La oración siempre es necesaria, es mejor que los cónyuges
oren juntos, escribe el psiquiatra católico. Richard Fitzgibbons. Filadelfia
(kath.net)
El psiquiatra católico Richard Fitzgibbons, director del
Instituto de Sanación Marital cerca de Filadelfia (EE. UU.), ha compendiado
doce consejos para fortalecer el matrimonio. Se trata de actitudes interiores que - cuando faltan - poco a poco se pueden alcanzar.
1) El perdón reduce la ira que sentimos cuando es difícil entendernos a nosotros mismos y al cónyuge, y cuando abordamos la difícil tarea
de controlar nuestra irritabilidad.
2) La generosidad supera el egoísmo al permitirnos crecer en
la entrega y fortalecer la actitud de "nosotros, no yo".
3) El respeto supera el deseo de controlarlo todo al ser conscientes de la dignidad de nuestro cónyuge y nuestros hijos.
4) La responsabilidad reduce la distancia emocional porque
nos obliga a proteger al cónyuge de la soledad, del miedo, de la inseguridad y
de nuestro egoísmo.
5) La confianza apacigua el miedo al confiar en la bondad y
protección de Dios y también en su cónyuge y al perdonar a quienes han debilitado la
capacidad de confiar.
6) La esperanza obra contra la tristeza. Nos permite confiar
en un resultado positivo de los eventos y circunstancias de la vida,
especialmente cuando sufrimos incomunicación.
7) La gratitud fortalece la confianza en uno mismo porque se
reconoce los dones recibidos de Dios y de los padres. La confianza en uno mismo
también se fortalece cuando perdonamos a quienes han debilitado nuestra
confianza.
8) La sabiduría mejora la comunicación al ayudar a los
cónyuges a encontrar la palabra, el gesto o acción correcta en una situación dada.
10) La justicia evita el divorcio. Fortalece a los cónyuges
para que le den a Dios, al cónyuge y a los hijos lo que se merecen, para que se
esfuercen en mirar honestamente sus propias debilidades personales y
para luchar contra ellas.
11) La fidelidad es el deseo inmutable de querer lo mejor
para los demás. Este deseo fortalece la voluntad de entregarse porque nos hace
darnos cuenta de que el único lugar del auténtico amor humano y de la auténtica sexualidad se encuentra en el
matrimonio.
12) La humildad promueve el autoconocimiento y el manejo de
las anemias espirituales que en uno han causado los padres o son resultado de
los propios tropezones.
Con todo, las relaciones en una crisis necesitan más que
solo consejos, escribe Fitzgibbons. Buenos libros, la terapia o los retiros
para cónyuges pueden ayudar. Siempre es necesario rezar, idealmente juntos, ya
que le pedimos a Dios que remedie la propia mácula.
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