martes, 17 de marzo de 2020

Estoy a tu puerta y llamo: Ayudo a los que no se apoyan en sí mismos

Es como si conversara contigo...

Estoy a tu puerta y llamo

Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'

1274. 20 de octubre. Iglesia de Ingrandes. "Cuando estoy en tu casa estoy en la Mía. Arregla pues bien tu casa, para nosotros dos.

  "Ten la impresión de que nunca Me dejas. Tu actitud y tu comportamiento mejorarán con ello.

Con sólo decirte a ti misma: 'Jesús está aquí', te quedas inmóvil, a la escucha. Haz esto con amor, no con temor; pues ya sabes que uno de los nombres que se da a tu Jesús es el de Cor-dero, pobre Cordero de Dios. ¿No amas acaso este nombre que Yo Me doy? Te recuerda la Dulzura de Mi Corazón, que es dulce y humilde. Y como tu debes parecerte a Mí ante la Mirada del Padre, aplícate al ejercicio de estas dos virtudes. Recuerda que debes siempre subir y que no se sube Sin pena. Ya sabes que Yo ayudo siempre a los que cuentan conmigo y no se apoyan en sí mismos.
"Nunca hagas nada tú sola; trabaja conmigo, que Soy tu Esposo, tu Amigo, tu Hermano. Gabriela! No pierdas un solo minuto de amor y encontrarás la Eternidad. Alaba y glorifica a Dios. Únete a esos grandes artistas que son los ángeles y los santos, que eternamente Me cantan en coro. Que tu voz se funda con la de ellos, Yo sabré encontrarla, pues ante Mí todo queda firme y preciso, como un monumento, aun cuando tú lo hayas olvidado.
"Tú recuerdas de cuando en cuando tu vida; pero Yo la conozco minuto por minuto, pues todo Me es presente. Sé atenta a reparar todo aquello con lo cual alguna vez pudiste ofenderme y para esto, ¡ama! siempre y sin interrupción. Como tu respiración, que nunca se detiene. Que tu vida interior tenga siempre esos latidos regulares de amor. ¡Yo sabré corresponderles!"
ReL

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