jueves, 26 de marzo de 2020

Estoy a tu puerta y llamo: Reposa felizmente en Dios

Es como si conversara contigo...

Estoy a tu puerta y llamo

Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'

1293. En la iglesia. "Acércate a Mí. Me has buscado en el Evangelio, Me has seguido en Mi Vida sobre la Tierra; búscame todavía más. Esta preocupación por Mí, cuando la tenéis, Me llena de gozo. ¿Recuerdas a aquella esposa que al llegar a la casa llamaba a su marido como si no pudiera soportar el no verlo? Sé así, busca a tu gran Amigo. Desaparece en Mí y Yo te guardaré eternamente en Mi Seno. ¿Quién podría sospechar nuestra Intimidad?
Vosotros tenéis dos vidas, tan libre la una como la otra: vuestra vida interior y vuestra vida exterior. Se conoce mal esta última, pero nada se sabe de la primera. Y es precisamente ella la que cuenta, Mi querida hija, esa mirada directa a vuestro Salvador. Esta vida es la reina, la otra es la esclava. Y cuando ya se acerca la muerte, vuestra vida exterior se aniquila poco a poco al paso que la otra se va intensificando conforme se acerca más y más a su finalidad. Hija, pon en Mis manos tu vida interior para que Yo la vivifique. Ruega a Mi Madre y a los santos invisibles que vengan en tu auxilio. Nunca podrías cuidar demasiado de tus movimientos hacia Mí.
¡Cuán pocos son los que viven como en familia con las Tres divinas Personas! Y sin embargo, Yo Soy vuestra Vida y vuestro Camino. Viviendo en Mí vivís en Ellas Tres. Sé, pues, sincera y tierna, con toda simplicidad. ¡Ellas te aman tanto! ¿Cómo podrías tú tener miedo de amarlas? Reduce pues tus deseos al solo deseo de vivir y morir en un único amor a las Tres divinas Personas, aunque sólo fuera para agradecerles Su Amor. Tienes muchos otros motivos para ello, pero haz que tu actual soledad sea un vivir con ‘tus Tres’ amorosamente y sin esfuerzos.
¿Te acuerdas? Por las tardes Yo Me escapaba de las multitudes y Me retiraba a lugares solitarios para orar. Mi Alma iba derecha al Padre en un gran descanso de los trabajos del día. Imita, pues, a tu Esposo; aprende a reposar felizmente en Dios. Es ya eso una alabanza a Su Gloria, pues hay tantos que tienen a Dios por enfadoso. ¿Tú que piensas?"
ReL

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