La influencer confiesa que el amor más grande es el de Dios, al que entiende «como un padre»

"A mí siempre me han gustado las familias numerosas", confiesa Begoña Pérez.
Con dos millones de seguidores en Instagram, Begoña Pérez es la famosa "La Ordenatriz", la influencer dedicada al orden y a la limpieza más famosa de toda España.
Pérez ha visitado el programa Madres: desde el corazón, presentado por Cruz Sánchez de Lara, donde ha hablado de su fe y de su numerosa familia (tiene siete hijos).
Sus inicios en las redes
Todo comenzó poco antes de la pandemia, tras la muerte de su padre. Atravesaba un momento anímico complicado, cuando fue consciente de que encontraba paz mental ordenando su casa. Por eso, se especializó en organización y limpieza y comenzó a desarrollarlo profesionalmente.
"Pensé que todo lo que había aprendido lo podía enseñar. Iba haciéndolo en las casas de mis amigas o de conocidas; fue una etapa muy divertida. Pero llegó la pandemia y nos encerraron. Ahí comencé a dar un truquito por Instagram para la gente que se estaba tiñendo el pelo en casa", recuerda sobre sus comienzos. Poco a poco su comunidad fue creciendo hasta convertirse en un referente absoluto en el sector.
Con siete hijos, Begoña reconoce que los dos primeros embarazos fueron muy complicados. "Yo sé que soy rara y que la gente cree que estoy loca. De hecho, mi propio marido dijo que él ya no quería tener más niños y que se plantaba. Y, al final, mira. A mí siempre me han gustado las familias numerosas y si te lo puedes permitir, porque sé que implica un grado de lujo, es algo maravilloso".
"El peor embarazo fue el de la niña, Bea, que nació a las 32 semanas. Fue muy duro porque estuvo en la UVI, en la UCI, y tuvimos varios sustos, porque nos llamaron diciendo que fuéramos al hospital corriendo. De hecho, hubo un momento en el que nos dijeron que no sabían lo que iba a pasar con ella y la bautizamos de tapadillo con un poco de agua. Después ya, cuando salió adelante, la bautizamos bien y estoy muy agradecida de que esté vivita y coleando", explicó.
"No suelo decirlo, pero yo soy muy creyente y me dejé llevar por la idea que debía tener los hijos que Dios me diera", confiesa.
Ahora que sus hijos se hacen mayores, Begoña tiene sentimientos encontrados con respecto al síndrome del nido vacío que sabe que le llegará más tarde o más temprano. "Hay veces que les digo que vayan saliendo ya de casa, pero, en el fondo, me gusta que estén allí. Que sigan en casa un poquito más", reconoce.
Pérez contestó también a un pequeño cuestionario que le hicieron. Sobre los peores momentos de la vida, dijo: "Las guerras y el sufrimiento de las personas. En especial los niños enfermos y sus familias. Pero cualquiera que esté pasando por una etapa de dolor —físico o moral— me desarma. Ojalá tuviera una fórmula mágica para quitarlo".
Y, sobre el 'mejor de los mundos posibles': "Unos días sin prisas y sin (excesivas) obligaciones… No sé si tendré la suerte de poder vivirlo y si no, ya me espero al cielo".
Sobre el 'amor más grande': "El de un padre/madre por su hijo. Pienso que no hay en la tierra uno igual. Te diría también que lo llevaría a lo espiritual, a Dios, ya que lo entiendo así, como un padre", concluyó.
ReL
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