1287. 3 de enero de 1943. París. En Santa Teresa d'Auteuil. "No es verdad que le sobró razón para confiarme la infancia de su alma? Por eso Yo la establecí en las más grandes cosas. Tú, confíame tu pequeñez. Piérdete en Mi Fuerza."
1288. 7 de enero de 1943. En la iglesia de Ingrandes. "Adórame en unión de los Santos Reyes. Con todo tu amor. Como esas personas del mundo que a menudo se dicen unas a otras: 'Te adoro'.
Pero tú adoras a Dios, que es tu Fin y tu Único. Pon pues en ello toda tu alma y como no eres nada, entrégate al que lo es Todo. Porque la humildad te engrandece cuando tú te abajas en Mi Presencia. Yo te envuelvo por todas partes y nada hay en ti que se Me escape, ni que esté fuera de Mis Cuidados.
Pero tú adoras a Dios, que es tu Fin y tu Único. Pon pues en ello toda tu alma y como no eres nada, entrégate al que lo es Todo. Porque la humildad te engrandece cuando tú te abajas en Mi Presencia. Yo te envuelvo por todas partes y nada hay en ti que se Me escape, ni que esté fuera de Mis Cuidados.
¿Cuántas veces no te has asombrado de que tantas cosas que iban mal hayan tenido buen fin? Es porque Yo estoy en la pequeña hija que se Me ha confiado.
"Observa bien tu reglamento, que es el precio con que compras Mis Gracias y esfuérzate a menudo por parecer menos que los otros; es un saludable ejercicio. No desperdicies las ocasiones de ejercitar la humildad, porque la tarde ya está avanzada, debes apresurarte antes de que sobrevenga la noche. Pero quédate siempre en Mi Corazón; allí se trabaja mucho mejor."
1289. Al despertar. "Ya sabes que ante Dios todo es presente: Mi Vida sobre la Tierra, Mi Pasión, Mis Sacrificios. Ten ánimo para los sacrificios que tengas que hacer y únelos a los Míos; porque así estarán siempre presentes a la mirada de Dios."
ReL
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