
Como los dos domingos anteriores, la familia está alrededor de la Corona de Adviento. En la oración destaca la alegría porque es el Domingo de Gaudete. Hoy encenderemos la tercera vela, además las otras dos que habíamos encendido previamente.
Tercer domingo: alegría
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Guía: Querida familia, hagamos oración en silencio y después de un momento en silencio:
"Encendemos, Señor, esta tercera luz cercanos ya a las solemnidades de la Navidad. Queremos dar testimonio de tu Luz, Señor, como hizo Juan el Bautista. Deseamos, Señor, que el fuego de tu Espíritu encienda nuestros corazones y los convierta en lámparas para los demás. Danos un corazón que vea las necesidades de todos para compartir con él lo mejor que somos y tenemos.
Quema en tu hoguera, Señor, la paja de nuestras vidas y reúne nuestros granos en pan comunitario para renacer en Belén, la Casa del Pan. Para que Te revelemos como buena y gozosa Noticia para los hombres, tan necesitados de reconocerse como hijos de Dios. Te lo pedimos a ti nuestro gozo, y que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén".
(Alguno de los presentes hace la lectura)
Escuchemos el santo Evangelio según San Mateo
Mateo 11, 2-11
"En aquel tiempo, Juan se encontraba en la cárcel, y habiendo oído hablar de las obras de Cristo, le mandó preguntar por medio de dos discípulos: '¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?'
Jesús les respondió: 'Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por mí'.
Cuando se fueron los discípulos, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan: '¿Qué fueron ustedes a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? No. Pues entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un hombre lujosamente vestido? No, ya que los que visten con lujo habitan en los palacios. ¿A qué fueron, pues? ¿A ver a un profeta?Sí, yo se lo aseguro; y a uno que es todavía más que profeta. Porque de él está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero para que vaya delante de ti y te prepare el camino. Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él'".
Palabra del Señor.
Guía: Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende la lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene.
(Alguno de los presentes enciende la vela)
Oración
"Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros como un símbolo, encendemos tres velas. El viejo tronco está rebrotando, florece el desierto…. La humanidad entera se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brote, para que florezca, para que nazca y mantenga en nuestro corazón encendida la esperanza".
¡Ven pronto Señor!
Todos: Amén.
(Se puede entonar un canto).
Mónica Muñoz, Aleteia
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