Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'
1109. 29 de mayo de 1941. "Los hábitos son fuertes. Tú has adquirido el hábito de la Misa cotidiana, de la comunión, de acostarte sobre lecho duro y ahora no puedes prescindir de todo eso. Adquiere ahora el hábito de la sonrisa interior, fiel y regular, ante todos los acontecimientos.
Esto Me encantará y te acercará continuamente a Mí, como si fuera una manera nueva de hablar conmigo. Gana tu tiempo. No pierdas nada."
Esto Me encantará y te acercará continuamente a Mí, como si fuera una manera nueva de hablar conmigo. Gana tu tiempo. No pierdas nada."
1110. 30 de mayo de 1941. (Yo tenía un sacrificio que ofrecerle). Me dijo: "Es una flor que Yo prendo en tu túnica. Dámelas con frecuencia: es como si tú aumentaras Mi hermosura." (Y como sonriendo): "¿Ves? Cuando tú te pones más hermosa es como si Yo mismo Me pusiera más Bello.
¡Qué unidos estamos tú y Yo, Mi pequeña! Desde tu comunión de por la mañana hasta tu sueño de por la noche debemos ser uno. Y uno todavía, cuando estás profundamente dormida. Dime que así quieres que sea; que este deseo esté siempre en tu alma.
Como esos tapices de la Abadía de Beaune, que están formados en su totalidad por la palabra ‘sola’, que expresa el duelo de aquella viuda inconsolable. "Los tapices del palacio de tu alma llevarán la palabra ‘Uno’ para expresar nuestra indisoluble Unión. Tú debes imitar, pues eres hija de Dios, el Triple Incendio, Triple y Uno, de la Trinidad. Pídeselo así al Espíritu que descenderá mañana y que no puede quedar inactivo en el día de Pentecostés. El renueva la Tierra entera y a cada uno según su disposición. El es Infinito. Abandónate a Él, que es Fuego Devorador.
Abandónate a Él, que es el Consolador. Pídele que se sirva de ti para dar consolación. Entra en tu nada y deja obrar a Dios."
¡Qué unidos estamos tú y Yo, Mi pequeña! Desde tu comunión de por la mañana hasta tu sueño de por la noche debemos ser uno. Y uno todavía, cuando estás profundamente dormida. Dime que así quieres que sea; que este deseo esté siempre en tu alma.
Como esos tapices de la Abadía de Beaune, que están formados en su totalidad por la palabra ‘sola’, que expresa el duelo de aquella viuda inconsolable. "Los tapices del palacio de tu alma llevarán la palabra ‘Uno’ para expresar nuestra indisoluble Unión. Tú debes imitar, pues eres hija de Dios, el Triple Incendio, Triple y Uno, de la Trinidad. Pídeselo así al Espíritu que descenderá mañana y que no puede quedar inactivo en el día de Pentecostés. El renueva la Tierra entera y a cada uno según su disposición. El es Infinito. Abandónate a Él, que es Fuego Devorador.
Abandónate a Él, que es el Consolador. Pídele que se sirva de ti para dar consolación. Entra en tu nada y deja obrar a Dios."
Tapiz de la Abadía de Beaune
ReL
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