¿Alguien se ha quejado alguna vez porque le quieren demasiado En cambio, cuántos echan de menos una palabra de cariño.
¿Y tú? ¿Cómo tratas a los tuyos?
Pasado el tiempo, ese trato se hace más profundo y ya conocemos mejor a la otra persona.
La buena rutina existe
Una vez casados, muchos matrimonios (con o sin hijos) entran en fase de rutina: los días laborables suelen tener muchos actos iguales y un horario similar. Vemos a las mismas personas en la calle, en el trabajo y en casa. Los fines de semana también tendemos a establecer pautas: el arreglo de la casa, las compras semanales, el deporte o la esperada sesión de tarde de mantita, pizza y película.
Establecer una zona de confort es muy positivo. Nuestro espíritu siempre busca espacios de serenidad y de seguridad, y esas rutinas nos facilitan la confianza en que lo que viene a continuación ya es conocido y no hay que ponerse en guardia ante lo imprevisto.
Los dos movimientos del amor
Sin embargo, en el amor se producen dos movimientos: el que tiende a la calma y la seguridad (lo que también llamamos la zona de confort), y el que busca el crecimiento.
El amor siempre quiere más y, para ello, en la pareja y en la familia reclama que lo expresemos, con hechos pero también con palabras.
¿Cuántas veces al día le dices a tu esposa (o tu esposo) que lo amas? ¿O esperas a cumplir los 25 años de matrimonio para decirlo como el día en que te declaraste?
Si piensas que no es necesario, porque ya está claro que quieres a tu cónyuge o a tu familia, es mejor que cambies tu actitud.
Decir “te quiero” a la persona que lo es todo en nuestra vida y con quien queremos pasar el resto de nuestros días debe formar parte de nuestra forma habitual de tratarla, tanto si somos de carácter latino como si preferimos mostrarnos más racionales. El amor es universal y la naturaleza humana también.
Los seres humanos necesitamos comunicar lo que llevamos en el corazón y al mismo tiempo necesitamos recibir esa información que nos confirma que somos amados.
Un “te quiero” da solidez a la relación, da estabilidad, ayuda a borrar los pequeños sinsabores de un mal gesto o una mala palabra anterior.
Las mujeres especialmente necesitamos que se nos muestre el amor a través del oído. Necesitamos oír que nos quieren. Puedes hacer más feliz a tu mujer diciéndole un “te quiero”.
Decir “te quiero” no es cursi. No eres menos hombre por decirlo. Es una forma sencilla y clara de expresar lo que más ansiamos en el mundo, que es querer y ser queridos. ¿Por qué entonces rechazar esas palabras?
Un “te quiero” lo cambia todo, compruébalo
Basta decir “te quiero” al salir de casa por las mañanas, al regresar o en un whatsapp inesperado. Pero además, hay muchos momentos en que un “te quiero” lo cambia todo, compruébalo tú mismo.
Nunca te canses de decir “te quiero” para que luego no tengas que arrepentirte de no haberlo dicho suficientes veces como para mostrar el amor verdadero que sientes por tu pareja. No esperes a decírselo cuando ya sea tarde.
No dejes que entre la rutina, el vacío o la incomunicación, porque son la puerta del desamor.
Decir “te quiero” está al alcance de todos y es la garantía de tener un amor vibrante.
Dolors Massot, Aleteia
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