domingo, 17 de mayo de 2020

Estoy a tu puerta y llamo: Se Me conoce tan mal

Es como si conversara contigo...                         

Estoy a tu puerta y llamo

Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'


1358. 2 de marzo de 1944.
Yo: ¡Mi pobrecillo Amor!
El: Sí, Pobre. Pobre de vuestros amores, tan raros y tan imperfectos. ¡Qué fácil es contar el número de los que en este momento Me aman sobre la Tierra lo suficiente como para dejarlo todo por Mí! Y si considero el número de los hombres, Me siento tan pobre y abandonado como durante Mi Vida mortal: no tengo sino un pequeño grupo de íntimos...
Procura, hija, venir al socorro de esta Pobreza de Mi Corazón. Trata de compartir y de proveer. Se Me conoce tan mal... ¿Cuántos son los que creen que Soy tierno? ¿Cuántos son los que piensan en Mi Misericordia?
Por eso, tú debes abandonarte a ti misma y pasar a Mí. Dime que es difícil, pero que cuentas con Mi ayuda. Y cuando cuentas conmigo, es porque ya estoy ahí. Si esperas en Mí, puedes, llegar a una alta santidad; en cambio, cuando cuentas con tus propias fuerzas es cuando vegetas en tu miseria ordinaria. Esta confianza es un homenaje a Dios y para ti, una prueba de humildad.
Dices bien cuando Me llamas 'tu Pobre Amor...' En la hora de Mi Agonía Me acompañaban tres de los Míos; pero el sueño Me los robó. A la hora de Mi Crucifixión, ya no tenía Yo sino a uno solo de Mis discípulos y, sin embargo, todos Me habían recibido en la Comunión. Tú, sé fiel y trata de consolarme. Colócate entre Mí y ellos y ruega al calor de Mi Corazón que incendie al Mundo.
Aguardo plegarias para obrar conversiones y cambiar los espíritus. No temas orar mucho. Ora en la simplicidad de tu alma, segura de ser escuchada, esperada y amada. Uno se siente siempre más fuerte cuando sabe que es amado. ¿No es verdad que esto cambia el lenguaje? ¡Oh, el más bello Amor!
ReL


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