martes, 7 de enero de 2020

Tras años fotografiando a personas sin hogar, encontró a… su padre entre ellas

Diana Kim se dedica a la fotografía. Ha estado tomando fotos de personas sin hogar durante muchos años. En una de estas sesiones reconoció a su padre. Anteriormente no tenían mucho en común. Un encuentro casual los acercó y les permitió renovar su relación
BEZDOMNY

La mujer nació y creció en Honolulu, en Hawai. Mientras aún estudiaba, se interesó por la fotografía, especialmente porque quería mostrar la difícil vida de las personas sin hogar.
Dedicó a este tema un proyecto especial llamado “The Homeless Paradise” [“El paraíso de las personas sin hogar”]. Se centra en la humanización de las personas sin hogar.
Diana comenzó a tomarles fotos mientras aún estaba en su primer año de carrera. Como admitió años después, sabía identificarse con ellos. Ella misma experimentó la soledad, el rechazo y la falta de la deseada estabilidad que no nunca tuvo.
El proyecto dio forma a su vida adulta e influyó en sus decisiones de vida, incluida la elección de los estudios.

Su padre abandonó a la familia

Kim fue abandonada por su padre cuando solo tenía 5 años. Sus padres se separaron, su padre se fue. Era el dueño de un estudio de fotografía en Oahu. No tenían mucho en común. Su padre estuvo siempre ausente.
No tuvo un verdadero hogar, un calor familiar, un lugar donde hubiera amor, una sensación de seguridad. No tuvo una infancia feliz.
Estaba buscando un lugar permanente para vivir. Sucedía que se quedaba a dormir en casa de unos familiares, amigos, a menudo dormía en parques o en un coche.

Un encuentro casual

Sin embargo, sobrevivió a estos obstáculos y se convirtió en una mujer bella, sabia y con estudios. Fundó su propia familia, se graduó en derecho y comenzó a realizarse plenamente en el campo de la fotografía que es su pasión.
Pero nunca imaginó lo que sucedería más tarde. No estaba preparada para encontrarse con su padre después de muchos años.
Él había vivido en la calle durante mucho tiempo, estaba solo y además padecía una enfermedad mental grave. Solo un encuentro casual los acercó y les permitió descubrir el amor y el vínculo que existe entre una hija y su padre.
Reconoció la cara de su padre durante una de las sesiones de fotos en las calles de Honolulu. El hombre estaba despeinado, terriblemente demacrado. Estaba de pie en una calle concurrida, mirando fijamente el pavimento. Estaba hablando solo.
Una mujer se acercó a Diana y le dijo que dejara al sin techo en paz, porque de todos modos no podría ayudarlo. Kim incluso quiso gritarle a la extraña y decirle lo desalmada que era.
Quiso comenzar una conversación con el hombre. Al menos quería intentarlo. El hombre, sin embargo, no dijo una palabra. Solo después de unos minutos dijo que vino a este lugar y estuvo de pie durante varios días. También pidió que la mujer no se preocupara por él y lo dejara solo.

Visitaba a su padre en la calle

Durante dos años, Diana lo visitaba en el mismo lugar, pero él rechazaba cualquier ayuda de su parte. Él necesitaba ayuda. Resultó que sufría de esquizofrenia severa.
A Diana le resultó difícil aceptar que su padre tuviera que soportar todos estos tormentos. Tenía miedo de que él nunca se recuperara. Como hija, no tenía la intención de rendirse en la lucha por él y su vida.

Lucha por una nueva vida y amor

Un día recibió una llamada telefónica del hospital. El médico la informó que su padre estaba ingresado en sus instalaciones. Fue encontrado en la acera. Tuvo un ataque cardiaco y su estado era grave.
Kim y su esposo fueron a visitarlo. El personal médico hizo todo lo posible para restablecer el equilibrio mental y físico del hombre con la ayuda de medicamentos y salvarle la vida.
El hombre aceptó el tratamiento. También comenzó a recuperar fuerza y control sobre su cuerpo.
Unos meses después, cuando salió del hospital, llamó a Diana. Quería invitarla a tomar un café y hablar. Kim aceptó enseguida. Quería ver a su padre.
No podía creer el cambio espectacular que había tenido lugar en él. Era alto y parecía saludable. Cuando hablaba con él, se sentía especial.
Después de tantos años de separación, recuperó a su padre nuevamente. Está extremadamente agradecida por todo lo que ha sucedido recientemente en su vida.

“Cada día es un regalo”

En una de las entrevistas, la mujer dijo: “Cada día es un regalo. Algunos días son más difíciles que otros, pero ver a mi padre con vida es un recordatorio de la gran fuerza del espíritu humano y lo preciosa que es la vida”.
Kim recuerda una de las últimas conversaciones con su padre. Entonces le dijo: “Diana, siento mucho no haber estado en tu vida. Me alegra que tengas familia. Haz lo mejor por ella. No te preocupes por mí o por lo que dicen de mí. Si quieres hacerme sentir orgulloso y feliz, sé para tu familia lo que ni yo ni tu madre nunca fuimos (…) Preocúpate por ti y por tu familia. Y no olvides por qué te llamé Diana: eres luz en la oscuridad”.
Su encuentro después de años fue un milagro. Su padre está bien ahora. El hombre está orgulloso de haber logrado superar todas las dificultades.
Tiene metas en la vida y espera hacer realidad sus sueños. Pasa tiempo activamente con amigos, buscando trabajo y una ocupación permanente para él. Le gustaría visitar al resto de la familia que vive en Corea del Sur.
Diana sigue haciendo fotos. Para ella, no es solo crear imágenes, sino experimentar el mundo y compartir relaciones con personas y cosas que causan reflexión y atraen.
“Cada una de las personas sin hogar tiene su propia historia y espero que, al compartir la mía, cada una de ellas ofrezca una nueva perspectiva”.
Anna Gebalska-Berekets, Aleteia

No hay comentarios:

Publicar un comentario