viernes, 20 de marzo de 2020

Estoy a tu puerta y llamo: Necesitamos santidades nuevas

Es como si conversara contigo...

Estoy a tu puerta y llamo

Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'



1276. 29 de octubre. "¿No estás contenta de haber dividido tu día en tres tiempos? Por la mañana, estás con el Padre; a medio día Le pides que te dé a Su Hijo y por la tarde y en la noche, el Hijo te da al Espíritu Santo. ¡Día feliz! ¿Te das cuenta de lo que es esta Gracia, triple y una?
Saborea según lo puedas el reposo que te ofrece cada día cada Persona de la Trinidad infinitamente santa y mientras Ella te colma, ofrécete toda entera. No aparezcas más ante ti misma; la Trinidad obrará en ti. Tú no tienes de propio sino faltas y meras aproximaciones al Bien.
Todo el bien que hay en ti es la infinita Persona que te habita y te mueve. Tú recuerdas algunos de los pecados de tu vida pasada, pero no los ves todos. Nosotros sí que los vemos todos a la vez y a pesar de esto habitamos en ti y te amamos infinitamente. Humíllate. Da gracias a la Misericordia y ámanos con Nuestro Amor: ¡el tuyo es tan corto! Pero lo que es de Jesús te pertenece. ¡Qué tesoro! Eres rica para dar honor a Dios. ¿No quieres que Dios tenga Sus Delicias en tu corazón?
Revístete de Jesús, sin desconfianza. Cree con todo tu corazón y con toda simplicidad; es así como Nosotros amamos el corazón de nuestras creaturas. ¡Oh!, pequeña hija de la Santísima Trinidad marcha siempre hacia adelante, no con tus fuerzas, sino con las  nuestras. Siempre más allá.
Sube más que ayer, tiende hacia la Fuente, glorifica la Gloria. Penetra en todos esos Secretos que Nosotros ardemos por revelar. Se acerca el fin de los tiempos. Necesitamos santidades nuevas, pues es preciso que todo se cumpla. Es preciso que no se pueda decir: ‘los siglos pasaron sin que Dios haya sido alabado de este modo o de aquel otro'. Dios habrá sido servido de todas las maneras posibles, tan diferentes unas de otras, pero que forman un todo, así como mil flores variadas forman una corona.
Sigue pues tu camino, pero sin asombrarte del camino. Respira en él el Amor. Y pregunta a las creaturas: ‘¿habéis encontrado vosotras a mi Bien Amado? Decidme dónde Lo habéis visto’, como está escrito en el Cantar de los cantares. Y Magdalena: ‘Decidme dónde Lo habéis puesto y yo iré por El’. De igual manera, amiga Mía, búscame en toda acción y en todo tiempo y llévame en el fondo de ti misma. Los días se hacen cortos... No debemos ya separarnos, pues es dulcísimo para dos hermanos habitar juntos. ¿Y a dos esposos? ¡Oh, Mi pequeña!" 
 ReL


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