1272. 8 de octubre, en la iglesia de Le Fresne. Yo decía: "Aquí estamos Tú y yo, como si nos hubiésemos encerrado con llave." El: "Invoca a Mi Santa Madre durante todo este mes del Rosario, dándole el nombre de `Nuestra Señora del Amor'. Y dile: 'Nuestra Señora del Amor, dame el Amor.'
¿Qué es lo que puedes lograr tú sola cuando se trata de correr en el camino que llevas? Hazte llevar por Brazos más potentes, como cuando eras niña. No te avergüences de ser pequeña e imperfecta; disminúyete todavía más y Yo te amaré más. No pierdas de vista el camino de la infancia espiritual y ensancha tu confianza. ¿No crees que Yo Soy digno de que Me la tengas? No pongas límites, amiga Mía, a tus sentimientos para Mí, pues Yo no los pongo a Mis sentimientos para ti. Llégate poco a poco, con el corazón lleno de fuego, al momento de la muerte. Y dale a esta muerte un nombre más dulce. Llámala ¡el Encuentro! y con eso Me tenderás ya desde ahora los brazos, aunque todavía no Me veas claro en las penumbras del tiempo. Tiéndeme los brazos.
Que tu corazón esté lleno de anhelos encantadores y de amorosas impaciencias que Yo guardaré en el Mío."
Yo: “Señor, mi manera de hablarte es muy deficiente. Haz, entonces, que las palabritas que Te digo las ponga en poesía alguno de Tus ángeles". El:"Con sólo escucharlas, las hago sublimes."
¿Qué es lo que puedes lograr tú sola cuando se trata de correr en el camino que llevas? Hazte llevar por Brazos más potentes, como cuando eras niña. No te avergüences de ser pequeña e imperfecta; disminúyete todavía más y Yo te amaré más. No pierdas de vista el camino de la infancia espiritual y ensancha tu confianza. ¿No crees que Yo Soy digno de que Me la tengas? No pongas límites, amiga Mía, a tus sentimientos para Mí, pues Yo no los pongo a Mis sentimientos para ti. Llégate poco a poco, con el corazón lleno de fuego, al momento de la muerte. Y dale a esta muerte un nombre más dulce. Llámala ¡el Encuentro! y con eso Me tenderás ya desde ahora los brazos, aunque todavía no Me veas claro en las penumbras del tiempo. Tiéndeme los brazos.
Que tu corazón esté lleno de anhelos encantadores y de amorosas impaciencias que Yo guardaré en el Mío."
Yo: “Señor, mi manera de hablarte es muy deficiente. Haz, entonces, que las palabritas que Te digo las ponga en poesía alguno de Tus ángeles". El:"Con sólo escucharlas, las hago sublimes."
1273. 17 de octubre. Yo le hablaba de los sentimientos que me gustaría tener en el momento de mi muerte. “Dímelos desde ahora y los tomaré como Me los dices. Nada se olvida, nada se pierde."
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