Las gemelas centroafricanas antes de ser separadas en una operación especialísima en el Hospital infantil de la Santa Sede |
El Hospital Pediátrico Niño Jesús de Roma, fundado hace 150 años y propiedad de la Santa Sede desde 1924, cada año es noticia por sus investigaciones en enfermedades raras infantiles, descubriendo nuevos síndromes. También realiza gestos hermosos llenos de significado humano (e interés médico), como la operación el pasado 7 de julio que separó a dos niñas pobres, gemelas siamesas, de República Sudafricana, que estaban unidas por la cabeza.
Pasado un tiempo de recuperación, se ha sabido ahora que el propio Pontífice Francisco ha bautizado a las niñas, que se llaman Ervina y Prefina. Fue la madre quien hace unas semanas expresaba su deseo de que así fuera. La prensa vaticana no fue quien difundió el bautizo, sino la agencia italiana ANSA, con la confirmación de una política centroafricana, Antoinette Montaigne, antigua ministra de comunicación.
Es un caso único: no el bautizo (los Papas cada año bautizan docenas de bebés, especialmente en algunas fechas litúrgicas) sino la operación craneal que separó a las niñas.
Las siamesas compartían los vasos sanguíneos y sus cráneos estaban fusionados en la nuca
La operación que separó a Ervina y Prefina era especialmente original, porque estaban unidas por la cabeza en una de las formas más raras y complejas de fusión craneal y cerebral, un caso único en el mundo, nuca contra nuca y compartiendo gran parte del sistema venoso.
Fue necesario más de un año de estudio y observación en el hospital vaticano de Roma, con tres operaciones distintas: una en mayo de 2019 para dar forma a estructuras venosas distintas para cada niña, otra en junio de 2019 para separar los canales venosos de ambos cerebros y su relación con los distintos corazones (una neurocirugía milimétrica que necesitaba neuronavegadores) y la operación de separación definitiva el 5 de junio de 2020.
Las gemelas aún unidas al poco de nacer en África
Cuando las niñas nacieron en un pueblo a 100 km de la capital centroafricana, nadie de la familia esperaba que hubiera gemelas, y menos unidas por el cráneo. No se habían hecho ninguna imagen prenatal. Pero en 2015 el Papa Francisco visitó República Centroafricana, y pidió después al Hospital Niño Jesús que intentara ayudar allí en temas pediátricos.
Las niñas, aún unidas, en Italia, antes de la operación final
En julio de 2018, la presidenta del Hospital, Mariella Enoc, supervisando las tareas pediátricas del centro Niño Jesús en República Centroafricana, conoció a las pequeñas gemelas, casi recién nacidas, y decidió que el hospital se haría cargo, llevándoselas a Roma. Empezaba un proceso de año y medio de ayuda a los cuerpos y almas de la familia, que culmina con el bautismo de las dos pequeñas, ya separadas, de manos del Papa.
Las gemelas ya separadas y la madre muy contenta lo celebra; pidió que las bautizara el Papa, y así lo ha hecho el Pontífice
P.J.G./ReL
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