sábado, 23 de mayo de 2020

Estoy a la puerta y llamo: Dame una compañía fiel

Es como si conversara contigo...                               

Estoy a tu puerta y llamo

Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'
1356. 17 de febrero. Iglesia de Fresne.
Yo pensaba en todas Sus Gracias y le dije: "Señor, cómo me colmas, ¿qué puedo hacer para agradecértelo?
Me dijo: Hazme compañía con más asiduidad. No puedes imaginarte lo que es para Mí que se Me trate como a Amigo íntimo. ¡Es algo tan raro!
Yo gozo del afecto como Hombre que Soy y lo mismo que a ti, Me gusta que Mis amigos descansen en Mi Compañía. A Mí, como a ti, Me gusta ser deseado y que se Me haga depositario de los secretos. Así pues, búscame y no Me dejes ir. Dame una compañía fiel y gozosa.  Esta mañana, después de la comunión, pensabas en Mis miembros dislocados y saludabas Mis sufrimientos indecibles; y Me llamabas 'Rey de los mártires' y estabas cerca de Mí, en Mí. Haz eso mismo en el curso del día. Piensa en las diversas etapas y momentos de Mi Vida y quédate ahí cerca. Para Mí el tiempo no existe. ¿Lo crees?
Entonces habrás estado en Mí, muy feliz, como Mis apóstoles, y de esta manera, Mi Vida puede prolongarse hasta el fin del mundo, en la vida de todos los hombres. Hija querida, ¿quieres prestarme tu corazón?
Yo:  Señor, quita de él todo lo que Te disgusta.
El: Seguirás cometiendo pequeñas faltas, tendrás desigualdades que serán para ti motivo de humillación, pero el Amor lo repara todo. Vuelve a empezar cada vez, sin fatigarte; continúa, desarrolla. Nadie se ha arrepentido nunca de haberme amado mucho. Habitúate a las horas de amor, a caminar en amor, a los descansos de amor. Así llegarás a la muerte de amor.
Ponte a prueba en los servicios que prestas al prójimo, recordando que el prójimo Soy Yo. Y el prójimo se lleva más de la mitad de tu vida. Trata, hija, de conocer un poco, finalmente, el Amor.
ReL




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