
La noche de bodas es una noche muy esperada, de la que escuchamos todo tipo de comentarios. Esa misma noche viene acompañada de muchas emociones, entre ellas nervios. Podemos escuchar cómo será y qué puede pasar, pero al final es solo la teoría ¿Y cómo es en la práctica? De maneras muy distintas. Por lo tanto, ¿a lo mejor, vale la pena probar antes de la boda, para encajar? No, no te dejes llevar por este mito.
No era lo que pensé

La noche de bodas es, para muchas parejas, uno de los momentos más esperados y cargados de simbolismo en el inicio de la vida matrimonial. Rodeada de diversas expectativas culturales, personales y emocionales, suele idealizarse como una experiencia mágica, íntima y perfecta.
Sin embargo, la realidad no siempre coincide con el ideal. Muchas personas —aunque pocas lo admitan abiertamente— experimentan algún grado de decepción durante esa primera noche. Sin duda, no es motivo para pensar que será así para siempre. Es algo normal y suele ocurrir por la gran cantidad de expectativas irreales que no nos permiten vivir plenamente el momento, entre otros factores, pero aquí te mostraremos algunos puntos que pueden ayudar.
1No tengas expectativas poco realistas
Reserven el acto sexual hasta el día de la boda, con el fin de vivir el mejor éxtasis, no solo carnal, sino también espiritual de sus vidas, ¡tienen un largo camino por recorrer juntos! Esperen a fin de experimentar estas sensaciones (cualesquiera que sean), con alguien que hace un par de horas te hizo a ti el juramento de amor y fidelidad ante Dios y la Iglesia. La sensación de ser el elegido, el esperado y el único, ¡es grandioso!
2Ten calma
La primera vez después de la boda es muy significativa. Todo es nuevo, desconocido, diferente, fresco y excitante. Tu cuerpo, a partir de este momento, estará para siempre relacionado con otro cuerpo. Dense tiempo para ello. Arrojen de sus mentes ideas montadas por los artículos, vídeos e historias de amigos y conocidos. Dense derecho a la ignorancia en este tema. Tienen que aprender por su propia cuenta, el uno del otro.
3El idioma corporal

¿Cómo manejar de manera eficiente un idioma extranjero? Solamente practicándolo. Al principio la comunicación es caótica; luego, todo va mejorando y, de repente, el diálogo se desarrolla de forma muy natural. Lo mismo sucede con el lenguaje de nuestros cuerpos: para entenderse hay que hablar.
4Vuelvan a intentarlo
En algún punto, volver la vista atrás, a cómo fue el comienzo, será bastante divertido. No dejen el sentido del humor detrás de la puerta, ya que aliviará las tensiones perfectamente.
La noche de bodas es el comienzo de una gran aventura que trazará un mapa de sus mentes y cuerpos.
Natalia Bialobrzeska, Aleteia
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maduro y feliz
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