1231. 2 de abril. Visita al Santísimo. "Tú no siempre Me sientes a tu lado y sin embargo, nunca te dejo. Pero a veces Me acerco más, como ayer en el jardín, cuando Me dijiste: 'Buenos días, mi Dios querido'. Casi sentiste que Yo te respondía. Si Me oculto es para que adquiráis los méritos de la Fe.
¡Y tú te admiras siempre de Mi Amor! Porque Mi Amor es como la locura en Dios: esta es la grande explicación. Cree, pues, con simplicidad, en este Amor de un Ser Todopoderoso que existe en un orden infinitamente superior al vuestro. Entrégate a Su Omnipotencia que es tierna y delicada. Déjate vencer por el Amor y pide la Gracia. Ámame con Mi propio Amor, hija, y permanece en la confianza; pues bien sabes que la única cosa que Yo no perdono es la desesperación, porque los que se desesperan Me juzgan cruel y perverso... a Mí, que Soy la Bondad infinita. ¿Lo entiendes? ¡Infinita! Como si siempre Me encontrara Yo al comienzo de Mi Bondad. Bondad que nunca acaba. Pocos son los que piensan en ella y ella es, sin embargo, el refugio más incomparable.
"Qué pasó anoche? Tú no podías dormirte, pero pusiste tu cabeza sobre Mi Corazón y pudiste entonces dormir, hasta hoy por la mañana. ¿Qué sirviente tienes que te sirva mejor que Yo? ¿Con la misma fidelidad y dedicación? ¿Cuándo has visto a un rey servir así a sus servidores y pedir como salario solamente un poco de amor, una mirada afectuosa y un recuerdo cariñoso? ¡Me es tan caro el pensamiento de Mis hijos! Es como una dulce plegaria. Decidme varias veces al día y también por la noche: '¡No quiero vivir sino para Ti! ¿Qué me importa la vida toda si no Te tengo?'
Desead para Mí muchos corazones que Me amen, el amor del mundo todo, la Gloria de Mi Padre. Tomad Mis intereses de preferencia a los vuestros. Sed como salidos de Mí y que vuestro ser tienda a Mí por la Eternidad. Sé como una desterrada, que vive perdida en los caminos de la Tierra; no pienses sino en el Cielo donde te aguardo para celebrar nuestras Bodas. Ofréceme tu impaciencia y tu sumisión, tus impulsos detenidos esperando sólo Mi Voluntad, tus deseos violentos, inseparables de Mi beneplácito y esta humildad te lavará de tus manchas y te purificará de tus pecados. Tus últimos días pasarán, porque todo pasa... pero tú vendrás a Mí."
ReL
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