lunes, 13 de abril de 2020

¿Qué estás aprendiendo con el confinamiento?

El aislamiento aviva el ingenio, el ahorro y la salud
Estar en casa es otra cosa
Estar en casa es otra cosa
Este confinamiento está siendo muy duro y no vemos aún el final del túnel, pero también están pasando cosas muy significativas. El jolgorio de la calle o las caminatas por los parques y el campo son imposibles.  Pasear, ir de tiendas, comer aquí, beber unas cañas allí… parece que es cosa del pasado.
Los niños ya no piden golosinas porque no toca, ni pueden jugar a fútbol o baloncesto.  ¿Qué está pasando?
La típica vida abierta, bulliciosa, mediterránea de un país como el nuestro ha quedado ciertamente estrangulada. Y estos primeros días de luz y temperatura primaverales aún nos lo hacen todo más difícil: ya no caminamos ni picoteamos ni charlamos en las terrazas. No: permanecemos en casa sin salir. Y, ¡oh, sorpresa!, gastamos mucho menos.
Y en casa, con tanto tiempo por delante, agudizamos el ingenio y descubrimos tareas, juegos, guisos y pasteles que nos señalan que ya no hace falta ir tirando el dinero pues nos hemos vuelto muy apañados.
¡Estamos ahorrando! Y cuidando nuestra vivienda, nuestro dulce hogar. Estamos ordenando y reutilizando la casa como nunca porque tenemos un tiempo del que nunca habíamos dispuesto.

MÁS AUSTEROS.


Somos más austeros o por lo menos sabemos que podemos serlo.  También es verdad que algún día nos pilla Amazon en el portátil y nos regalamos un capricho. Pero la tónica es darles a muchas cosas que tenemos en casa un nuevo uso, una nueva cara, una nueva imagen. Y además nos movemos, ejercitamos cuando no cuidamos nuestra salud en la gimnasia y la cocina.

LA LIMPIEZA Y EL ORDEN.

Estamos limpiando rincones que parece que los hayamos descubierto por primera vez. Y como tenemos tiempo nos entretenemos en profundizar en aquel armario que olía mal pero que en realidad necesitaba un oreo.
Las estanterías parecían rotas, pero hemos aplicado el sentido común y las hemos equilibrado con unas alcayatas.
Y además toda aquella ropa que parecía inútil la hemos lavado y ordenado y hemos descubierto que algo había que tirar, pero también que teníamos unas toallas y unas prendas de verano magníficas que creíamos extraviadas.
Y en esta tónica hemos descubierto libros que se merecen un repaso y otros no leídos que nos parecen interesantísimos. Y juegos de mesa y hasta artilugios de cocina muy útiles.

ARREGLAR, REPARAR Y RECOMPONER.

No sé si seremos tan buenos fontaneros en el futuro, tras la pandemia, como en estas semanas de confinamiento, pero hemos puesto la cabeza en asuntos que antes relegábamos como excesivamente manuales.
Sin embargo, ahora hemos arreglado unas gotas de agua en unas tuberías debajo del fregadero y nos las hemos ingeniado para cambiar unas cuantas bombillas de alta duración y rendimiento que suponen contaminar menos y ahorrar electricidad.

ALIGERAR, REUTILIZAR, REORDENAR.

También hemos hecho limpieza y hemos tirado cosas inútiles y hemos conseguido nuevos espacios. Hemos movido muebles y hemos alegrado habitaciones que parecían destartaladas simplemente colocando una lámpara aquí y desprendiéndonos de una antigua impresora que no funcionaba y un taburete con el que siempre nos tropezábamos en todas partes.
Pues esa habitación con un edredón distinto y unos visillos que han pasado por la lavadora luce como los chorros del oro. Esa habitación que nos pedía redecorarla por completo ha adquirido un nuevo encanto.

NUEVOS PLATOS, NUEVOS GUISOS, NUEVOS POSTRES.

Nos hemos enterado de que la harina desaparece del súper a la velocidad del rayo (¡no solo el papel higiénico!). La repostería nos está encandilando de nuevo: galletas, pasteles.
Pero no solo la repostería: hemos desempolvado aquel libro de recetas y ensayamos nuevos platos fáciles y económicos que están dando alas a nuestras habilidades culinarias hasta hora inéditas.
No todo es depender siempre de los alimentos ultraprocesados (¡tan poco sanos con su plus secreto de azúcar y grasa!) sino que se trata también de recuperar recetas de la abuela de siempre más fáciles y baratas. Y tan sabrosas. Y digo de la abuela pues ella misma nos las dicta a través de WhatsApp. Mejores dietas, más salud.

LAVAR LA ROPA CON MÁS CRITERIO Y OPTIMIZAR EL CIRCUITO DE LAVADO, PLANCHADO, Y REGRESO A LOS ARMARIOS.

Sin las prisas de siempre leemos las instrucciones y gastamos menos jabón, el imprescindible, a la temperatura adecuada, el tiempo preciso, distribuyendo la ropa de color y la ropa blanca con criterio.
El circuito de lavado mejora pues doblamos la ropa recién sacada de la lavadora, la distribuimos mejor, y los calcetines no pierden su pareja ni las camisas blancas se han mezclado con los manteles.
La familia colabora pues recoge sus prendas en un lugar conocido (a veces la mesa del comedor) y cada uno se espabila en su armario. Más ahorro.

MENOS SALIDAS Y MUCHA DIVERSIÓN.

Quizá hay hogares muy deprimidos por motivos muy razonables, pero hay otros que se han reinventado las rutinas y se lo pasan de miedo. Las sobremesas se alargan y las ideas se acumulan.
Los juegos de mesa han salido de sus cajas y las pinturas han hecho acto de presencia. Y las manualidades. No sólo leemos más, sino que jugamos más, pintamos más, y hacemos más vida familiar.
También trasteamos mucho con el móvil, pero elegimos mejor las películas y las series que vemos todos juntos. ¡Sí, juntos! Puede que en algún hogar este exceso de vida familiar haya disparado todas las alarmas, pero en otras familias sus miembros se han reído como en mucho tiempo.
“Antes nos divertían y pagábamos y ahora hemos aprendido a entretenernos a nosotros mismos con nuestro propio sentido del humor y la fórmula a veces se convierte en una cascada de carcajadas”. Más ahorro.

GIMNASIA, ZUMBA, BAILES, ACTIVIDAD FÍSICA.

Este apartado no lo comento casi pues lo vemos a diario en la tele. Qué ingenio para desplegar nuestras energías corriendo y bailando por la casa, o ante el YouTube de la tele que nos dirige el baile, o la tabla de ejercicios. Y eso con buena música.
No nos vamos a la disco sobretodo porque la disco está en casa. Algunos ya saben cómo desentumecer los músculos y ponerse en forma.
No tengo nada contra los gimnasios, pero algunos posibles clientes se están espabilando por su cuenta. ¡Y todo esto va de miedo para unos niños que están creciendo y que no deben ser tan sedentarios! Salud para todos.

MUCHAS FAMILIAS SE HAN REDESCUBIERTO COMO FAMILIAS.

Se conocen mejor, se han aclarado asuntos y se han trabado nuevos lazos que por algunos malos entendidos estaban enquistados. Muchos niños están felices pues sus padres juegan con ellos. 
Ignasi de Bofarulli, Aleteia




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