1200. 10 de enero de 1942. "Tu palabra de orden es: Entrar y vivir en Mí en cada momento, para que así puedas estar en Mí a la hora de tu muerte. Tú vivirás en Mí. Si oras en Mí, ¡qué bien podrás mirar al Padre! Y si hablas en Mí cuando hablas, ya no podrás decir como quiera esto o aquello. Y si piensas en Mí y conmigo, estarás muy cerca del Padre. ¡Amada Mía! Despréndete más y más de las cosas de la Tierra... ¿Qué puedes esperar de ahora en adelante, sino a Mí?"
1201. 2 de enero de 1942. En la Misa Mayor. "Ofrécete en Mí al Padre, porque eres Mi esposa. El Esposo es feliz con la presencia fiel de su esposa. Y ella, ¿podría separarse de Él? No. Juntos, lo mismo en los gozos que en los infortunios, Dame pues el deseo de estar siempre conmigo.
Desmantela tu hogar interior quitando todos los pensamientos de la Tierra para establecerte conmigo en los grandes horizontes del Cielo. Entra con tu Esposo en los caminos del sacrificio. No temas excederte, ¡Él hizo tanto por ti! Sacrifícate, pero no se lo cuentes a nadie, son secretos entre nosotros dos y si se te olvida, Yo te lo recordaré. "Yo quisiera... (¿Me permitirás a Mí también formular deseos?) Yo quisiera que vivir en Mí se te convirtiera en un hábito arraigado. Esta unión, por Mí tan deseada, con Mi creatura, puede realizar grandes cosas. Puede ayudarme en la tarea de las conversiones. ¿Quieres, pues, ayudarme? ¿Ayudarme a santificarte? Y como siempre, te lo diré una vez más: ensáyate, da los primeros pasos. Yo los haré continuar."
Desmantela tu hogar interior quitando todos los pensamientos de la Tierra para establecerte conmigo en los grandes horizontes del Cielo. Entra con tu Esposo en los caminos del sacrificio. No temas excederte, ¡Él hizo tanto por ti! Sacrifícate, pero no se lo cuentes a nadie, son secretos entre nosotros dos y si se te olvida, Yo te lo recordaré. "Yo quisiera... (¿Me permitirás a Mí también formular deseos?) Yo quisiera que vivir en Mí se te convirtiera en un hábito arraigado. Esta unión, por Mí tan deseada, con Mi creatura, puede realizar grandes cosas. Puede ayudarme en la tarea de las conversiones. ¿Quieres, pues, ayudarme? ¿Ayudarme a santificarte? Y como siempre, te lo diré una vez más: ensáyate, da los primeros pasos. Yo los haré continuar."
1202. 2 de enero de 1942. Durante la Misa. Me dijo: "Guarda tu vestidura sin manchas. Quiero decir, sin manchas voluntarias. Si al caminar por una pradera sucede que algún abrojo o la hierba verde te deja una seña o rozadura en tu vestido blanco, eso nada importa. Pero si tú misma la rasgas con tijeras o le pintas encima figuras con tinta, eso es diferente. Es negligencia o desprecio de la Belleza. Y mucho peor es cuando eso pasa en el alma, que está hecha según Mi Imagen."
ReL
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