jueves, 20 de agosto de 2020

Lecciones de vida que dejan las abuelas


ELDERLY WOMAN

Con una basta experiencia y un corazón entrenado, nos enseñan a ver las cosas de una manera única

 Las abuelas nos dejan muchas enseñanzas que nos ayudan a responder a los grandes interrogantes de la vida. Un aprendizaje que no pasa de moda y que con el paso de los años no hace otra cosa más que confirmarse. Con una basta experiencia y un corazón entrenado, se convierten en verdaderas mentoras que nos muestran las cosas de una manera única.
No tuvieron acceso a la información o a los recursos como los tenemos hoy y aun así han aprendido mucho. Han enfrentado momentos duros como guerras y crisis. Con sacrificio han sacado adelante empresas y criado familias numerosas y no siempre han sido reconocidas.
Las abuelas han sido en su época mujeres valientes que se han animado a ser inventoras, vanguardistas e innovadoras. Han tomado decisiones heroicas. Algunas han cruzado mares, aprendido idiomas, lidiado con barreras culturales y emigrado a otros países cuando el mundo era todavía un lugar salvaje, las distancias enormes y los horizontes desconocidos.
Las abuelas por ser mayores y por ser mujeres, verdaderas madres espirituales, son una gran fuente de sabiduría. Por eso, cuando nos dejamos enseñar por ellas nos damos la oportunidad de ser testigos de lo que significa haber conseguido superar el tiempo y alcanzar metas que han marcado la diferencia dejando huella en generaciones posteriores. 
Sus vidas están llenas de valiosos tesoros que podemos heredar. Hay muchos dones que nos llegan de nuestras abuelas; regalos que hemos recibido en momentos puntuales, pero muchos otros que no siempre son entregados de inmediato y están allí aun esperándonos.
Estén hoy o no a nuestro lado, acompañándonos física o espiritualmente, sean sanguíneas o postizas, las abuelas traen un mensaje de vida para todos. Solo basta abrir la puerta de la memoria con la llave del corazón y recibirlo.

Shutterstock-Lisa S

  • Abraza las tradiciones familiares y asegúrate de construir un hogar para todos
El hogar es ese espacio donde siempre somos bienvenidos, queridos por lo que somos, lleno de rituales, canciones, comida, sabores y aromas que nos transportan a ese lugar especial. Pon energía en cuidar tu hogar amorosamente y tu casa estará llena de sentido.

ELDERLY
De Visu|Shutterstock

  • Busca vivir el amor verdadero 
En cada pequeña cosa que hagas aspira a la plenitud del amor, enamórate de la vida y mantén un corazón apasionado capaz de entregarse. Comparte tu vida con alguien que amas no solo con sentimientos, sino con tu inteligencia y tu voluntad. No te cases por dinero o estatus, solo hazlo por amor.

LITTLE SISTERS OF THE POOR, CORONAVIRUS,COVID19
Courtesy of the Little Sisters of the Poor

  • Ayuda y sé solidario con los demás 
Ama sin límites expandiendo tu alcance más allá de tu círculo cercano. Ama hasta que duela y luego sigue adelante. No importa con quién te encuentres, nunca lo juzgues porque no conoces su situación. Tiende tu mano al que lo necesita con generosidad. Sé la persona que quieres que los demás sean para ti.

ELDER
Shutterstock-Ocskay Bence

  • Nunca te rindas luchando por una buena causa
Siempre habrá dificultades, pero encontrarás la fuerza para seguir adelante. El sacrificio y la perseverancia valen la pena si es a causa del bien. Está bien si tienes que ensuciarte con tierra en el jardín o con harina en la cocina, levantarte más temprano o acostarte un poco más tarde si es por perseguir tus sueños.

GRANDMOTHER,
natasaelena | Shutterstock

  • Cuida tu mente
Lee para mantener una mente saludable. Ten a mano una buena lista de libros. Aliméntate con las palabras. Los libros pueden ser el botiquín en donde encuentres las tiritas de las palabras que te ayudarán a cicatrizar heridas, ponerle nombre a muchas emociones. La lectura puede proporcionarte fortaleza, consuelo e incluso sanación.

PRAY
Shutterstock

  • No dejes de aprender y de actualizarte 
Apuesta por aprende cosas nuevas. Puede ser costura, cocina, carpintería, jardinería o tecnología. La humanidad es algo grande y no puedes hacerla pequeña. Recuerda que estás aquí para dar más de ti y aportarte algo bueno a este mundo. No dejes pasar tu oportunidad.

GARDENING
Shutterstock | Ruslan Huzau

  • Mantente activo
Nunca se es demasiado mayor para hacer cosas y tener una vida social rica y activa. Incluso en la vejez, y si la salud lo permite, come fuera, haz deporte, juega a las cartas, celebra los cumpleaños, baila, pinta, visita a la familia, viaja y asiste a conciertos.

CATHOLIC WOMAN
Itsmejust - Shutterstock

  • Alimenta tu espíritu
Una persona que va regularmente a la iglesia, lee la Biblia y reza con frecuencia encontrará las mayores alegrías de la vida, nunca se sentirá solo y con la luz de la fe mirará la vida con más esperanza. Vive con un espíritu lleno de energía positiva y serás un instrumento de paz.

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Andrea Piacquadio | Pexels CC0

  • Disfruta de una buena conversación
La gente se sentirá atraída hacia ti cuando seas una persona capaz de escuchar y exhibas esa maravillosa cualidad. Comparte experiencias de vida con los demás y no escatimes en tener amigos de todas las edades, creencias, culturas y clases sociales. En algún punto encontrarás que en todos hay algo de ti.

LOVE
Lucian Coman | Shutterstock

  • Ten en cuenta cómo te presentas al mundo
La elegancia jamás pasará de moda. Invierte en prendas de calidad, vístete según tu edad, la ocasión en la que te encuentres y tu tipo de cuerpo y lo que te favorece, y usa un buen perfume. Recuerda que la manera en que te presentas comunica algo de ti y eso refleja lo que llevas por dentro.

LOVE
Halfpoint | Shutterstock

  • Acepta y experimenta la vejez en la juventud
Los miedos son dudas no resueltas. Acepta el orden de la vida. Pregúntate todo y busca la verdad de las cosas, incluso aquellas que son un misterio como la muerte. Sin miedos tendrás una vida mucho más plena. Aprende a recibir los cambios, a decir que no, a tomar pausas en el camino, a pedir ayuda cuando la necesites y sobre todo, a ser agradecido por un nuevo despertar cada día.
Cecilia Zinicola, Aleteia

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