¿Tienes ya tu propósito para el tiempo de espera de la Navidad? El Evangelio da unas pistas realmente útiles
Adviento: un tiempo de alegre espera. El Evangelio del primer domingo de Adviento nos habla de la espera del Hijo del Hombre. Y el Adviento es precisamente un tiempo de alegre espera de la Navidad. En este clima, Jesús da cinco consejos prácticos.
1PONGAN ATENCIÓN
El Adviento es un tiempo para cuidar tu vida y tu salud espiritual, por lo que necesitas retiros -retiros on line, días de recogimiento y otras formas de recuperar tu corazón-.
2LEVANTEN LA CABEZA
En otras palabras: sean valientes, no tengan miedo. Miren con valentía y optimismo su vida y su futuro y, al mismo tiempo, levanten la cabeza de lo que están haciendo, vean más, amplíen sus horizontes.
3ESTÉN ALERTA
Jesús no dice que hay que preocuparse de los demás, sino que hay que cuidarse a sí mismo, lo que significa empezar por uno mismo. Como dice Jesús en el Evangelio de hoy “para que los vicios, el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos” (Lucas 21, 34-35).
4VIGILAR
Vigilar significa estar atento manteniendo los ojos y los oídos abiertos a lo que ocurre a nuestro alrededor. Consiste en reconocer los signos de los tiempos que Dios nos da cada día, y también ver cómo cuida de nosotros. Estar atento significa ser sensibles a los signos de Dios en nuestra vida.
5ORAR EN TODO MOMENTO
Dios mismo -Jesucristo- hallaba tiempo para la oración. La oración es como el aire que respiramos. San Juan Pablo II decía que el tiempo dedicado a la oración nunca es tiempo perdido. Así, la oración es una conversación con un Amigo. Podemos decir que “rezar en todo momento” significa que oramos no sólo cuando estamos en la iglesia, sino en diversas ocasiones, por ejemplo, de camino al trabajo, al caminar, etc. Puedes dirigirte al Señor Dios en diferentes ocasiones.
Un propósito para Adviento que aumente tu amor
El Adviento es un tiempo para hacer propósitos. Los padres espirituales dicen que no se trata de hacer muchos propósitos que luego no se ponen en práctica, sino de hacer uno concreto que luego se pueda llevar a cabo.
Ahora bien, lo mejor es que este propósito esté relacionado con el mandamiento más importante, lo más importante de la vida, es decir, el mandamiento de amar a Dios y al prójimo como a uno mismo. ¿Tengo ya mi propósito concreto para el Adviento?
Paweł Rytel-Andrianik, Aleteia
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