1353. 27 de enero, iglesia de Fresne.
Yo: Señor, aquí estoy, delante de Ti, preparada para escucharte.
El: Mis Palabras no pueden tomar otra coloración que no sea la del Amor. Parece que repito, pero el Amor es siempre nuevo. Ese Amor de Dios, del cual viviréis por toda la Eternidad. Es imposible que te imagines la Fuerza, la Dulzura, el Encanto y la Penetración de ese Amor, porque no puedes imaginarte, tú finita, al Infinito.
En Mi Pasión puedes ver los extremos de ese Amor, cuyos frutos exceden cuanto vosotros pudiérais esperar. ¿Habrías tú sido capaz de pensar en que un Dios muriera por Su creatura y con una Muerte como la Mía?
1354. 3 de febrero. Iglesia de Fresne.
¿Crees realmente a fondo, hija, todo lo que Me dices?
Húndete más y más en la Fe. Vive con más intensidad. Háblame como si Me vieras, pues bien sabes que estoy contigo. Dondequiera que te encuentres, encuéntrame. Ámame como a un ser vivo, pues lo estoy, en Mi Cuerpo glorificado y hónrame en este Cuerpo que fue martirizado y muerto por tus pecados. Cuidalo. Repósalo. Guárdalo contigo, de día y de noche. Se arrastró por la tierra como un gusano y perdió Su Belleza por vosotros. ¡Si Lo hubieras visto en el descendimiento de la Cruz, Mis miembros deformes sobre el regazo de Mi Madre!
Aquél no era ya Mi Rostro, la Mirada estaba extinta. Yo viví al parejo de vosotros Mi última Hora.
Une pues, ya desde ahora, tu muerte a la Mía; estemos siempre juntos, pero de modo especial en la última hora. Como los miembros de una familia, que en el momento del peligro se echan unos en brazos de los otros. Y tú te apretarás conmigo cuando sientas que se acerca tu fin. Entonces tendrás el impulso perfecto; te desprenderás de todo lo que te rodea y te apoyarás amorosamente en Mi Corazón.
Húndete más y más en la Fe. Vive con más intensidad. Háblame como si Me vieras, pues bien sabes que estoy contigo. Dondequiera que te encuentres, encuéntrame. Ámame como a un ser vivo, pues lo estoy, en Mi Cuerpo glorificado y hónrame en este Cuerpo que fue martirizado y muerto por tus pecados. Cuidalo. Repósalo. Guárdalo contigo, de día y de noche. Se arrastró por la tierra como un gusano y perdió Su Belleza por vosotros. ¡Si Lo hubieras visto en el descendimiento de la Cruz, Mis miembros deformes sobre el regazo de Mi Madre!
Aquél no era ya Mi Rostro, la Mirada estaba extinta. Yo viví al parejo de vosotros Mi última Hora.
Une pues, ya desde ahora, tu muerte a la Mía; estemos siempre juntos, pero de modo especial en la última hora. Como los miembros de una familia, que en el momento del peligro se echan unos en brazos de los otros. Y tú te apretarás conmigo cuando sientas que se acerca tu fin. Entonces tendrás el impulso perfecto; te desprenderás de todo lo que te rodea y te apoyarás amorosamente en Mi Corazón.
¡Qué corta es, hija Mía, tu vida terrestre! Todo se queda a medio camino. ¿Sientes que tu morada está más Allá? No hay para qué retrasarse aquí abajo. Mañana será la otra vida. ¿No tienes ya muchas ganas de verme y de conocerme mejor? Este deseo, pídemelo; Yo puedo darte todo lo que te falta. En realidad, pides poco. No temas cansarme, ni ser importuna conmigo; eres Mi hija y, nada de ti puede fatigarme. Recuerda a aquella madre jovencita que decía: `Cuando tengo a mi hijo entre los brazos, me olvido del mundo'. Y sin embargo, su amor de madre no es nada comparado con el Mío. Porque su amor, Yo lo doy y el Amor que Yo os tengo, (nadie Me lo da) es el Amor de un Dios. Es la divina Locura. Así pues, no temas. Pide. Desea y agradece al Amor. Llámate a ti misma 'pequeña hija de Dios' y esto te dará un sentimiento nuevo."
ReL
No hay comentarios:
Publicar un comentario