domingo, 28 de diciembre de 2025

Cómo evitar un suicidio: las propuestas de un experto

 

Przygnębiona kobieta w zaciemnionym pokoju
Las propuestas del responsable de la Unidad Móvil de Atención en Crisis del Centro de Humanización de la Salud San Camilo

Es posible evitar un suicidio. Lo saben los que cada mañana agradecen con fuerza poder dar los buenos días a un familiar al que apoyaron cuando pasaba un mal momento. Y tantos profesionales dedicados a acompañar a personas que se autolesionan o tratan de quitarse la vida.

¿Pero cómo detener a una persona que ha determinado matarse? 

Seguramente cada caso es un mundo, pero algunas cosas le han funcionado al responsable de la Unidad Móvil de Atención en Crisis del Centro de Humanización de la Salud San Camilo de Madrid, Valentín Rodil. 

Él compartió su experiencia en el taller “El suicidio, de la rendición a la lucha por la vida”, el pasado mes de noviembre en el arzobispado de Madrid.

Para Rodil, el elemento central para prevenir un suicidio, tanto en jóvenes como en mayores, es el vínculo afectivo. La conversación, la escucha, el respeto, la cercanía y la comunidad ayudan a evitar una muerte así.

Cercanía

Ante la posibilidad de un suicidio, Rodil invita a responder con cercanía, expresada en “una palabra, un gesto, la disponibilidad de alguien para escuchar sin juzgar”.

Es importante “aprender el idioma” de quien piensa en el suicidio para poder ayudarle a tomar conciencia de su situación y de las cosas buenas de su vida.

Si la persona que desea morir no quiere ser ayudada, “no nos olvidamos del tema; lo respetamos y, además, se lo decimos”, propone, para “mantener la comunicación abierta”.

En su opinión, la ayuda a alguien para que desista de suicidarse “no se puede afrontar solo: es demasiada carga y además te puede fallar el juicio”.

“Algo me mata por dentro”

Rodil, que es psicólogo y teólogo, compartió en el taller un audio de una chica de 20 años que explicaba su experiencia:

“Soy invisible, necesito ayuda, algo me mata por dentro…; pensé 'o salgo ahora mismo de clase, o reviento y no vuelvo a casa'; fui a Orientación y la chica de repente me abrazó y me estuvo escuchando como dos horas, fue como si llevara una mochila llena de piedras y alguien me la sujetara por un ratito”.

La escalera de la conducta suicida

Rodil también habló de una “escalera de la conducta suicida” con varios escalones:

1. La representación suicida: “No estoy bien, yo ya para qué estoy aquí”

2. La idea suicida: “Y si yo…”, es decir, alojar esa representación que va cristalizando poco a poco

3. La elaboración del plan: cómo, cuándo,…

4. La afirmación verbal: la amenaza suicida 

5. El ensayo suicida 

6. La ejecución, que a veces se logra y otras no

Una conversación difícil

Para detener la subida de esa escalera, Rodil propone una conversación en la que inicialmente la persona pueda valorarse y confesar las “zonas oscuras”.

Después anima a preguntar sobre las señales –“¿qué te ha pasado?”- o directamente “si está queriendo suicidarse”, y a avanzar según aumenta la confianza. 

Al hablar, el experto invita a sembrar ambivalencias, con preguntas como “¿qué hace que no lo hayas hecho ya” y “¿qué anclajes tienes a la vida?”, porque “la persona, en esa misma oscuridad, vive miedo y atracción al mismo tiempo”. 

Según Rodil, conversar con empatía, respeto y corazón, con un tono positivo y no acusatorio, puede ayudar a la persona a encontrar la mejor forma de solucionar sus problemas.

Patricia Navas, Aleteia

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