domingo, 14 de junio de 2020

Estoy a tu puerta y llamo: Silencioso Amor de tu Salvador

Es como si conversara contigo...                                                    

Estoy a tu puerta y llamo

Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'



1389. 7 de septiembre. Hora Santa.
Si hay algún lugar sobre la Tierra en el cual te sientas como en tu casa, que ese lugar sea la iglesia, que es Mi Casa. En ella encuentras a tu Esposo, a tu gran Amigo, a Quien te acercas en tu tierno abrazo.
Yo no podría, sin riesgo de escándalo, expresarte con palabras de la Tierra hasta dónde llega Mi Deseo de abrazar tu alma. Mi Amor excede infinitamente el amor humano y necesita palabras de extraordinaria fuerza y dulzura, expresiones de una unción desconocida.
Cuando estás en la iglesia -nuestra Casa- piensa en este silencioso Amor de tu Salvador y no temas expresar tu amor, incluso con la ingenuidad de los grandes anhelos quejumbrosos.
Gime de no amarme más, de no comprenderme mejor, de reconocer que no sabes nada de Dios. Gime de no esperar mejor, de no creer con más profundidad. Gime, incluso, de no ser capaz de gemir todavía más. Y Yo, que miro en lo hondo de tu alma, supliré ante la Mirada del Padre todo lo que te falte. Y además, cuando te encuentras en 'nuestra Casa, la iglesia', el Padre es tanto más tierno, por la hostia que está en ella.
Dile al Padre que tú también quieres ser hostia para la salvación del mundo, a imitación de tu gran Amigo, a fin de que El nos mire a los dos con la misma Mirada. Y Yo te envolveré.
ReL

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