
"La Misa fortalece esta decisión; es la decisión de ya no vivir para nosotros mismos y de llevar fuego al mundo".
El Papa presidió el Domingo la Misa en el Santuario de Santa María de la Rotonda de Albano ante más de un centenar de personas, algunas sin hogar, refugiados, pobres, personal de la Cáritas diocesana, sacerdotes y fieles.
León XIV comenzó su homilía con una reflexión sobre el domingo, día de la Resurrección, día en que los fieles se reúnen en torno a la mesa eucarística, "mirándonos a los ojos, como auténticos hermanos y hermanas".
Una paz distinta
"Es así, cada uno de nosotros llega a la iglesia con ciertos cansancios y miedos —a veces más pequeños, a veces más grandes— y de repente estamos menos solos, estamos juntos y encontramos la Palabra y el Cuerpo de Cristo. De esa manera, nuestro corazón recibe una vida que va más allá de la muerte. Es el Espíritu Santo, el Espíritu del Resucitado, el que hace esto entre nosotros y en nosotros, silenciosamente, domingo tras domingo y día tras día".
"La iglesia por fuera, como algunas realidades humanas, puede parecernos áspera; pero su realidad divina se manifiesta cuando atravesamos la puerta y encontramos acogida. Entonces nuestra pobreza, nuestra vulnerabilidad y sobre todo los fracasos por los que podemos ser despreciados y juzgados —y en ocasiones nosotros mismos nos despreciamos y nos juzgamos— son finalmente acogidos en la dulce fuerza de Dios, un amor sin asperezas e incondicional", comentó el Papa.
Al referirse al Evangelio de hoy, León XIV recordó que la paz de la que habla el Señor "no es como la del mundo", no es "intercambiar la paz con la comodidad, el bien con la tranquilidad", sino arriesgarnos, como "el bautismo de la cruz, una inmersión total en los riesgos que conlleva el amor".
"La misa fortalece esta decisión; es la decisión de ya no vivir para nosotros mismos y de llevar fuego al mundo. No el fuego de las armas, ni tampoco el de las palabras que incineran a los demás. No, sino el fuego del amor, que se abaja y sirve, que opone el cuidado a la indiferencia y la mansedumbre a la prepotencia; el fuego de la bondad, que no cuesta como los armamentos, sino que renueva el mundo gratuitamente".
Al presidir la misa dedicada a las personas necesitadas y vulnerables de la Diócesis de Albano, el Papa agradeció a quienes se "comprometen para llevar el fuego de la caridad", animándolos a no distinguir entre el que asiste y el que es asistido, entre el que parece dar y el que parece recibir, entre el que se presenta pobre y el que siente la necesidad de ofrecer tiempo, capacidades y ayuda.
Aquí puedes ver completa la misa de este domingo 17 de agosto.
"No dejemos al Señor fuera de nuestras iglesias, de nuestras casas y de nuestra vida. Más bien, dejémoslo entrar en los pobres, y entonces haremos paz también con nuestra pobreza, a la que tememos y negamos cuando buscamos a toda costa tranquilidad y seguridad".
Angelus desde Castel Gandolfo
Antes de rezar el Ángelus en Castel Gandolfo, León XIV recordó que "actuar con la verdad es costoso, porque en el mundo hay quienes eligen la mentira" y nos insta a "no responder a la arrogancia con venganza".
"La bondad no siempre encuentra una respuesta positiva. De hecho, a veces, precisamente porque su belleza molesta a quienes no la acogen, quienes sí la acogen acaban encontrando una dura oposición, hasta el punto de sufrir acoso y abuso", dijo el Papa.
"Ser perseguido: esto es lo que a veces les sucede a quienes eligen seguir a Cristo, porque la misión de Jesús es un signo de contradicción, como él mismo dijo, y no todo es color de rosa", enfatizó el Papa en el Ángelus, desde la Piazza della Libertà en Castel Gandolfo, tras celebrar la misa en el Santuario de Santa Maria della Rotonda en Albano.
Puedes escuchar aquí el Angelus desde Castel Gandolfo.
La invitación de Jesús, sin embargo, es "a no rendirnos y a no conformarnos con esta mentalidad", a perseverar en hacer el bien a "todos", incluso a "quienes nos hacen sufrir", dijo, a "no responder a la arrogancia con la venganza» y a "permanecer" en cambio "fieles a la verdad en la caridad".
ReL


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