martes, 4 de agosto de 2020

Estoy a tu puerta y llamo: Expláyate en Mi Corazón

Es como si conversara contigo...                                                                                            

Estoy a tu puerta y llamo

Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'




1466. 27 de septiembre.
Comprende la horrible ingratitud que hay en huir de Aquél que os ama tanto. .. Y por tu parte pon tu felicidad en servirme hasta en los más mínimos pormenores, porque nada es pequeño cuando se hace con amor.
Señor, ¿cómo puedes ser sensible a las naderías de Tus pobres creaturas?
El: ¿No Soy vuestro Hermano? ¿Acaso no conozco la naturaleza humana y lo que es la vida de un hombre sobre la Tierra? Tan habituada estás a considerarme en tu pensamiento solamente como el Dios que está en el Cielo, que te olvidas de que Yo sufrí y trabajé, tuve que pasar fríos, calores y hambres, igual  que vosotros, pero siempre con más agobio que vosotros. Y cuando el último día busquéis al que en sus días de la Tierra fue el más Miserable y el más Torturado, reconoceréis al hijo del Hombre y comprenderéis por qué ha recibido semejante peso de Gloria. Y entenderás cómo los que ahora rechazan a Dios querrán que las montañas les caigan encima y cómo los que respiran siempre a Dios, se apresurarán a fundirse en Su Seno.
Ve pues la importancia de cada uno de tus días. Vigila que nada de ellos se Me escape, atrapada como estás en las redes divinas de un Amor que quiere apretar más cada día. Expláyate en Mi Corazón, aprende a escuchar Sus Latidos como El escucha los tuyos; aprende a mirar a tu gran Amigo como El te mira a ti. Ningún movimiento tuyo se le escapa; mantente pues más y más en su amable Presencia. ¿Qué podrías desear que fuera mejor, Mi pequeña?
ReL

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