«La NASA esta llena de católicos, porque se requiere gente que desee ver más allá», explica Patrick

"Nací antes de lo que se esperaba, el médico quería jugar golf", confiesa Patrick.
Tiene 27 años de edad, nació en McAllen, Texas (EE.UU), vive en Houston y su nombre es Patrick Jay Ream. Estudió la carrera de ingeniero aeroespacial en la Texas A&M University, y, más que la historia de su camino hasta llegar a la NASA, el portal Desde la Fe ha contado su experiencia de reconciliación con Dios.
Patrick resume su niñez y adolescencia como de "caos por todos lados: en mi familia, en el ámbito escolar…, ¡de cualquier manera que lo puedas ver, había caos!".
Infancia y enfermedad
El caos había estado con Patrick desde de su nacimiento: "Nací un mes antes de lo que se esperaba porque el médico se quería ir a jugar golf y de vacaciones, así que hizo que mi mamá me diera a luz antes de lo normal".
Las consecuencias de esto fueron desastrosas: "Desafortunadamente, mis pulmones no estaban lo suficientemente desarrollados, así que tuve que estar en tratamientos desde el momento en que nací, porque no podía respirar".

Patrick estudió ingeniera aeroespacial en la Texas A&M University.
Patrick nació con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (ADHD por sus siglas en inglés), y, mientras crecía, "me estaba desarrollando de una manera retrasada; así que tenía que ir a terapias físicas".
Ya en edad escolar, "yo no me estaba 'portando bien' porque era hiperactivo. Mi manera de estudiar y de aprender era diferente a la de los demás. Terminaba muy rápido y me aburría muy pronto y eso desesperaba a los profesores. Necesitaba un tipo de enseñanza especial, que los profesores y los colegios no fueron capaces de darme en ese momento y, por eso, recorrimos distintas escuelas, hasta que llegamos a la óptima para mí. Todo esto deja huellas, y se me dificultaba hacer amigos".
Para rematar, "de la nada se reventó el matrimonio de mis papás. Por eso digo que todo era caos detrás del caos".
"En las tardes, mi tía recibía clases en una de las universidades que están por San Antonio, Texas. Las clases eran sobre el espacio exterior y todo lo que tenía que ver con la astronomía".
"Me acuerdo de que una mañana, al levantarme, supe que mi tía y mi hermano habían salido en la noche a ver a Saturno en el cielo, y me sentí sumamente enfadado porque no pensaron en despertarme para verlo con ellos".

Los hermanos Jay con su madre, y varios años de diferencia.
"Me lo estaba imaginando como un súper planeta que estaba ahí apareciendo en el cielo más grande que la luna".
"A partir de ahí se empezó a formar en mí una gran curiosidad y pasión por todo lo que tiene que ver con el espacio. Porque, honestamente, cuando estás viviendo en el caos, lo que quieres hacer es escaparte, y no hay mejor escape que estar fuera de este planeta".
En cuanto a su vida espiritual, Patrick cuenta: "Desde que nací he sido católico. Así es como me enseñaron mis papás, e íbamos a misa casi todos los días. Así que siempre me había sentido cerca de Dios".
"Pero cuando me hice adolescente empecé a cuestionar todo. Primero, porque mis papás se separaron, se divorciaron. Segundo, porque en una vida con tanto sufrimiento no parecía que pudiera existir un Dios".
Patrick buscó, entonces, creer en la ciencia: "Todo tenía que tener una razón basada en la ciencia, todo debía tener una explicación".
Reconoce que, en el fondo, aquella actitud se debía a que no sentía que Dios mereciera ser amado por él: "Porque si no me sentía amado, ¿para qué iba a amar a Alguien que no me amaba a mí?".
Porque venía de Dios
Cuando Patrick ya estudiaba en la universidad, "había regresado a la casa por unas vacaciones navideñas, y entonces pasó algo con mi mamá y conmigo: el Espíritu Santo le dijo a ella algo que yo iba a hacer, y que no quería que supieran mis papás; pero mi mamá se había dado cuenta rezando, me dijo que el Espíritu Santo le había dicho que necesitaba ir a rezar a la capilla".
"Yo estaba impresionado. No había explicación científica para lo que acababa de ocurrir, por lo que tenía que existir algo más allá de lo que había pensado. Entonces me abrí porque, si algo no tenía explicación científica, era bien claro que venía de Dios".
Regreso a la Iglesia
"Empecé a ir a misa otra vez, y empecé un proceso de sanación bien, pero bien difícil, porque me di cuenta de que muchas de las huellas de mi niñez y del caos que viví todavía me estaban afectando de una manera tremenda".
"Era el año 2018 y estaba en la capilla rezando, rogándole a Dios que me dijera por qué había tenido que nacer con ADHD y pasar por tantas cosas. Y, en un momento de la oración, se vino a mi mente el recuerdo de mis papás peleándose y gritándose. El peor momento de mi vida fue ése. Yo era un niño y estaba llorando, viendo a mis papás tratándose así, y les rogaba que pararan, pero fui incapaz de hacer cualquier cosa para pararlos".
"En eso se me vino la figura de Jesús agarrándome, sosteniéndome y diciéndome que siempre había estado a mi lado. Y, desde ese momento, entendí que no tengo que tener razón, sino sólo tengo que tener la confianza de que Dios va a estar ahí conmigo, sosteniéndome siempre, aunque las cosas sean caóticas. Además, que debo tener fe en los planes del Señor, que es el Creador de todo el universo, y que debo tener la humildad de aceptarlos".
"A partir de ese momento, ya me volví increíblemente católico. Amo mi fe y amo a mi Dios".
El conflicto entre los padres de Patrick también había dañado a su hermano mayor en la adolescencia: "Vi cómo lo afectaba. Dejó de ir a la escuela y se metía con la Policía".
Sin embargo, ya siendo adultos, los dos hermanos fueron sorprendidos por un gran regalo: "Gracias a Dios, mis papás se reconciliaron, y eso vino de la nada. No lo esperábamos".
Puedes escuchar aquí su testimonio.
"De hecho, mi hermano se enojó porque pensaba que otra vez pelearían y que eso nos iba a lastimar otra vez. Pero no fue así. Gracias a Dios que no".
"Mis papás escucharon la voz de Dios y le hicieron caso. Y, ahora, gracias a ellos y gracias a Dios, estamos viviendo la vida familiar de nuestros sueños".
Además, hoy Patrick está casado con una mujer que, asegura "lo hará santo" a la vez que él la ayuda a ella a alcanzar la santidad.
Patrick goza, ahora, de una vida estable, trabajando en la NASA. Y, sorprendentemente, revela: "La NASA está llena de católicos. Sí, la gente no me va a creer, pero ahí hay muchos católicos".
"Ahora bien, si te pones a pensar, eso tiene mucho sentido, porque para estar interesado en el espacio tienes que estar interesado en lo que está más allá; tienes que estar pensando en las cosas que no simplemente te están rodeando, sino en las cosas que están arriba de ti, afuera de todo. Y, para ser católico, para tener fe, tienes que pensar en esas cosas".
¿Y qué hace concretamente Patrick en la NASA? Él, responde: "Trabajo en control de misiones; ayudo a volar todos los vehículos de la NASA que tengan astronautas o que estén diseñados para tener astronautas".
"Hoy en día ayudo a volar la Estación Espacial Internacional. Tienes que tener un entrenamiento y un conocimiento que nunca te puede fallar, porque, si te falla, puedes matar a los astronautas, literalmente. Es una mega responsabilidad la que te dan, pero tengo la confianza de que Dios me ha puesto en donde se me necesita".
ReL
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