sábado, 15 de febrero de 2020

La razón por la que los ortodoxos no veneran el Corazón de Jesús y la respuesta católica

La Iglesia Ortodoxa no participa de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Aquí te ofrecemos su razón y la respuesta católica.



corazón de jesús
La principal crítica de nuestros hermanos ortodoxos a la veneración del Corazón de Jesús es que, supuestamente, los católicos adoramos a una parte de su cuerpo separándola de Cristo como un todo. Aunque ellos demuestran una profunda devoción por el amor de Nuestro Salvador hacia la humanidad, no lo representan individualmente con fuego o espinas.  
Quizás la principal acusación que pesa sobre este culto es la acusación de nestorianismo. ¿Qué es eso? Se trata de una herejía del siglo V, promovida por el monje Nestorio y condenada por el Concilio de Éfeso, según la cual en Cristo existen dos personas, una humana y una divina. 
Pero, ¿Qué tiene que ver esto con el Sagrado Corazón de Jesús? Pues, los ortodoxos sostienen que muchos católicos se dirigen al Corazón de Jesús como una persona separada de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. 
¿Y qué decimos los católicos a todo esto? La respuesta más clara se encuentra en la Encíclica Haurietis Aquas  escrita por el papa Pío XII.

El Corazón de Jesús es el símbolo de su inmensa caridad hacia el género humano

La Iglesia nos enseña que el Corazón de Jesús es el símbolo de su inmensa caridad hacia el género humano. Esta forma de amor merece un culto particular porque, por su naturaleza humana (unida indisolublemente a la divina), Cristo ama también con los sentimientos del afecto humano. Por ello, al referir a este culto, destacamos  especialmente estas dos dimensiones de una sola Persona Divina, que ama desde sus dos naturalezas. Pero además recordamos que Nuestro Redentor, al tomar cuerpo de hombre para procurarnos la eterna salvación, estuvo sujeto a los mismas emociones y afectos que nosotros mismos.  

Si eres devoto del Sagrado Corazón de Jesús no olvides estos aspectos, y si no lo eres… ¡Otra razón para amar más a Cristo!

Tres Oraciones al Sagrado Corazón de Jesús


Santa Gertrudis la Gran Oración al Sagrado Corazón

“Oh Sagrado Corazón de Jesús,
fuente de la vida eterna,
Tu Corazón es un horno brillante de Amor.
eres mi refugio y mi santuario.
Oh mi mi adorado y amado Salvador,
consume mi corazón con la llama
con la que se quema el Tuyo.
Vierte en mi alma esas gracias
que emanan de tu Amor.
Deja que mi corazón se una al Tuyo.
Deja que mi Voluntad se conforme
al Tuyo en todas las cosas.
Que Tu Voluntad sea la norma de
todos mis deseos y acciones”. 

Oración de Gratitud al Sagrado Corazón 

“Señor, tu mereces todo honor y gloria,
porque tu amor es perfecto
y Tu Corazón es sublime.
Mi corazón se desborda de gratitud
por todas las bendiciones
y gracias que me has dado
y los cuales amo.
Siempre a tu servicio,
que siempre este yo atento
y nunca considere ganado
los regalos de tu misericordia
y amor que fluyen
tan libre y generosamente de
Tu Sagrado Corazón.
Corazón de Jesús, te adoro.
Corazón de Jesús, te venero.
Corazón de Jesús, te agradezco.
Corazón de Jesús, te amo por siempre”. 

Oración al Sagrado Corazón por la paz interior

“Santo Corazón de Jesús, Dulce Santuario de descanso,
dame paz a mi alma y calma mi espíritu,
en especial en cuanto (mencionar petición).
Prometo poner todas mi preocupaciones y miedos
en las heridas de tu Sagrado Corazón,
para que sean atendidos por Ti según tu Voluntad,
que solo me desea lo mejor y el mayor bien.
Solo Tu Amor basta, y me rindo ante este;
me aferro a la esperanza de tener
una respuesta rápida tuya,
y de tener el cumplimiento
de todas tus promesas”. 







Las 3 “armas” que dio el Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita M. de Alacoque








Fuente: Torreciudad Twitter
Santa Margarita María de Alacoque fue la religiosa que tuvo, a sus 24 años, varias visiones donde Cristo se le presentaba y le enseñaba sobre su Sagrado Corazón.
En cada una de estas visitas le mostró su amor y compasión por la humanidad, además de 12 promesas a aquellos que son sus fieles para bendecirlos y salvarlos en el último momento de sus vidas.
En distintas reuniones con el Sagrado Corazón, Cristo le enseñó 3 “armas” para el combate espiritual. Aquí te las compartimos:

1. Intenciones rectas para rechazar la tibieza y cobardía

En una ocasión Cristo le dijo:
Sabed que soy un Maestro santo, y enseño la santidad. Soy puro, y no puedo sufrir la más pequeña mancha. Por lo tanto, es preciso que andes en mi presencia con simplicidad de corazón en intención recta y pura.
Pues no puedo sufrir el menor desvío, y te daré a conocer que si el exceso de mi amor me ha movido a ser tu Maestro para enseñarte y formarte en mi manera y según mis designios, no puedo soportar las almas tibias y cobardes, y que si soy manso para sufrir tus flaquezas, no seré menos severo y exacto en corregir tus infidelidades”.

2. Obediencia, para rechazar las acciones del demonio

Un día, cuando Él regañaba a Santa Margarita por sus desobediencias, le dijo:
Yo rechazo todo eso como fruto corrompido por el propio querer, el cual en un alma religiosa me causa horror, y me gustaría más verla gozando de todas sus pequeñas comodidades por obediencia, que martirizándose con austeridades y ayunos por voluntad propia”.
En otra ocasión le dijo:
Oye hija mía, no creas a la ligera todo espíritu, ni te fíes, porque Satanás está rabiando por engañarte. Por eso, no hagas nada sin permiso de los que te guían, a fin de que, contando con la autoridad de la obediencia, él no pueda engañarte, ya que no tiene poder alguno sobre los obedientes”.

3. Aferrarse al amor y Cruz de Cristo

En otra ocasión, cuando Santa Margarita comulgó un domingo, se le presentó una visión de una Cruz llena de flores. Cristo le dijo:
He ahí el lecho de mis castas esposas, donde te haré gustar las delicias de mi amor; poco a poco irán cayendo esas flores, y solo te quedarán las espinas, ocultas ahora a causa de tu flaqueza, las cuales te harán sentir tan vivamente sus punzadas, que tendrás necesidad de toda la fuerza de mi amor para soportar el sufrimiento”.
Es decir, que para sobrevivir las tentaciones del demonio necesitamos del amor de Dios, y Él permite los dolores y dificultades que sentimos al momento de acercárnosle para que tengamos más ganas de su amor y de querer estar siempre con Él, fuente de nuestra salvación.
ChurchPOP

Vea también: El Culto al Sagrado Corazón de Jesús (Benedicto XVI)

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