miércoles, 1 de enero de 2020

Estoy a tu puerta y llamo: Deja obrar a Dios

Es como si conversara contigo...

Estoy a tu puerta y llamo

Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'

1111. 30 de mayo de 1941. Vigilia de Pentecostés. "Mañana descenderá sobre la iglesia el Espíritu Santo. Ruégale que te enseñe a imitar, tú que eres hija de Dios, el Abrazo Triple y Uno de la Trinidad. No creas que El Se va a quedar inactivo en esta mañana de Pentecostés; pues El renueva toda la Tierra y a cada uno en lo particular. Es Infinito. Abandónate a Él, que es un Fuego devorador. Abandónate a Él, pues es el Consolador. Pídele que se valga de ti, toda anonadada, para consolar. Sí. Entra en tu propia nada y deja obrar a Dios."
1112. 5 de junio 1941. "A veces una pequeña servidora es introducida en el palacio de un rey, si el rey necesita de sus servicios. Y ella se siente feliz de contemplar las riquezas que hay en el palacio." "Señor, dije yo, ella se siente feliz especialmente por estar cerca del rey y de tener alguna ocasión de encontrarlo." "Y, ¿tú crees que el rey se hurtará a esa secreta esperanza? Al contrario, el rey multiplicará las oportunidades de un encuentro. Y tanto, que después de divisarlo solamente desde lejos y de haber oído fugitivamente su voz, la pequeña servidora será invitada progresivamente, hasta llegar a sentarse en la mesa del rey y compartir la inti-mitad de la tarde; porque el Rey la habrá mirado con Amor; y porque había enviado a su propio hijo Unigénito para salvarla." Yo: "Señor, y cómo podrá la pequeña servidora manifestar su gratitud por tantos favores?" El: "Tendrá que vivir de amor. De su pobre y pequeño amor, que ella encomendará diariamente al Espíritu Santo para que lo acreciente. No se admirará para nada de sus faltas repetidas, pues las ofrecerá con toda confianza al Hijo Único que la salvó. Se mantendrá siempre pequeña, pues Dios es lo suficientemente grande como para alcanzarla en donde ella está. Y finalmente morirá, no porque es inevitable, sino porque ella misma querrá morir por su Rey. Se preparará a morir sin nostalgia de la vida, nada más porque estará ávida con el deseo de verlo. De ver su Amor, su Fin, su Todo. Hay motivo de sobra para estremecerse... Y la pequeña servidora se acordará de que el Hijo Único murió, también El, y que murió por ella. Entonces, ella morirá en El."
ReL

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