jueves, 16 de abril de 2020

Este método de aprendizaje ayudará a vuestros hijos a recordar bien sus clases

En un momento en que los padres están obligados a convertir la casa en una escuela y cuando los más estudiosos se esfuerzan por avanzar en sus estudios con métodos más o menos estrafalarios, un especialista revela buenas actitudes para reforzar la memoria.
STUDYING

¿De qué sirve aprender si se olvida todo enseguida? Es una pregunta que puede surgir con frecuencia sobre todo ahora que los padres luchan por explicar las lecciones a sus hijos confinados y los estudiantes deben trabajar solos para prepararse para los exámenes de fin de curso. Alain Lieury, profesor de psicología cognitiva, examina para unos y para otros de forma muy accesible el funcionamiento de la memoria. 
Algo para devolver la valentía a quienes interpretan erróneamente como una pérdida de memoria (o falta de memoria) lo que en realidad es un mal uso de ella.

Un método de aprendizaje que esconde muchos otros

Un niño se aprende una poesía y, al día siguiente, no consigue recomponer más que fragmentos… Memorizamos una lista de cosas que hacer en el día o de productos de la compra, luego hablamos de otra cosa y, unos minutos después, casi lo hemos olvidado todo…
La memoria a corto plazo es artificial, explica Alain Lieury en su obra Une mémoire d’éléphant ? Hay trucos y consejos que funcionan más o menos, pero el problema es que la mayoría de los estudiantes los emplean para una misma cosa, el “estudiar para aprobar”.
El investigador recuerda que ya desde san Agustín, los pensadores tenían la intuición de que la capacidad de la memoria era limitada.
Para aumentar la esperanza de vida de lo que aprendemos, hay que multiplicar las evocaciones al recuerdo. Y diversificarlas: hay varias memorias y, por tanto, varios métodos de aprendizaje que las combinan.
Alain Lieury menciona varias memorias: la memoria léxica, también llamada “carrocería de las palabras” (ortografía y pronunciación), la memoria semántica (que concierne al sentido general de lo que aprendemos), la memoria de rostros, la memoria de imágenes, la memoria procedimental (la que recuerda habilidades como nadar, montar en bici, conducir un coche…) que no se pierden casi nunca, salvo por accidente.
Alain Lieury revisa métodos buenos para lograr memorizar cosas importantes: ”resumir bien y jerarquizar los conocimientos, reformular, organizar “índices de recuperación, usar un memorando, medios mnemotécnicos… Ya desde pequeño, un niño que cuenta a la familia por la noche lo que ha aprendido durante el día puede practicar el ejercicio del recuerdo como con un juego de mesa, revisar sus recuerdos a través de un libro ilustrado o un cuento, y elegir la combinación ganadora de la memoria.
Clotilde Hamon, Edifa - Aleteia



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