domingo, 26 de enero de 2020

El Papa invita a leer la Biblia a diario: veremos que «Dios ilumina nuestra oscuridad y nos guía»

Al finalizar la misa, el Papa regaló algunos ejemplares de la Biblia.

El pasado 30 de septiembre, con el motu proprio Aperuit Illis, el Papa instituyó el Domingo de la Palabra de Dios, a celebrar el tercer domingo del tiempo ordinario con especiales signos de aprecio hacia la Biblia para exhortar a su conocimiento y lectura. Así fue este domingo, en el cual, trasla ceremonia litúrgica, Francisco obsequió a diversas personas representativas
 de grupos sociales y profesionales diversos con
 un ejemplar de las Sagradas Escrituras.

Y concluyó su homilía con una petición muy concreta: "Hagamos espacio dentro
 de nosotros a la Palabra de Dios. Leamos algún versículo de la Biblia cada
día. Comencemos por el Evangelio
; mantengámoslo abierto en casa, en la
 mesita de noche, llevémoslo en nuestro bolsillo o en el bolso, veámoslo en la
 pantalla del teléfono, dejemos que nos inspire diariamente".
Antes, el Papa había reflexionado sobre los orígenes de la predicación de la
 Palabra de Dios: "Cómo, dónde y a quién Jesús comenzó a predicar".
 
¿Cómo? "Con una frase muy simple: «Convertíos, porque está cerca el
reino de los cielos»", lo cual constituye, dijo Francisco, "el primer mensaje:
 Dios no está lejos, el que habita los cielos descendió a la tierra, se hizo
 hombre. Eliminó las barreras, canceló las distancias. No lo merecíamos:
 Él vino a nosotros, vino a nuestro encuentro".
"Dios asumió nuestra humanidad porque nos ama y libremente quiere
 darnos esa salvación que nosotros solos no podemos darnos", añadió, y
así entendemos su invitación directa a la conversión: “Convertíos”, es decir,
'cambia tu vida. Cambia tu vida porque ha comenzado una nueva forma de
 vivir: ha terminado el tiempo de vivir para ti mismo; ha comenzado el tiempo
de vivir con Dios y para Dios, con los demás y para los demás, con amor
 y por amor
".
Y ¿dónde comenzó Jesús su predicación? Lo hizo "en las regiones que
 entonces se consideraban 'oscuras'... No desde el atrio del templo en Jerusalén,
 sino desde el lado opuesto del país, desde la Galilea de los gentiles, desde
 un lugar fronterizo. Comenzó desde una periferia".
Esto también es una enseñanza, señaló Francisco: "La Palabra que salva no
va en busca de lugares preservados, esterilizados y seguros. Viene en nuestras complejidades, en nuestra oscuridad. Hoy, como entonces, Dios desea visitar aquellos lugares donde creemos que no llega". 
Por último, "¿a quién comenzó Jesús a hablar?...  Los primeros destinatarios
de la llamada fueron pescadores... personas comunes y corrientes que trabajaban... Habla a los pescadores y usa un lenguaje comprensible para ellos.
 Los atrae a partir de su propia vida. Los llama donde están y como son, para involucrarlos en su misma misión". Quienes le siguieron respondieron a la
 llamada "porque habían sido atraídos por el amor".
"Los buenos compromisos no son suficientes para seguir a Jesús", remató,
 "sino que es necesario escuchar su llamada todos los días. Sólo Él, que nos
 conoce y nos ama hasta el final, nos hace salir al mar de la vida... Por eso necesitamos su Palabra: en medio de tantas palabras diarias, necesitamos
escuchar esa Palabra que no nos habla de cosas, sino nos habla de vida".
De ahí la necesidad de que "hagamos espacio dentro de nosotros a la
Palabra de Dios" y de que "leamos algún versículo de la Biblia cada día": "Descubriremos que Dios está cerca de nosotros, que ilumina nuestra oscuridad y que nos guía con amor a lo largo de nuestra vida".
C.L., ReL
Nota: Sugerimos comenzar la lectura de biblia con los evangelios.

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