miércoles, 27 de noviembre de 2019

Una voz salió del sagrario y me dijo…. (No te pierdas este maravilloso testimonio)




En estos maravillosos días en que vivimos la  cercanía del Adviento me ha dado por recordar eventos que han marcado mi vida. Sin duda, una llamada telefónica a las 3 de la tarde fue uno de ellos.  Creo que anteriormente te lo he contado, pero las buenas historias son para repetirse y volverse a narrar.
Era una tarde de julio. Me encontraba acomodando algunos documentos en mi casa cuando timbra el teléfono.
ꟷ¿Habla el señor Claudio?
Era la dulce voz de una abuelita.
ꟷUsted no me conoce Me llamo Rosario Arauz y quiero que escriba un libro. Y ese libro lo va a titular: “EL SAGRARIO”.
Tenía algunos libros similares y le expliqué. Pero fue imposible disuadirla. Por media hora, ella insistió en la necesidad de publicar este libro. Le pregunté el motivo de su insistencia.
ꟷA diario visito a Jesús en el SAGRARIO y MUCHAS VECES le encuentro muy solo. Es muy triste ver un sagrario abandonado, donde las personas no visitan a Jesús. Y esto ocurre porque las personas no saben que Él está allí, no lo conocen. Hay que darlo a conocer, por eso usted va a escribir ese libro, que todos sean que Jesús los espera en el SAGRARIO para fortalecerlos, animarlos y concederles gracias abundantes.
Accedí escribir el libro y le hice tres promesas que pude cumplir. Escribiría el libro, lo publicaría y luego iría a su pequeño pueblo en el interior del país a conocerla y llevarle unos ejemplares.
En una de esas visitas aproveché para entrevistarla y escuchar su maravilloso  testimonio.
Mira el vídeo. Es uno de los que más me piden. Te vas a sorprender.
Su historia se parece a la de muchos de nosotros. Un día, súbitamente, Jesús nos llama al amor y muchas veces no lo escuchamos. Sabemos que es Él, pero le tememos al compromiso de una vida más cercana a Dios, al servicio de los necesitados de una voz de aliento. Las atracciones del mundo pesan mucho. Vivimos confundidos por los ruidos de este mundo y sus atractivos.
La  señora Rosario, gracias a sus convicciones y su fe profunda, respondió “sí” a este llamado y desarrolló una obra de misericordia que aún persiste en su querido Penonomé.
“¿Qué quiere Jesús de mí?”,  te preguntas. Sientes confusión. Lo sé. Es normal. No te inquietes. Jesús espera mucho de ti. Y créeme, vale la pena confiar en Él, escucharlo, caminar a su lado y VIVIR el EVANGELIO.
¡Anímate! Jesús te llama al apostolado del amor.
¡Dios te bendiga!
Claudio de Castro, Aleteia

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