martes, 19 de agosto de 2025

Ciberseguridad: evitar que las redes sociales conduzcan a la pornografía

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Experto en ciberseguridad advierte cómo las redes sociales causan desvíos nefastos incluso en ambientes católicos

Clemente de León es, entre otras cosas, un profesional en ciberseguirdad. Nació en el centro de Panamá, en un pueblo llamado Pocrí Aguadulce, pero actualmente vive en la ciudad de Guatemala junto a su esposa y sus dos hijos. Estudió Psicología Educativa, Psicología Clínica, Ciencias Religiosas y, más recientemente, Ingeniería en Ciberseguridad.

Tiene una empresa en la que capacitan y dan consultoría a la sociedad para contrarrestar la pornografía en redes sociales y en medios digitales.

Clemente presenta, para Aleteia, un panorama desagradable de lo que está sucediendo en los medios digitales.

Los chicos católicos y el peligro de las redes sociales

Uso de redes sociales
Clemente de León durante una conferencia sobre redes sociales y ciberseguridad

Aunque las redes sociales pueden ser una herramienta fabulosa, en materia de seguridad "los católicos estamos en la nebulosa, prácticamente fuera del sistema solar", advierte el experto.

De pronto, al entrar con toda su fuerza Tiktok, Facebook, Instagram WhatsApp y demás redes sociales, los jóvenes comenzaron a enfrentar una problemática desconocida para los papás. "Los papás empezaban a llamar y a contarnos y decirnos 'Clemente, mi hija es cuadro de honor en su escuela, y en la parroquia da las charlas en Semana Santa; pero se metió al baño y con el teléfono se grabó desnuda'. Recibimos una y otra llamada", relata.

El experto comenta que poco importa si están en un colegio católico o grupos parroquiales y cuenta este caso lamentable: "Tuvimos un colegio en donde 140 niños, a la misma hora, simultáneamente, se grabaron desnudos y mandaron los videos a las redes sociales".

El mal está entrando en recintos católicos

La inmoralidad en las redes es un problema que ha llegado incluso a sitios que parecerían imposibles, como en los seminarios. Sin embargo, señala: 

"Los seminaristas no vienen de Plutón. Los seminaristas son jóvenes comunes y corrientes que en algún momento de su vida dicen que quieren ser curas. ¿Pero qué pasa? Que a este muchacho, que ahorita tiene 18 años, le dieron un teléfono cuando tenía 14, y a los 14 comenzó a ver pornografía. ¿Y qué pasa? Que cuando entra al seminario tiene cuatro años de ver pornografía".

Otro punto que señala Clemente de León es el de la pornografía, que "ahora es extremadamente rápida. Y es interactiva: ahora te metes a una aplicación y creas tu propio modelo. Y los muchachos quieren ser los actores".

Como en la famosa plataforma Only Fans que a disfrazado la prostitución de un trabajo de influencer con un negocio lucrativo de miles de millones de dólares, donde la mujer o el chico que venden sus videos y fotos se vuelven millonarios en un falso empoderamiento.

Pero esto no deja de ser una tentación incluso para los adultos.

Sin embargo, él es optimista a pesar de todo: "Nos asusta que este nuevo sacerdote o esta nueva religiosa haga esto. Pero estas nuevas generaciones, como las anteriores, van a encontrar una salida, van a encontrar sus propios recursos emocionales y espirituales para salir adelante ante estas dificultades". Y hace lo que está de su parte para ayudarlos: "Yo doy conferencias en seminarios de Honduras y Guatemala".

La conclusión de Clemente de León es la siguiente: "Los adultos seguimos creyendo que criar a los hijos es liderarlos en lo físico, lo emocional y lo religioso"; pero, a partir de la llegada del mundo virtual, el padre de familia "tiene que ser líder de lo físico, lo emocional, lo religioso y líder en la parte digital".

Hoy los expertos en medios digitales recomiendan:

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1.- Sacar los teléfonos móviles de las habitaciones en el día y en la noche, y evitar ir al baño con los celulares.

2.-Prohibir las redes sociales y los teléfonos móviles para menores de edad. En Querétaro, México, ya entró en vigor una ley que prohíbe que niños menores de 14 años tengan celulares y redes sociales en las escuelas.

3.-Limitar, regular y prohibir el uso de los teléfonos móviles en escuelas, centros parroquiales, seminarios y conventos, no usarlo por las noches y usarlo solamente en lugares públicos como en comedores, bibliotecas y en salas donde el usuario pueda estar acompañado de alguien más.

4.- Bloquear los modems de Internet en ciertas horas -por las noches, por ejemplo- en zonas de alto riesgo, como son los hogares, escuelas y centros religiosos; es decir, cortar el Internet.

5.- Configurar el “control parental” que permite bloquear y restringir el acceso a sitios pornográficos o redes sociales desde una plataforma virtual. 

Jesús V. Picón, Aleteia 

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