¡Hemos celebrado la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús! Una festividad que Cristo pidió especialmente a Santa Margarita María de Alacoque.
Esta fiesta y también el Mes del Sagrado Corazón debemos vivirlo con todo fervor y con la alegría que merece el devoción que celebra el infinito amor de Jesús por nosotros.
Por eso te acercamos una bella meditación del cardenal Luis Cipriani, Arzobispo emérito de Lima, Perú.
Meditación del cardenal Juan Luis Cipriani sobre la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús
“La Iglesia celebra una fiesta muy bonita, El Sagrado Corazón de Jesús y el Sábado, después, el Inmaculado Corazón de María: dos fiestas preciosas por que nos hablan del corazón.
El corazón que es esa cualidad esa capacidad que tenemos para amar, se conoce también con el corazón, se perdona con el corazón, se llora con el corazón. El corazón en la vida de un cristiano juega un rol muy importante por eso quiero recordarles y ver las palabras con las que Dios habla a Moisés cuando le dice: Yo me he enamorado de ustedes, yo los he elegido ustedes.
Puedes pensar ¿que Dios se ha enamorado de ti? ¿lo crees?, todo lo que pensemos, soy frágil, soy pecador.
Él está enamorado de ti y ese amor y ese enamoramiento no es por gusto es porque te quiere y te quiere ayudar, quiere que tu corazón esté sano, esté limpio, lo utilices para saber ayudar a los demás para saber aceptar el dolor, no solo físico, más fuerte es el dolor moral esas penas que a veces encogen el corazón, las dificulta que uno encuentra en gente a la que tanto quiere o cuando pierdes a un amigo, ese dolor del corazón, hace al corazón mejor, más fuerte, necesitamos tener corazón, vivir sin corazón es una vida fría, es una vida oscura.
Hay que ponerle corazón a las cosas, hay que pensar como San Juan nos dice ¿en qué consiste el amor? En que Él me ha amado primero. Lo mismo, la iniciativa es de Dios.
Señor auméntame la fe para entender, recibir esa mirada de cariño, esa palabra de compasión, ese acompañarme en el dolor.
El mundo está muy frío entre las pandemias y las dificultades vemos como un mundo frío unos corazones de piedra; falta amor, falta dolor, falta quererse… y qué nos dice el propio Jesús en el evangelio de San Mateo: Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón, Yo soy descanso para cuando estés cansado.
La carga es ligera - no exageremos - y ser manso y humilde cuesta, Señor ayúdame a saber a veces perder, aguantar lo que no me gusta, escuchar lo que me molesta, ser manso, no ser gente que está todo el tiempo criticando. Jesús, la sencillez de ser un hijo tuyo pequeño.
De esa manera acudamos a Nuestra madre Santa María, ella que su hijo Jesús la adoraba, María guardaba en su corazón las cosas que veía en Jesús.
Señor danos un corazón de carne que se emociona, que se alegra, que pide perdón, que reza, eso no se consigue por tu cuenta, es un regalo de Dios que debemos procurar aceptarlo.
Yo le pido a Jesús con mucha fe y por todos nosotros, danos un corazón que sepa acoger a los demás, comprender a los demás, llorar con los demás, acompañar a los demás, saber perdonar a los demás, y en primer lugar saber dirigirse a ti y decirte Jesús perdón.
Más de una vez te hecho llorar, más de una vez tal vez te he dejado desconcertado, pues ahora te digo señor perdóname, ayúdame para que con María Santísima sepa ser un buen hijo.
Que esas dos fiestas nos hayan llenado de gozo; que durante este mes nuestro corazón cambie siquiera un poquito. Que Dios los bendiga a todos y a todas las familias, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y traiga la alegría a todos los hogares”.
Hermosas palabras para vivir la Fiesta y el Mes del Sagrado Corazón de Jesús.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío!
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