viernes, 31 de octubre de 2025

Es urgente rescatar el espíritu de servicio

 

Espíritu de servicio, amar, Jesús, mandamiento, Virgen María
Hoy resulta urgente deshacernos del egoísmo y pensar en los demás, por eso, rescatar una actitud evangélica como el espíritu de servicio es más que necesario

Estamos en la era del individualismo. Pocos son los que se preocupan por el bienestar de los extraños, aunque los vean en apuros. Por eso, desempolvar y rescatar una actitud completamente evangélica como el espíritu de servicio es indispensable.

Y lo percibimos en cualquier lugar en el que nos movemos. Hasta en las redes sociales encontramos ejemplos tristísimos de personas en desgracia mientras que una multitud observa... y graba con el celular.

Esta deshumanización nos apremia para que recordemos las palabras de nuestro Señor Jesucristo y recuperemos la razón de ser de todo aquel que se dice cristiano: Servir como Jesús lo hizo.

Cristo Servidor

Entonces, cada vez que escuchemos a alguien expresar a otro cuando le pida un favor: "¿acaso no tienes manos?", deberíamos transportarnos mentalmente a la época en la que el Señor Jesús dijo a sus discípulos:

...el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud» (Mc 10, 43-45).

Esta actitud es la base del cristianismo y una expresión concreta de la fe que profesamos. El papa Francisco así lo manifestó durante su homilía del 26 de abril de 2018 en casa santa Marta:

«Jesús nos enseña el servicio, como camino del cristiano». De hecho, «el cristiano existe para servir, no para ser servido». Y es una regla que vale «toda la vida». Todo está encerrado ahí: de hecho, «muchos hombres y mujeres en la historia», que se lo han «tomado en serio», han dejado «rastro de verdaderos cristianos: de amor y de servicio».

Hacer lo que Él nos diga

El Señor Jesús ordenó a sus Apóstoles durante la Última Cena que se amaran unos a otros y se sirvieran mutuamente mientras les lavaba los pies. Porque el amor debe ser palpable y no solo de dientes para afuera. Por supuesto que es muy difícil pensar en las necesidades de los demás a la par que en las nuestras.

Pero en eso estriba el poco mérito que podamos tener ante los ojos de Dios. Servir es amar y amar es servir. Los santos lo comprendieron muy bien y se desgastaron en el servicio.

Ojalá que el Señor nos ayude a ser muy generosos con nuestro tiempo y medios materiales y estemos dispuestos a servir, igual que Él y que su Madre Santísima, "la esclava del Señor", y como en las bodas de Caná, seamos obedientes y dóciles a su voz, cuando Ella nos sugiera:

"Hagan lo que Él les diga" (Jn 2, 5).

Monica Muñoz, Aleteia

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