hace la fiesta navideña con representaciones en las que participan ancianos, jóvenes y niños”.

>“A las 11:30 de la noche se le da la bienvenida a Jesús niño, y se inicia la procesión hacia la iglesia con algunos fuegos pirotécnicos y una banda en primera línea, luego el coro, después los acólitos, el sacerdote, el Niño Jesús y finalmente los demás fieles con velas en las manos”, relata el sacerdote.





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