sábado, 2 de mayo de 2020

Estoy a tu puerta y llamo: El Banquete no termina nunca

Es como si conversara contigo...       

Estoy a tu puerta y llamo

Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'


1339. 3 de noviembre.
"Tú te inquietas por esta hora de oración, temiendo hacerla mal, pero ya sabes que estamos juntos: lo que falte lo supliré Yo, ¿No es así como pasan las cosas entre amigos? ¿No es lo mismo que tú harías con una persona muy querida? ¡Cuánto más Yo, tu Dios y Salvador!
Lo que más estimo y quiero de ti es la confianza; como a ti te gustaría gozar de la total confianza de un pobre y te encantaría ayudarlo y que él te llamara en su  socorro, puesto que tú podrías ayudarlo. Sábete que en toda situación puedo ayudarte y que Mi Corazón encendido lo desea.
Tengo un inmenso anhelo por vuestra perfección; sois Mi Cuerpo y Mi Cuerpo debe ser perfecto. Mantén tu voluntad unida a la Mía. Desea ser lo que Yo he querido que seas y pon en este deseo todo tu amor y tu intensidad. ¡Qué hermosa vida la de los corazones unidos!
Yo estoy dispuesto, os aguardo a todos para la gran Fusión. A vosotros toca verme en todo y así alcanzarme. No os quedéis en el camino. Acercaos y entrad sin temor en Mi Corazón, vuestra eterna Morada. Mi Corazón, que es la Casa paterna, vuestra Mansión de Reposo y Felicidad. Entrad. Es vuestra Casa y en Ella sois esperados. ¿No es muy dulce ser esperados? Se ha preparado para vosotros un Banquete y el Banquete Soy Yo mismo. El que sirve es el Amor.
Que tu ternura, hija, te ponga en condiciones de ser el comensal más atendido y más encantado. El Banquete no termina nunca. Se desarrolla primero en el misterio y la penumbra de los secretos; se ilumina a la hora de la muerte. Es solamente entonces cuando el alma ve Quién es el que la recibe, la ama y la guarda."
 ReL


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