1461. 6 de septiembre de 1945. Hora Santa.
Toma y lee. Toma Mi Corazón y lee en El el Amor. Se lee el Amor con los ojos de un deseo ardiente y de una amable simplicidad, iluminada por la memoria de lo que Yo dije a través de los profetas, del Evangelio y por medio de Mis amigos íntimos.
Lee Amor y lee Llamado; porque no hay Amor que no tenga Su llamado. Y un llamado es como un brazo extendido para alcanzar. ¿No Me darás la alegría de dejarte alcanzar? Te quiero toda. ¿Lo entiendes? Toda.
Entonces, no Me niegues nada. Trata de ser la que Yo quiero que seas; una compañera de Mis Júbilos, que no Me deja sino para volverme a encontrar en el cumplimiento de sus deberes cotidianos.
Yo estoy en todas partes para aquéllos que Me buscan. Y viven de Mí al vivir por Mí. Los poseo para que Me posean. ¿Cómo podría un alma saber esto por si sola? Ya tú has reconocido Mi Ayuda en varias ocasiones, ¿no es verdad que poseída por Dios, tu carrera es gozosa y segura? Ven con pureza, cerca del Puro.
Yo: Señor, Te deseo sin cesar y, sin embargo, vivo en una continua indiferencia.
El: Y así será siempre, Mi pequeña. La debilidad de tu naturaleza puede más que tú; por eso tu Esposo se encanta con el esfuerzo humilde que haces para levantarte. ¡Mi pequeña hija, trata de complacerme! Esto es una alegría para tu Dios. ¿Raro, verdad? Pero más tarde lo verás. Cree firme en este 'más tarde'.
Y, ¿cómo hago para creer, mi Señor?
Con tu corazón. Porque si Yo Soy una Alegría para ti, debes admitir que tú lo eres todavía más para Mí. Si piensas esto te establecerás mejor en Mi divina Misericordia y estarás todavía más segura de la Bondad perfecta de tu Dios, que Se detiene.
Yo: Señor, haz que yo sea así para mi prójimo.
El: Yo seré tu traducción.
ReL
No hay comentarios:
Publicar un comentario