viernes, 11 de julio de 2025

Doctor comparte eficaz técnica para convertir el trabajo en oración

 fisioterapeuta Ramon Cases-Solé. convierte su trabajo en oración

Una antigua práctica permite a Ramon mejorar sus terapias y unirse a Dios en su consulta

Es posible convertir el trabajo que haces en una oración. Y al hacerlo, además de unirte a Dios, mejora el resultado de tu esfuerzo. Lo asegura el osteópata y fisioterapeuta Ramon Cases-Solé.

En su libro Virtudes cristianas en la práctica. Cínica y vida de un Doctor que trabaja con las manos, explica cómo lo hace él, inspirándose en el clásico Relatos de un Peregrino Ruso.

Este doctor español redescubrió la fe católica hace pocos años. Y en su camino de vuelta a la Iglesia, le interesó especialmente la oración del corazón, que sigue la indicación de san Pablo “orad en todo momento”.

Una sencilla técnica

“Consiste en recitar desde lo más íntimo, desde el corazón, la jaculatoria: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten compasión de mí, que soy pecador”, escribe. 

“Se hace al ritmo de la respiración, esto es: en la inspiración, se introduce la primera parte de la frase: 'Señor Jesucristo, Hijo de Dios'; y en la espiración, se completa con: 'Ten compasión de mí, que soy pecador'”.

Esta orgánica forma de rezar conecta con su trabajo diario en su consulta, donde habitualmente trata de mejorar la manera como sus pacientes respiran.

Al descubrirla, Ramón se planteó: “¿Puede la oración formar parte de mi trabajo, en cada momento, en cada instante, en cada acción?”.

“Si lo decía san Pablo es que para un cristiano debía ser así… -reflexionaba-. Si vivimos en oración, también debemos trabajar en oración”.

fisioterapeuta Ramon Cases-Solé. convierte su trabajo en oración

Oración en Acción

Después de investigar, recuerda, “apliqué el principio de la Oración en Acción a mi trabajo, y vi que era totalmente compatible”.

“En casi todos los momentos del proceso de tratamiento podía combinar la aplicación de las técnicas manuales con la oración del corazón”, asegura.

Para el osteópata, era una experiencia enriquecedora en todos los sentidos. “Escuchando con mis manos el cuerpo del paciente y orando como me había enseñado “el peregrino ruso” me sentía relajado y concentrado”, escribe.

Además “observaba cómo la percepción del movimiento bajo mis dedos y toda la comprensión de la anatomía y la fisiología del paciente eran más claras y sencillas”, continúa.

“Todo se simplificaba si lo hacía mientras rezaba”, resume. E incluso esa oración-trabajo superaba “todas las formas de concentración y focalización que había entrenado durante años para conseguir percibir la movilidad y la motilidad del cuerpo del paciente”.

“Así fue como mediante la fe, la humildad, la obediencia y todo por la gracia de Dios, mi Oración se convirtió en Acción y mi Acción en Oración”, concluye.

Vivir en Mayúsculas

En su libro, publicado el 27 de mayo del 2025, Cases-Solé comparte sus descubrimientos sobre la fe católica, que han renovado su vida.

Antes de volver a la Iglesia, confiesa, “acumulaba riquezas, que no sabía que eran riquezas, en forma de conocimiento, de saber, de títulos, de ir a cualquier rincón del mundo para aprender del que fuera considerado el mejor en mi profesión, etc. -añade- Riquezas no son solo el dinero”.

Para este osteópata, “de la misma manera que para curar a un paciente debemos estudiar la enfermedad, debemos conocer y desenmascarar las minúsculas de nuestras vidas para poder escribir en Mayúsculas”.

En su caso, reconoce, “el estudio y el desarrollo laboral eran mi minúscula preferida”. Ahora ha descubierto que “es necesario tener Esperanza, pero en mayúscula”. Y por eso invita a todos a “empezar a Escribir y Vivir en mayúsculas”.

Cases-Solé explica a Aleteia que publicó su experiencia porque creía que debía ser compartida y que este verano ha empezado a escribir su continuación.

Patricia Navas, Aleteia

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