“Eres la hermana que me dio el rosario. Todavía lo tengo y lo rezo todos los días,
y sé que Dios me ama”.
La religiosa de Sisters of Life (Hermanas de la Vida), Sor Faustina María Pía, recordó como una bailarina exótica regresó a la Iglesia gracias al poder del Santo Rosario.
En la segunda temporada de la serie “Rosary Series: The Mysteries of the Rosary” de Paradisus Dei, Sor Faustina comentó que, hace varios años, poco antes de Navidad, se encontraba junto a su comunidad cantando villancicos y repartiendo chocolate caliente y galletas para llenar de alegría un vecindario de Manhattan.
En ese momento, una bailarina exótica se detuvo en el evento. La mujer mencionó que su nombre era Casey.
Casey le contó a Sor Faustina sobre las muchas penas que había sufrido a lo largo de su vida, incluida la pérdida de amigos debido a la adicción.
Sor Faustina vio que Casey, quien había tenido una formación católica de pequeña, mostraba un “verdadero corazón abierto” y “se encontraba en la búsqueda de algo”.
“Me impresionó el tesoro de su alma, y se lo dije de inmediato”, recordó Sor Faustina.
“Ella se detuvo y me miró, y le dije: ‘Sabes que puedes hablar con la Santísima Madre de la misma manera en que estás hablando conmigo. Sabes que ella es nuestra Madre y quiere cuidarte. Tienes un corazón hermoso. Te ama y extraña escucharte’”, señaló la hermana.
Sor Faustina ayudó a Casey a recordar cómo rezar el Ave María, y ambas rezaron juntas. Además, le explicó el poder del Rosario.
Casey le pidió un Rosario.
En ese momento, la hermana solo llevaba consigo un rosario, uno que pertenecía a su padre. Sin embargo, sintió el llamado de dárselo a Casey.
“Estaba feliz con la idea de que ella quisiera [un rosario] y metí la mano en mi bolsillo. Luego, de repente, mi corazón se hundió porque en mi bolsillo solo había un rosario. Era el rosario que mi padre me había dado. Era muy especial para él y me lo había dado unas semanas antes, y yo lo quería mucho. Sabía que estaba destinado para ella, así que lo puse en la palma de su mano y le dije: ‘Sabes, este es el rosario de mi papá, pero ahora es tuyo’”, explicó la hermana.
Casey vaciló pero aceptó finalmente. Luego, las dos hablaron sobre la ausencia del niño Jesús en el pesebre. Sor Faustina le dijo a Casey que Jesús “vendría en Navidad”.
“De repente, dije: ‘Sabes, es como nuestros corazones. Se sienten un poco vacíos sin Jesús’”, indicó Sor Faustina. “Jesús quiere entrar en tu corazón. Todo lo que tenemos que hacer es pedirle que venga”, agregó.
Dos semanas después, Casey fue a la casa de las hermanas. Sor Faustina no se encontraba en ese momento, pero las hermanas tomaron un mensaje para ella.
“¿Puedes decirle a esa hermana que dejé mi trabajo en el club de striptease esa noche y entregué mi vida al Niño Jesús?”, señaló Casey.
Después de ese encuentro, Casey no volvió a comunicarse con la comunidad durante cuatro años. Sin embargo, un día, mientras las Hermanas de la Vida caminaban por las calles de Manhattan, una mujer pidió oraciones para un próximo procedimiento cardíaco.
Sor Faustina y Casey se reconocieron
Casey dijo: “Eres la hermana que me dio el rosario. Todavía lo tengo y lo rezo todos los días, y sé que Dios me ama”.
Actualmente, Sor Faustina vive en la ciudad de Nueva York con sus hermanas de comunidad, donde brindan asistencia a mujeres necesitadas.
Jaqueline Burkepile, ChurchPOP
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