viernes, 31 de enero de 2020

Dios está a punto de responderte, por favor, no abandones la oración



A veces encuentro mensajes inspiradores en las redes sociales. Bien usado el Internet es de gran ayuda pues lo que allí muestras puede llegar a millones de personas y ayudar a muchas que viven en desesperación, alejados de Dios.
Me gustan mucho las oraciones, sobre todo ésta que descubrí una mañana. Me impactó tanto que suelo orar con ella. Me ayuda a descubrir mi pobre humanidad, mi debilidad, mi orgullo, mis pecados, la necesidad que tengo de Dios. Es la oración: “Quédate Señor conmigo”, del Padre Pío.
Quédate Señor conmigo porque eres mi luz 
y sin ti estoy en tinieblas.
Quédate, Señor, conmigo,
porque es necesaria tu presencia para no olvidarte.
Sabes cuán fácilmente te abandono.
Quédate, Señor, conmigo, pues soy débil
y necesito tu fuerza para no caer muchas veces.
Quédate, Señor, conmigo, porque eres mi luz y sin ti estoy en tinieblas.
Quédate, Señor, conmigo, porque eres mi vida y sin ti pierdo el fervor.
Quédate, Señor, conmigo, para darme a conocer tu voluntad.
Quédate, Señor, conmigo, para que oiga tu voz y te siga….
A veces cuando siento que no puedo más me basta elevar los ojos cielo y orar con estas palabras: “quédate Señor conmigo” para recuperar la serenidad y seguir adelante.
Esta mañana leí un mensaje que llamó mi atención. Decía: “Ora, no hasta que Dios te escuche, sino hasta que tú escuches a Dios”.
Me dejó reflexionando y comprendí que tenía razón. Dios siempre nos escucha, está atento a nuestras necesidades. Los que no lo creen olvidan algo fundamental… “En Él vivimos, nos movemos y existimos”.  Imposible que nos olvide.  Él es amor y su naturaleza en amar.
No te rindas, persevera en la oración. Jesús nos dio varios ejemplos de cómo orar para no desfallecer.
Las Escrituras están llenas de sabios consejos sobre la oración y nos dice:
“Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos.” (Efesios 6, 18)
Dios está a punto de responderte, por favor, no abandones tu oración.
¿Nos escucha Dios? Siempre. Dios siempre nos escucha. Quiere que seas perseverante, que lo invoques en todo momento, que aumentes tu fe y NUNCA TEMAS. ¡Ánimo!
“Vengan a oírme los que temen a Dios, les contaré lo que hizo por mí. Mi boca le gritaba alabanzas pues estaban debajo de mi lengua. Si hubiere visto maldad en mi corazón, el Señor no me habría escuchado. Pero Dios me escuchó y atendió a la voz de mi plegaria. ¡Bendito sea Dios, que no desvió mi súplica ni apartó de mi su amor!” (Salmo 66, 16 – 20)
Claudio de Castro, Aleteia





No hay comentarios:

Publicar un comentario