jueves, 28 de noviembre de 2019

Estoy a tu puerta y llamo: Tan tuyo soy...

Es como si conversara contigo 

Estoy a tu puerta y llamo

Gabriela Bossis, Diario 'Él y yo'


1018. 4 de noviembre de 1940. Nantes. Tiempo de descanso. "¿Crees a fondo, hija, en que Yo os he creado para que seáis eternamente felices'? Ha sido una obra de puro Amor, en la cual no había nada para Mi propio interés, sino sólo para el vuestro: la finalidad de haceros infinitamente dichosos, "Dame las gracias por tu creación y endereza tu vida toda hacia Mí. Mira cómo Mi Amor está siempre inclinado sobre ti y sintiéndote amada, ámame. Porque uno ama con más intensidad cuando se siente amado; es como un animado diálogo. Y en él no hay necesidad de pronunciar palabras: nos amamos y eso es todo.
"Tan tuyo Soy, que tú no sientes cuando desciendo hacia ti, ni cuando tú asciendes hacia Mi. Estamos como en un mismo plan para dirigirnos el Uno al otro y cambiarnos lo que tenemos. Aun el cambio de corazones parece del todo simple y natural, pues los esposos todo lo tienen en común. Pero, aun cuando te Me des toda entera, conservas tu personalidad y la enriqueces.”
1019. 5 de noviembre de 1940. Yo pensaba: “Si no muero mártir, mi sangre no se unirá con la Sangre de Cristo." Pero El me dijo: "Si tu sangre no corre con la Mía, puede caminar con Ella, en Mi propia Vida.
''Tu sangre que vive, no tu sangre que muere. No nos separemos nunca, pues Yo lo viví todo. Y todo quedó consumado." Yo Lo alababa porque el viejo enfermo había consentido de buen grado en confesarse y comulgar. ''Gracias, mi Señor" El: "Eso pasó porque Me lo pediste... Cree firmemente, hija, que Yo daría siempre, si tuviera a quienes dar..."

Gabriela Bossis (1874-1950) fue la menor de cuatro hijos en una familia católica francesa que la educó cristianamente. Se diplomó en enfermería y sirvió como tal en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada. Fue una persona abierta y comunicativa muy entregada a Cristo, pero que no sintió la vocación religiosa. En 1923 escribió su primera comedia, alcanzó celebridad por obras entretenidas y edificantes que se estrenaron en  numerosos países, incluso interpretando ella algún papel. En 1936 comenzó a transcribir sus diálogos con el Señor, una experiencia mística que vivió durante años. Fue dirigida espiritualmente por varios sacerdotes, que dieron luego testimonio de su paz interior. En uno de sus cuadernos escribe las siguientes palabras que escuchó de Cristo: "Tú has estado siempre bajo mi dirección". Todos esos escritos se agruparon en volúmenes agrupados bajo el título Él y yo. Murió después de experimentar durante varios meses dolencias respiratorias y pérdida de visión, que sobrellevó con el mismo espíritu de conformidad con la voluntad de Dios que guió toda su vida.


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