En la clausura del Congreso Eucarístico Nacional Italiano de Bari el papa Benedicto XVI pronunció una homilía profundizando en la idea de que un cristiano “no puede vivir sin la Eucaristía”:
El tema escogido, «Sin el domingo no podemos vivir», nos remonta al año 304, cuando el emperador Diocleciano prohibió a los cristianos, so pena de muerte, poseer las Escrituras, reunirse el domingo para celebrar la Eucaristía y construir lugares para sus asambleas.
En Abitene, pequeña localidad en lo que hoy es Túnez, en un domingo se sorprendió a 49 cristianos que, reunidos en la casa de Octavio Félix, celebraban la Eucaristía, desafiando las prohibiciones imperiales.
Arrestados, fueron llevados a Cartago para ser interrogados por el procónsul Anulino.
En particular, fue significativa la respuesta que ofreció Emérito al procónsul, tras preguntarle por qué habían violado la orden del emperador. Le dijo:
-«Sine dominico non possumus, sin reunirnos en asamblea el domingo para celebrar la Eucaristía no podemos vivir. Nos faltarían las fuerzas para afrontar las dificultades cotidianas y no sucumbir».
Después de atroces torturas, los 49 mártires de Abitene fueron asesinados. Confirmaron así, con el derramamiento de sangre, su fe. Murieron, pero vencieron: nosotros les recordamos ahora en la gloria de Cristo resucitado.
(29 mayo 2005).
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